jueves, 9 de noviembre de 2023

Inteligencia Artificial

L a inteligencia artificial (IA) es un campo de la informática que se centra en el desarrollo de sistemas y programas capaces de realizar tareas que, normalmente, requieren la intervención humana, como el razonamiento, la resolución de problemas, el aprendizaje y la toma de decisiones. La IA se ha convertido en un componente fundamental de la revolución tecnológica actual y tiene aplicaciones en una amplia variedad de campos.

En su núcleo, la IA se basa en algoritmos y modelos matemáticos que permiten a las máquinas procesar grandes cantidades de datos, aprender de ellos y tomar decisiones basadas en patrones y experiencias previas. Esto se logra a través de técnicas como el aprendizaje automático, que implica que las máquinas "aprendan" de los datos y ajusten sus comportamientos en consecuencia. Además, la IA incluye subcampos como el procesamiento del lenguaje natural (NLP) y la visión por computadora, que permiten a las máquinas comprender y generar lenguaje humano, así como interpretar imágenes y videos.

La IA tiene una amplia gama de aplicaciones en muy diversos sectores. Por ejemplo…
  • Aprendizaje automático: La IA puede aprender de los datos y mejorar su rendimiento con el tiempo. Los algoritmos de aprendizaje automático permiten a las máquinas identificar patrones, predecir resultados y tomar decisiones basadas en datos históricos.
  • Visión por computadora: Los sistemas de IA pueden analizar imágenes y videos para identificar objetos, rostros, gestos y realizar tareas como reconocimiento de caracteres y detección de anomalías.
  • Procesamiento del lenguaje natural (NLP): La IA puede comprender y generar lenguaje humano. Esto se utiliza en aplicaciones como chatbots, traducción automática, análisis de sentimientos y resumen de textos.
  • Reconocimiento de voz: La IA puede convertir el habla en texto y viceversa, lo que es fundamental para asistentes virtuales como Siri y Alexa, así como para sistemas de dictado y transcripción.
  • Automatización de tareas repetitivas: La IA puede realizar tareas monótonas y repetitivas de manera eficiente, lo que aumenta la productividad y reduce el error humano.
  • Sistemas de recomendación: La IA se utiliza en plataformas de streaming, comercio electrónico y redes sociales para recomendar productos, películas, música y contenido basado en el comportamiento del usuario y sus preferencias.
  • Diagnóstico médico: La IA puede analizar datos médicos, como imágenes de escáneres y registros de pacientes, para ayudar en el diagnóstico de enfermedades y la identificación de tratamientos efectivos.
  • Conducción autónoma: La IA se utiliza en vehículos autónomos para tomar decisiones en tiempo real, como evitar obstáculos y mantener la seguridad en la carretera.
  • Optimización y planificación: La IA puede ayudar a empresas a optimizar sus operaciones, gestionar la cadena de suministro y planificar rutas de entrega de manera más eficiente.
  • Simulación y predicción: La IA se utiliza para simular escenarios y predecir resultados en campos como la meteorología, la investigación científica y la gestión de recursos.
  • Seguridad cibernética: La IA puede detectar patrones de comportamiento anómalos en redes y sistemas de computadoras para identificar amenazas y ataques cibernéticos.
En resumen, la inteligencia artificial es un campo de la informática que se centra en desarrollar sistemas capaces de realizar tareas inteligentes, aprendiendo de datos y patrones. Sus aplicaciones son muy diversas. Sin embargo, su uso debe ser cuidadosamente regulado para abordar cuestiones éticas y sociales.

Si, porque... ¿Qué riesgos, o peligros, puede generar el empleo de la AI…?
El uso de la inteligencia artificial (IA) plantea diversos desafíos y peligros que deben abordarse cuidadosamente. Algunos de los principales peligros son, por ejemplo...
  • Sesgos, errores sistemáticos y discriminación: Los algoritmos de IA pueden heredar sesgos y prejuicios de los datos con los que se entrenan, lo que puede llevar a decisiones discriminatorias en áreas como la selección de personal, la concesión de préstamos y la justicia.
  • Privacidad: La IA puede recopilar y analizar grandes cantidades de datos personales, lo que plantea preocupaciones sobre la privacidad si no se gestionan adecuadamente.
  • Desempleo tecnológico: La automatización impulsada por la IA puede reemplazar ciertos trabajos, lo que podría llevar a la pérdida de empleo y desafíos en la reconfiguración de la fuerza laboral.
  • Ciberseguridad: Los sistemas de IA también pueden utilizarse en ciberataques avanzados, lo que aumenta la necesidad de una sólida seguridad cibernética.
  • Manipulación de información: La IA puede generar contenido falso, como ‘deepfakes’, que socava la confianza en la información auténtica y dificulta la distinción entre lo real y lo falso.
  • Dependencia tecnológica: Una dependencia excesiva de la IA en sectores críticos puede crear vulnerabilidades significativas si los sistemas fallan o son atacados.
  • Ética en la toma de decisiones: La IA puede tomar decisiones complejas, lo que plantea interrogantes éticas sobre la responsabilidad y la transparencia en las decisiones tomadas por máquinas.
Abordar estos peligros requiere una regulación efectiva, la consideración de la ética en el diseño de sistemas de IA y la formación de una sociedad informada sobre los riesgos y beneficios de esta tecnología.

Y, habiendo aclarado, más o menos simplemente, el alcance actual de la Inteligencia Artificial, es el momento de hacer esta confesión:
«Confieso que todo este texto no es mío, sino que me lo ha generado (a mi petición, y en un ‘plis-plas’) una web que usa una aplicación de Inteligencia Artificial, el conocido chatbot (‘robot de charlas’) ‘chatGPT’ (de Chat Generative Pre-trained Transformer), llamada chat.openAI.»

Y para eso solo he tenido que entrar, registrarme (gratuitamente) y confirmar, mediante un código que me envían al teléfono, su activación para, a partir de ahí (interactuando, por supuesto, en español), poder remitirles un ‘mensaje’ diciendo lo que quiero obtener… y recibir, de inmediato, un texto con la respuesta. Y, en este caso, mis dos (bueno, tres) mensajes han sido, simplemente…
- ‘dime en unas 400 palabras (luego se lo pedí en 250) qué es y qué puede hacer la AI’, y…
- ‘dime en unas 150 palabras qué peligros tiene el uso de la AI’.
Y el texto que he puesto arriba es lo que me ha proporcionado ‘chat.openAI’… que no he tenido más que copiar y pegar aquí.

Y, explorando la nueva experiencia, también he hecho, ‘a bote pronto’, algunas otras pruebas ‘variopintas’: ‘escríbeme un soneto sobre Asturias’, ‘dime que se siente a los 80 años’, ‘¿Dios ha creado al hombre o el hombre ha creado a Dios?’, etc.… con resultados igualmente espectaculares.

Por cierto que, tras cada respuesta recibida, puedes indicar al programa... ‘Volver a generar’… ¡Y te crea otro articulo distinto (u otro soneto…) sobre el tema indicado…! (y te pregunta si es mejor o peor que el anterior)

Solo dos palabras: ‘IMPRE...ZIONANTE’ (espero que no lean esto mis nietos... que todavía están en el proceso de esforzarse, estudiando).

Aunque - ésto lo tengo muy claro - en las infinitas aplicaciones de un chatbot siempre interviene un vital ‘factor humano’: que lo importante, y fundamental, es...‘saber preguntar’.

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