E
sta frase, título de una famosa y vieja película que, por supuesto, habré visto, pero que no me acuerdo de nada, también significa, como tropo, o figura retórica muy descriptiva (y así está recogido en el DRAE), “rumores o indicios que anuncian la inminencia de un conflicto o de un enfrentamiento grave”… y viene pintiparada para calificar la situación que se está cociendo en esta España mía, España nuestra, a propósito de la situación política. Porque de la ‘calma chicha’ de octubre, que comentaba hace unos días, hemos pasado a la tormenta
perfecta (ciclogénesis explosiva, que dirían los ‘modernos’) del momento. Porque veamos...
Todo empieza el 31 de octubre, con la utilización torticera y espuria de un episodio de ejemplar calidad democrática: la mayoría de edad de la Princesa Leonor y (el propio día 31) su solemne adhesión, y juramento de fidelidad, ante las Cortes Españolas, a la Constitución vigente. Destaco, como precioso y emocionante momento, el del eterno aplauso a la Princesa tras su jura, que la constituía legalmente como heredera de la Corona (más de 4 minutos, y solo cortado, en primera instancia, por la Presidenta de las Cortes (otro horrible gesto suyo, a sumar al de su paleto y partidista discurso institucional precedente) y en segunda, pero ya como gesto educado, de un emocionado Rey, y padre).
Porque, a partir de este momento, empezaron las maniobras del PSOE para oscurecer la noticia y que se hablase solo de Pedro Sánchez y de su investidura como nuevo Presidente de Gobierno.
Así que, si antes del acto tuvimos que aguantar los indefendibles desplantes y desprecios de muchos de sus socios (y hasta de tres ministros), renunciado personarse en los actos oficiales (que uno puede ser republicano, pero no un ineducado e irresponsable, el solemne Juramento está contemplado en la Constitución que nos rige… y a la que deben respeto), la tarde del mismo día se envió, para su difusión, la noticia de que se había llegado a todos los acuerdos exigidos y la investidura sería inminente.
Sin duda estaba todo preparado por el ‘think tank’ sanchista… para opacar rápidamente al Rey y a la Princesa Leonor, y su carisma sobrevenido, como claro centro de la atención de todos los españoles (y de la prensa extranjera) y que ‘su sanchidad’ volviese al primer plano.
Pero al empezarse a poner ‘negro sobre blanco’ unos pactos negociados con secretismo (oficialmente ‘con prudente discreción y reserva’), surge el problema: que me quedé corto en lo que ya hablaba yo en ‘Por un beso tuyo’... y sus necesarios socios catalanes aprietan aún más, sabiendo que Sánchez está dispuesto a vender hasta a su madre para poder seguir en la Moncloa.
Y hay, además, en esas peticiones, un claro recochineo supremacista (o, expresado más duramente, el palpable deseo de humillar al Estado Español y a los principios constitucionales vigentes) para acceder a votar a Sánchez… y Sánchez, como pasa con los asuntos con Marruecos (por el espionaje de Pegasus) está cogido por donde más duele, y traga con todo.
Este ‘con todo’ es, 'de momento...', una amplísima amnistía ‘sin excepciones’ que incluya, también, a grupos ultras revolucionarios, como Tsunami Democràtic, y los CDR (Comités de Defensa de la República Catalana) que siembran terror, vandalismo, y agresiones a los Cuerpos de Seguridad en las 'perfomances' independentistas desde octubre de 2017, a ‘amiguetes de la cuerda secesionista’ ya condenados por vulgares y tipificados delitos de corrupción, malversación y/o prevaricación, que extienda su ámbito temporal para incluir a personajes 'amigos' también condenados, como Artur Mas y la propia familia Pujol, etc.
Y en el terreno económico, aparte de gabelas y concesiones, 'de momento...' la condonación del 20% de las deudas de la 'gastiza' Generalitat con el Estado Español (su deuda total es de más de 70.000 millones de euros, el doble del presupuesto autonómico de Madrid… y casi 12 veces el de Asturias) y la cesión de patrimonio estratégico, como la red ferroviaria ‘de cercanías’… que, en su caso, les permitiría condicionar el acceso a Europa de mercancías y viajeros procedentes, por ejemplo, de todo el corredor mediterráneo.
Y esto por parte de los socios catalanes… que los temas de los vascos, y de los comunistas, ecologetas, feministas y demás socios necesarios... aún no han aflorado del todo.
Con lo cual el resultado es, cara al resto de España… muy inquietante, porque el deterioro económico (¿Y quien paga todo ésto…?), legal e institucional es tan grande que cada vez hay más colectivos que ya están empezando a manifestar públicamente su discrepancia, o protesta…
Y a ver qué va a pasar, con un Sánchez, Presidente de Gobierno en funciones, que está vendiendo España, que está siendo manejado como un pelele por Puigdemont y compañía… y que está dispuesto a aceptar todo con tal de que le voten… lo que, de confirmarse en el poder, e impulsar los cambios propuestos, sería un verdadero asalto al Estado y a la Constitución actuales, que cada vez suenan más ‘tambores de guerra’, en el sentido que indica la Real Academia… y que, inquietantemente, hasta empieza a recordar al ambiente emocional de la España de los primeros meses del 36.
Pero veo que voy a alargarme, así que lo dejo aquí, y continuaré mi reflexión en una próxima entrada…
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