Y es que a mi, gustándome la música, lo único que ‘me suena’, es que se escribe en un pentagrama, y que hay una ‘clave de sol’. Bueno, y aquello del do-re-mi-fa-sol..., la corcheas, semicorcheas, las fusas y las semifusas. Y que hay acordes. Y que si la octava…. Así que, lo dicho, voy a ver si soy capaz de sacar lo mejor de mi habilidad para extractar y sintetizar conceptos… y afrontar este bonito reto intelectual.
Para empezar, una idea que, al menos a mi, me extrañó: el que escribir una partitura en ‘clave de sol’ (que es la más común), o en ‘clave de fa’, etc, es, simplemente, un recurso para que sea más cómodo representarla (y leerla) en un pentagrama… y para definir el tono más o menos grave o agudo (técnicamente, la frecuencia de la onda de sonido) que quieres que tenga tu creación musical... que puede usarse para indicar qué 'voz' debe cantarla.
Y esto es así porque ‘se conviene’ que el signo de la clave señale (en el caso de la clave de sol, el 'rizo', o círculo del signo, en la clave de fa es los dos puntos) la línea del pentagrama donde debe ir la nota que define esa clave… y por tanto las notas siguientes y anteriores. No quiero liarme, creo que es más fácil de entender con la imagen de abajo: quien lea este pentagrama sabe donde están las notas, porque la nota que está sobre la segunda línea (que es donde ‘apunta’ el símbolo (el 'círculo') de la clave) tiene que ser SOL.
Pero es que, además, no es un SOL cualquiera, se conviene que debe ser ‘el cuarto sol’ (‘SOL4’) que aparece, yendo de bajos a altos, en la escala de un piano. Esto nos da una idea, como decía, del ‘tono’ de la música.
Y, precisamente, por si el autor de una música quiere que ‘suene’ en un tono más bajo (o más alto), para no ir añadiendo pequeñas rayas (como las que se ven en la imagen anterior), aparecen las otras claves.
Por ejemplo, la clave de FA, que marca (con sus dos puntos) que la línea donde deba ir la nota FA (y que, precisamente, se define que ha de ser un ‘FA3’) sea la cuarta, se ve fácilmente en la imagen que sonaría ‘más grave’
y de esta forma el pentagrama, y las claves permiten, en una creación musical, representar las notas, y su tono. De hecho, en inglés, no se llaman clave de fa y clave de sol sino (lo cual es mucho más significativo) bass clef (clave de bajo) y treble clef (clave de soprano).
Podría haber más, existe, por ejemplo, la clave de ‘do en tercera’, que es muy cómoda para representar, en un pentagrama, un tono intermedio entre bajo y soprano, por ejemplo, ‘contra alto’ (o quizás, mezzosoprano) que representa el Do4 en la tercera línea, así:
En realidad, todo gira alrededor del ‘DO4’. Esta clave de ‘do en tercera’ lo centra en el pentagrama, y puede servir para escribir, más cómodamente, en tono de ‘contra alto’, mientras, es muy conocido, el DO4, en la clave de sol (o de soprano), que es la más usada, se representa por debajo del pentagrama (y aún queda más abajo el Fa3 de la clave de fa, o de bajo, como se ve aquí
O, para verlo desde el enfoque ‘posicional’ de las notas…
(por cierto, una búsqueda, en Google, por ‘clave (notación musical) wiki’ amplía (quizás, excesivamente) estos conceptos).
Así que, en resumen... tres conclusiones:
- Una, que una partitura, y el pentagrama, no son más que el lenguaje con el que se entienden los músicos, algo así como el Braille para los ciegos.
- Dos, que todo esto de las claves de sol, de fa… no son, en realidad, un concepto musical propiamente dicho, sino que solo son una herramienta para representar, más cómodamente, una creación musical, en el pentagrama
- Y tres, que esto es más largo de lo que pensaba, y tendré que ir escribiendo estas ‘nociones musicales’ a pequeñas dosis, en sucesivas entradas.
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