miércoles, 26 de julio de 2017

QVO VADIS ('homosexualitas')...?

Osea, a donde vamos a parar con eso de la homosexualidad, y el ‘pink power’, que parece que está tan de moda. Pero ojo no lo digo por homófobo, que en el fondo yo soy muy liberal (bueno, exactamente ‘liberal-conservador’), y muy de permitir que cada uno se haga, si le pluge, ‘de la capa un sayo’… con algunas reservas, claro, sino como reflexión sobre las tendencias sexuales de moda.

Por cierto que lo de las reservas se refiere, básicamente (y creo haberlo comentado alguna vez), a las movidas del ‘orgullo gay’ y todas estas expresiones de pésimo gusto con las que nos obsequia el colectivo LGBT (Lesbianas, Gays, Bisexuales y Transexuales) visible, que dan un cante… a todas luces muy excesivo, y aberrante. Antes no era así y, por eso, decía el estupendo actor Luis Escobar (al parecer Luis Escobar y Kirkpatrick, 7º marqués de las Marismas del Guadalquivir), el inefable marqués de Leguineche en ‘La escopeta nacional’ (y siguientes) de Berlanga, refiriéndose a las nuevas modas del orgullo gay... no, no, yo no soy gay: yo soy maricón de los de toda la vida.

El caso es que, lo dicho, está tan de moda eso de salir del armario, y parece tan ‘in’ lo de ser marica o lesbiana, que se me ocurren dos preguntas, que por cierto hice a varios amigos:

a) Uniendo lo público, y conocido, a lo privado, discreto y oculto… ¿qué porcentaje de población estimas que le atrae la homosexualidad...?
Y la opinión general es que puede rondar el 20%, y más aún si nos referimos al lesbianismo.
Y...

b) Un homosexual (u ‘homosexuala’)… ¿puede ser bisexual, es decir, cazar a pelo y a pluma...?
Y la respuesta general era que, metidos en la homosexualidad, no, aunque podría darse el caso, pero quizás como simple experiencia episódica.

Por supuesto, no conozco estudios fehacientes al respecto pero, en la cultura que se va imponiendo, sospecho que esto de la homosexualidad va a parecer que es de lo más normal... practicarla. Después de todo, en las culturas clásicas así era.

Pero ahora viene la reflexión: hablando de la cultura occidental, y de las ‘tasas de fecundidad’ que mencionaba el otro día... si para que prospere un colectivo humano hace falta que la tasa de fecundidad (numero de hijos por mujer) sea de 2,1, o más, si el 30, o 40, ¿o 50? por ciento de las mujeres pueden tender a ser lesbianas, y no van a procrear… ¿cómo va a resultar la cosa, en el futuro?

Hombre, pues la respuesta extrema es o ir a ‘la caida del imperio romano’… o ir a tener mujeres especializadas en crear hijos. O sea, como las hormigas y las abejas: soldados y reinas. Así que en la especie humana habría… amazonas y paridoras y, en los hombres,… ‘donantes y tomantes’

Y entonces la pregunta de fondo que debe surgir es si en esto de la homosexualidad se debe ir a...
a) ¿Tratar de erradicarla?
b) ¿Tratar de contenerla, o limitarla?
c) ¿Consentirla y aceptarla, y a quien dios se la de, san pedro se la bendiga?
d) ¿Promoverla y potenciarla?

Así que se piense cada uno la respuesta. Y, puestos en el plano evolutivo, otra pregunta que me bulle en la cabeza es si la especie humana no tenderá a acabar siendo hermafrodita...

¡Ay, dios, vaya ‘serpiente de verano’, en que lucubraciones me he metido hoy...!


domingo, 2 de julio de 2017

Covadonga, Cataluña, galgos y podencos

Comentaba yo, hace casi 3 años, hablando de ‘la casta’, y del ‘basta ya’, que los ciudadanos de a pie (y no solo la nueva casta de ‘jóvenes radicales indignados’) albergamos en el fondo, o menos fondo, de nuestra sensibilidad, aquello de la fábula de Iriarte, lo de ‘en esta disputa/ llegando los perros/ pillan descuidados/ a mis dos conejos’…porque mucho bla bla bla... pero poco hacer.

Y no puede dejarme de venir a la mente ese pasaje cada vez que pienso en lo parsimonioso, y poco dado a dar un puñetazo sobre la mesa, que es nuestro presidente de Gobierno Mariano Rajoy.