Está claro, y lo cito (como excusa) repetidamente, que el verano es la época del 'dolce far niente'. Pero (en mis tiempos) no era asi para todos. Porque era el
momento, para el colectivo de los malos estudiantes, de hacer forzoso acopio del necesario
conocimiento para poder pasar los exámenes de septiembre… o
repetías curso.