jueves, 2 de enero de 2025

Los reinos de Taifas

Empiezo el año 2025 con la tradicional ‘pereza inaugural’, así que mi primera entrada al Blog va a ser, en general (me lo pide el cuerpo), un ‘copy-paste’. Quizás eche mano de algún ChatGPT, que eso de aprovecharse de la Inteligencia Artificial parece ser que está de moda y, aparte de poder usarla para hacer algunas maldades, que a ver a donde nos llevan... sospecho que ya es de empleo masivo al menos entre estudiantes y periodistas. Vamos que hasta mi hijo, que dirige una Auditora, me dice que tienen el ChatGPT Pro ‘a mano’…
Pero bueno, como yo todavía soy un ‘clásico’, de momento me apañaré con la Wikipedia.

Y la Wiki describe a los primeros reinos de taifas como un […] conjunto de pequeños estados que fueron apareciendo entre la desintegración del califato de Córdoba a partir de la ‘fitna’ (guerra civil) que estalló en 1009 tras la muerte del último caudillo amirí Abd al-Malik al-Muzaffar, y el derrocamiento del último califa omeya Hisham III, con la consiguiente abolición formal del califato en 1031. Posteriormente, los regímenes políticos autónomos de los reinos de taifas sucumbieron ante la instauración en al-Andalus, y desde 1085, de gobiernos almorávides, dependientes de monarquías magrebís.

[…] Y es que desde que el califa Hisham II es obligado a abdicar en 1009 hasta el año de la abolición formal del califato en 1031 se plantea un escenario político caótico que dio paso a la independencia paulatina de las taifas de Almería, Murcia, Alpuente, Arcos, Badajoz, Carmona, Denia, Granada, Huelva, Morón, Silves, Toledo, Tortosa, Valencia, Albarracín y Zaragoza. Cuando el último califa Hisham III es depuesto y proclamada en Córdoba una república, todas las 'coras' (provincias) de Al-Ándalus que aún no se habían segregado se autoproclaman independientes, regidas por clanes árabes, bereberes o eslavos.

Inicialmente se constituyeron más de veinte pequeños estados o taifas autónomas dirigidos por caudillos locales […] En general, las taifas más poderosas fueron absorbiendo con el tiempo a las más pequeñas […]

Durante el apogeo de los reinos de taifas del siglo XI sus reyezuelos intentaron reproducir las estructuras del califato omeya a una escala menor. Para ello compitieron entre sí no solo militarmente sino también procuraron mostrar su esplendor intelectual. Para ello, trataron de rodearse de los más prestigiosos poetas, científicos y artistas.

Sin embargo, esa disgregación del califato en múltiples taifas, que podían subdividirse o concentrarse con el paso del tiempo, hizo evidente que sólo un poder político centralizado y unificado podía resistir el avance de los reinos cristianos del norte. Al carecer de las tropas necesarias, las taifas contrataban mercenarios para luchar contra sus vecinos o para oponerse a aquellos reinos cristianos del norte. Incluso guerreros cristianos, como el propio Cid Campeador, sirvieron a reyes musulmanes, luchando incluso contra otros reyes cristianos.

Pero esto no fue suficiente… Y por todo ello, en la evolución de los primeros reinos de taifas se pueden distinguir estos tres periodos:
1ª Etapa: nacimiento (1009 a 1031).
En tiempos de deterioro del califato, distintas facciones (o linajes) se hacen progresivamente con el poder en sus gobiernos locales, y apoyan a los efímeros pretendientes a califa a quienes manejan según sus intereses. Las intrigas por la cabeza del califato se desarrollaban fundamentalmente en Córdoba, pero desde la capital se perdió todo control sobre el resto de las coras (divisiones territoriales) andalusíes, que aprovecharon los incipientes reyezuelos taifales para gobernar cada vez con mayor independencia, acuñando moneda y creando una administración independiente.

2ª Etapa: desarrollo (1031 a 1045).
Con la desaparición formal de la figura del califa, los reyes taifas procuran imitar los modos califales a escala local, construyendo palacios regios, nombrando visires, rodeándose de una corte monárquica y procurando atraer intelectuales y poetas que canten sus glorias, valiéndose del cultivo del género literario del panegírico, tan importante para la cultura islámica.

Pero la lucha por la supervivencia de los pequeños reinos y la expansión de los más pujantes generan importantes gastos […] Las taifas mayores dominan a las satélites, de manera que algunas se consolidan como potencias.

3ª Etapa: deterioro y disolución (1045 a 1090).
Las guerras interinas, los enormes gastos (incluidas importantes ‘parias’ (impuestos) pagadas a los reyes cristianos para mantenerse en el poder) y la pujanza de esos ‘reinos del norte’ decantó definitivamente la balanza. Así, en 1085, Alfonso VI logra fracturar el centro neurálgico de la cultura musulmana, tomando la Taifa de Toledo y estrangulando la vía medular de comunicación andalusí [...].

Y en 1085, los reyes taifas de Badajoz y Sevilla solicitan socorro a los almorávides del norte de Africa que, aunque acuden en defensa del islam, acabarán definitivamente con el poder de los reyes taifas hispano-musulmanes, al derrocarlos (y tomar ellos el mando).

A partir de ahí la historia sigue, y acaba, como ya conocemos, que, a pesar de iniciarse una nueva etapa para Al-Andalus (la de los almorávides, dependientes del imperio magrebí de la época)… la Reconquista siguió su curso y, finalizando con los Reyes Católicos, se consolidó en la Península la nueva ‘nación Española’.

Bien, pues hasta aquí este apunte histórico. Pero, como corolario… y a mi que toda esta historia de estos primeros Reinos de Taifas me suena un poco a película ya vista…

O sea, esto de las tres etapas, la primera, de maquinaciones desde la capital (en su caso, Córdoba), luego (14 años, de 1031 a 1045) de independencia y reinado propiamente dicho de las principales Taifas, con años de lujo y boato locales para, una o dos generaciones más tarde (tercera etapa), habiéndose disparado sus gastos, llegar a ’la ruina memorable’, y a la desaparición de dicha independencia, ya que los imperios norteafricanos a quienes se solicita ayuda acaban derrocando o absorbiendo a esas taifas y convirtiéndose en los nuevos amos del cotarro.

Aunque, y así continua la historia, éstos (y los siguientes, los almohades, también magrebíes) acabarán también derrotados por las fuerzas ‘cristianas’ castellano-leonesas y navarro-aragonesas, que siguieron avanzando, implacablemente, desde el Norte.

Y esto fueron las Taifas... así que me temo que la gente no estudia la historia de España… o no sabe sacar conclusiones, o ‘lecciones aprendidas’, de pasadas experiencias.
O estamos en lo de siempre, en el 'factor humano' donde, ante lo atractivo que siempre es el poder, los 'politiquillos de turno' toman el mando de su 'taifa' y se lanzan a tumba abierta, disfrutando de algunos años de gloria... para terminar desapareciendo del mapa con un simple ‘que me quiten lo bailao... y el que venga detrás que arree.’

Con lo cual lo que está claro que hay que dejarse de gaitas, que lo mejor siempre es procurar ser (con perdón...) 'una, grande, (y libre, claro)'

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