Dejé para esta segunda parte, por no extenderme demasiado, las técnicas de decoración por transferencia de color. En una palabra, queda hablar del amplio mundo del pintado a mano, de la aplicación manual (o por máquinas especializadas) de filetes de color, o de oro, de la estampación, de la impresión serigráfica y de las transferencias de decoración y color a través de papel impreso, o por calcomanías.
E introducía el tema de la variante de ‘decoración bajo baño’ y de decoración ‘sobre cubierta’. Pero… ¿Por qué estas variantes…?
La explicación es sencilla: por un lado, la técnica ‘bajo baño’ ofrece una decoración ‘protegida’ por la capa de vidrio del posible deterioro por ácidos y álcalis, y de la acción de agentes agresivos, como un simple ‘fregado’ abrasivo, el programa del lavavajillas, etc. Y, por otro, los pigmentos cerámicos son más o menos resistentes a la 'acción del fuego' en los hornos de cocción. El caso más extremo es el oro y la plata (platino), son muy tipicas las vajillas decoradas con un filete de oro (o plata)… pero no se puede fijar a más de 900ºC… lo que exige una decoración ‘sobre cubierta’ con un tercer fuego (generalmente en hornos eléctricos, o de calentamiento indirecto (’muflados’) para fijarlo.
Esta decoración ‘sobre cubierta’ (‘sobre baño’) no es desechable, ya que tiene el interés cerámico de poder conseguir efectos decorativos de colores ‘más vivos’ (por ejemplo, en la gama de los rojos) y, sobre todo, como he dicho, con metales preciosos, como el típico ‘fileteado’ en oro, o platino, de muchas porcelanas (y presente, también, en platos y piezas de loza)… pero son decorados ‘no resistentes (a la larga...) al lavavajillas’
Es claro que, por razones de mayor protección del decorado, e incluso de eventual seguridad ante la corrosión por ácidos (por ejemplo, el vinagre) el futuro está en la decoración ‘bajo baño’. Y aquí es donde la loza (con un segundo fuego, el de barnizado, de poco más de 1050ºC), ofrece muchas más posibilidades de decoración ‘bajo baño’ que la porcelana, que es de 1300ºC.
Y ahi es donde, en Fábrica de Loza de San Claudio, pudimos enorgullecernos de estar en puestos cabeceros, a nivel mundial, sobre todo en la decoración por calcomanías ‘bajo cubierta’ (o sea, ‘bajo baño’) donde, en estrecha colaboración con la empresa asturiana Ibérica de Calcomanías (Ibercalco), abrimos importantes vías de investigación, y pruebas piloto, y puede decirse que la decoración por calcomanía cerámica se está imponiendo hasta en las fábricas más tradicionales, como La Cartuja de Sevilla (Pickman), y muchas marcas de loza inglesa.
Matizado ya, ampliamente, qué son los decorados bajo baño y sobre baño, hablemos ya de las posibles técnicas decorativas ‘por transferencia de color’, que pueden aplicarse en ambas modalidades de decoración.
Y por estructurarlo, digamos que podemos decorar bien mediante la aplicación directa de colores, o bien mediante la transferencia del color.
Técnicas de decoración por aplicación directa del color sobre la pieza.
Incluyen...
El pintado a mano (a pincel), hoy prácticamente limitado a bandas y filetes de color, o de oro o platino (‘plata’), excepto en producciones artesanales.
El pintado a máquina (normalmente un pintado simultáneo de bandas o filetes ‘de varios colores’ en piezas sencillas, de revolución, ya que que así se economiza mucho la ejecución de esta decoración.
El pulverizado ‘a pistola’, directamente o con ‘trepas’ (plantillas) que permitan perfilar contornos, separar colores, etc.
La aplicación ‘a pincel’ de puntos o adornos de colores reactivos
Técnicas de decoración por impresión o transferencia del color
Aquí, que es el sistema más empleado, por las posibilidades que ofrece, podemos hablar de…
La impresión (normalmente de un color) por estampación (directa, o semidirecta) de un motivo decorativo.
La impresión serigráfica (también ‘monocolor’) de dicho motivo, que asimismo puede ser directa o semidirecta. Ambas técnicas de impresión tienen ciertas limitaciones, si queremos que la transferencia de color sea ‘perfecta’, y de exacta tonalidad, en todas las piezas.
La ancestral técnica de transporte de la decoración mediante papel impreso en planchas de cobre grabadas.
La decoración por calcomanías (que pueden ser serigráficas o litográficas). En San Claudio empleamos mucho la decoración por calcomanías serigráficas, que se realiza adaptando manualmente a las piezas los motivos diseñados con sus colores cerámicos.
Esta decoración por calcomanías, por supuesto manual, requiere su destreza. Unas veces los motivos son sencillos (una flor, unos frutos sueltos…) y basta ‘dejarlos caer’ en la pieza, pero otras la calcomanía cubre casi toda la pieza y requiere irla adaptando a los bordes, a las ondas de la misma (por ejemplo, es el caso de los complejos decorados ‘tipo inglés’).
Acabo comentando que en San Claudio, donde todo el proceso de decoración recaía en hábiles manos femeninas, unas como expertas fileteadoras, otras como hábiles ‘calquistas’ (hay que decir que la mitad de la plantilla de la empresa eran mujeres) decorábamos (‘tradicionalmente’) una parte de la producción ‘sobre cubierta’, en el ‘Taller de Decoración Mufla (‘del horno mufla’) con vajillas y piezas que llevasen filetes de oro o plata, o colores vivos en los decorados, etc.
Pero en mi tiempo allí potenciamos claramente el ‘Taller de Decoración bajo baño’ donde producíamos, básicamente, los mencionados decorados ’tipo inglés’ con los famosos motivos Kantong, o el Madrás, el Willows, el Bridge… y diversas ‘líneas decorativas’ de diseño propio, como las ‘Flores y frutos’, la tradicional y sólida forma Naranco, la línea ‘Botánica’ (decorado ‘taraxacum’ y otros…) cuyas imágenes no hay más que buscarlas introduciendo en Google (por ejemplo) ‘vajillas san claudio’… y donde nuestro Jefe de Decoración desarrolló un ‘tapaporos’, muy necesario para poder decorar ‘sobre el bizcocho’, de fórmula más o menos secreta, que era un líquido orgánico ‘verde y pringoso’ que (no podría tener otro nombre) le llamamos ‘el pringol’… y las piezas, antes de decorarlas, tenían que ‘pringolearse’ (y luego quemarlo).
Bonitos tiempos… donde no era infrecuente quedarnos esperando, a pie de horno, a veces con quien la decoró, a que saliese una pieza, o muestra, realizada como ‘prueba piloto’. Porque hay que decir que, la cerámica, y con esto acabo esta serie, ‘engancha’ muchísimo. Cuando cerró la empresa, y sus últimos trabajadores se manifestaron en una marcha desde San Claudio hasta Oviedo, yo (que hacía 10 años que había dejado aquello) salí a aplaudirlos al borde de la carretera, y hasta alguno me invitó a incorporarme (cosa que, naturalmente, no hice).
De hecho, ahora, a veces me topo por Oviedo con algunas de las buenísimas decoradoras que teníamos (una, en particular, ya es bisabuela) y charlamos recordando ‘la parte buena’ de aquellos tiempos...
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