Comentaba yo, hace casi 3 años, hablando de ‘la casta’, y del ‘basta ya’, que los ciudadanos de a pie (y no solo la nueva casta de ‘jóvenes radicales indignados’) albergamos en el fondo, o menos fondo, de nuestra sensibilidad, aquello de la fábula de Iriarte, lo de ‘en esta disputa/ llegando los perros/ pillan descuidados/ a mis dos conejos’…porque mucho bla bla bla... pero poco hacer.
Y no puede dejarme de venir a la mente ese pasaje cada vez que pienso en lo parsimonioso, y poco dado a dar un puñetazo sobre la mesa, que es nuestro presidente de Gobierno Mariano Rajoy.
Y es que no se (y, de verdad, llego a dudarlo) si es porque es un prudente hombre de estado, o porque, simple y llanamente, es vago y pasota, o al menos de naturaleza pusilánime, el caso es que los problemas se van acumulando y se palpa en el ambiente una opinión de que los actuales políticos del Partido Popular no son mas que una pandilla de amiguetes que, de la mano de Mariano Rajoy, se dedican a vivir del cuento, y del poder, alejados de los sentimientos de sus votantes, sin querer ‘mojarse’ y sin más objetivo que aguantar sin hacer nada limitándose, como mucho, en advertir de que ‘no seáis malos, que el Estado no lo va a permitir’.
Pero, entretanto, las cosas pasan. Por ejemplo, en Cataluña, con los independentistas. O con futuros independentistas, de otras regiones, que a buen seguro que, si no vence el Estado, irían detrás.
O, por poner otro ejemplo, con las concesiones a los/las representantes de la ‘ideología de género’, o a los/las del colectivo LGBT (Lesbianas, Gays, Bisexuales y Transexuales)‘, que se les permite (cuando no ‘se les aplaude’) un protagonismo y una invasión física y/o ideológica en el entorno del resto de la ciudadanía que no puede calificarse de otra manera que ‘irracional’.
O, por hablar de otros temas, cuando resulta que nos han apretado el cinturón, baldado a impuestos, recortado servicios… y el gasto del Estado, y la deuda, en las cuentas nacionales… siguen creciendo, seguramente porque hay algún grifo que no solo no se ha cerrado, sino que sigue voluntariamente abierto propiciando nutritivas aportaciones a los ‘elegidos’.
Y ¿por qué...? pues sencillamente, ‘por no saber cortar a tiempo’.
No quería hablar aquí, expresamente, de esto, pero como es noticia de todos los telediarios, me cabrea enormemente que, en estos días en que se celebra el ‘World Pride Madrid 2017’ estemos ¡10 días…! aguantando la invasión y el reporte de los excesos de cerca de 2 millones de maricones de todo el mundo en todas las portadas, y con la complicidad (y colaboración activa) de todos los partidos políticos (que buenos son para perder un yacimiento de votos...) Que yo no tengo nada contra ese colectivo y que, a nivel privado, y por mi, un paisano, o paisana, puede hacer lo que quiera, pero eso de montar un carnaval de mariconas exhibicionistas y metérnoslo hasta en el desayuno... es que me parece un abuso infumable.
Yo de lo que quiero hablar es del caso de los catalanes separatistas: porque no hacen más que comer terreno avanzando en sus ideas, y arraigándolas en su pueblo. Y, entretanto, el Gobierno español amenazando… pero sin hacer nada. Y así vamos a llegar a lo que nos pasó con la invasión de los árabes: que cuando nos dimos cuenta, estábamos subidos a una peña, en una cueva… y rodeados de moros.
La ventaja de esta historia es que ganó Pelayo. Pero la Reconquista, el poder ocupar de nuevo el territorio usurpado, que partió de aquella victoria en Covadonga… duró 700 años. Y esto es lo malo de jugar a si son galgos o podencos: que como nos descuidemos, nos cogen con el carrito de los helados… y luego va a costar un huevo recuperar lo que antes era ‘normal’
Asi que dejémonos de historias: vamos a exigir que sea normal lo que en la vida debe de ser normal, así que los maricones a su casita, y que hagan, en privado, lo que quieran (como lo hace todo el mundo, claro), y respecto a los independentistas, que reniegan de la Constitución, que interpretan las leyes a su manera (cuando no, si les interesa, se las pasan por el arco del triunfo) pues a pararles los pies de una puñetera vez, a ponerlos en su sitio ‘constitucional’ y el que no quiera… al trullo, que estamos en un estado democrático donde hay que exigir derechos… pero también hay que exigir obligaciones.
Y vamos a dejarnos de gaitas de que si son galgos o podencos, de que si es mejor tener una actitud no beligerante, ofreciendo diálogo... o sea retrocediendo hasta la última frontera… porque luego costará mas recuperar el terreno que se está perdiendo.
Ay, si Pelayo, Alfonso I de Asturias, o tantos otros, levantasen la cabeza...
Y no puede dejarme de venir a la mente ese pasaje cada vez que pienso en lo parsimonioso, y poco dado a dar un puñetazo sobre la mesa, que es nuestro presidente de Gobierno Mariano Rajoy.
Y es que no se (y, de verdad, llego a dudarlo) si es porque es un prudente hombre de estado, o porque, simple y llanamente, es vago y pasota, o al menos de naturaleza pusilánime, el caso es que los problemas se van acumulando y se palpa en el ambiente una opinión de que los actuales políticos del Partido Popular no son mas que una pandilla de amiguetes que, de la mano de Mariano Rajoy, se dedican a vivir del cuento, y del poder, alejados de los sentimientos de sus votantes, sin querer ‘mojarse’ y sin más objetivo que aguantar sin hacer nada limitándose, como mucho, en advertir de que ‘no seáis malos, que el Estado no lo va a permitir’.
Pero, entretanto, las cosas pasan. Por ejemplo, en Cataluña, con los independentistas. O con futuros independentistas, de otras regiones, que a buen seguro que, si no vence el Estado, irían detrás.
O, por poner otro ejemplo, con las concesiones a los/las representantes de la ‘ideología de género’, o a los/las del colectivo LGBT (Lesbianas, Gays, Bisexuales y Transexuales)‘, que se les permite (cuando no ‘se les aplaude’) un protagonismo y una invasión física y/o ideológica en el entorno del resto de la ciudadanía que no puede calificarse de otra manera que ‘irracional’.
O, por hablar de otros temas, cuando resulta que nos han apretado el cinturón, baldado a impuestos, recortado servicios… y el gasto del Estado, y la deuda, en las cuentas nacionales… siguen creciendo, seguramente porque hay algún grifo que no solo no se ha cerrado, sino que sigue voluntariamente abierto propiciando nutritivas aportaciones a los ‘elegidos’.
Y ¿por qué...? pues sencillamente, ‘por no saber cortar a tiempo’.
No quería hablar aquí, expresamente, de esto, pero como es noticia de todos los telediarios, me cabrea enormemente que, en estos días en que se celebra el ‘World Pride Madrid 2017’ estemos ¡10 días…! aguantando la invasión y el reporte de los excesos de cerca de 2 millones de maricones de todo el mundo en todas las portadas, y con la complicidad (y colaboración activa) de todos los partidos políticos (que buenos son para perder un yacimiento de votos...) Que yo no tengo nada contra ese colectivo y que, a nivel privado, y por mi, un paisano, o paisana, puede hacer lo que quiera, pero eso de montar un carnaval de mariconas exhibicionistas y metérnoslo hasta en el desayuno... es que me parece un abuso infumable.
Yo de lo que quiero hablar es del caso de los catalanes separatistas: porque no hacen más que comer terreno avanzando en sus ideas, y arraigándolas en su pueblo. Y, entretanto, el Gobierno español amenazando… pero sin hacer nada. Y así vamos a llegar a lo que nos pasó con la invasión de los árabes: que cuando nos dimos cuenta, estábamos subidos a una peña, en una cueva… y rodeados de moros.
La ventaja de esta historia es que ganó Pelayo. Pero la Reconquista, el poder ocupar de nuevo el territorio usurpado, que partió de aquella victoria en Covadonga… duró 700 años. Y esto es lo malo de jugar a si son galgos o podencos: que como nos descuidemos, nos cogen con el carrito de los helados… y luego va a costar un huevo recuperar lo que antes era ‘normal’
Asi que dejémonos de historias: vamos a exigir que sea normal lo que en la vida debe de ser normal, así que los maricones a su casita, y que hagan, en privado, lo que quieran (como lo hace todo el mundo, claro), y respecto a los independentistas, que reniegan de la Constitución, que interpretan las leyes a su manera (cuando no, si les interesa, se las pasan por el arco del triunfo) pues a pararles los pies de una puñetera vez, a ponerlos en su sitio ‘constitucional’ y el que no quiera… al trullo, que estamos en un estado democrático donde hay que exigir derechos… pero también hay que exigir obligaciones.
Y vamos a dejarnos de gaitas de que si son galgos o podencos, de que si es mejor tener una actitud no beligerante, ofreciendo diálogo... o sea retrocediendo hasta la última frontera… porque luego costará mas recuperar el terreno que se está perdiendo.
Ay, si Pelayo, Alfonso I de Asturias, o tantos otros, levantasen la cabeza...
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