Los modernos dirían… ‘popcorn’. Que es lo que, típicamente, ahora compra la gente siempre que se dispone a presenciar un espectáculo. Aunque debo decir que yo no pertenezco a esa generación, la que se repanchinga en la butaca del cine, o en un sofá (y esto a veces, hasta con la ‘bata-manta’) con un gran cubo de palomitas para, bien ‘repantigado’, (del latín, pantex, -ĭcis, panza, que es, matizando la Real Academia que también acepta el término 'repanchingar'... 'arrellanarse en el asiento y extenderse para mayor comodidad') ver una peli, o un show, con absoluta comodidad.
Y ya, apetece, que muchos españolitos lo estamos deseando poder hacer de una vez, a tenor de las noticias políticas que se van apilando… pero que no se acaban de concretar, y ya va siendo hora. Porque, frustrados, en su día, por ejemplo con el escándalo de ‘la PESOE’ de Andalucía, donde hubo presidentes involucrados, 'carradas' de langostinos de Sanlúcar, jamones de Jabugo, farlopa y mujeres de las buenas, dinero ‘pa asá una vaca’, etc., pero que se acabó cerrando con mucho humo y total disimulo… el cuerpo ya nos pide poder presenciar, completo, otro nuevo show para, con un buen puñado de palomitas, relajarnos un poco.
Porque, como fondo de la cuestión, ya comentado, está aflorando un montaje de corrupciones (el caso Koldo/Aldama) en el que están involucrados Sánchez, Begoña, Abalos, Illa, Marlaska, la Calviño, la Rivera, Maria Jesús Montero, la Armengol, la Maroto… o sea toda la pandilla del actual gobierno del PSOE, por el que ya están pensando en cómo salvar sus muebles porque… ‘va p’alante’ a poco que se consoliden las pruebas que se van cocinando lentamente… y que ellos mismos, o sus segundos espadas, los Koldo, Aldama… empiecen a cantar.
Lo malo es que llevamos varias semanas en una fase de ‘conato de inicio’ (del espectáculo) porque nos están ofreciendo frecuentes cortinas de humo para desviar la atención sobre las espurias maniobras económicas del caso de Begoña y el sanchismo, y salen a luz escándalos colaterales, leyes extravagantes, persecuciones mafiosas, declaraciones ridículas (por ejemplo acusar a Ayuso de ‘dejación de funciones y grave absentismo laboral’ al no acudir a una reunión con un Sánchez que no cesa de acosarla), y ya queda uno harto de tanta historia.
Y ahora, para seguir entreteniendo al personal... aparece el caso del sin par Errejón. Bueno, lo de este muchacho es especial, porque el personaje ya se notaba, de siempre, que tenía una pinta muy especial (y no puedo dejar de acordarme de otro espécimen de su pandilla, del ínclito Echenique, ya desaparecido, felizmente, de los escenarios).
El caso es que este Errejón no cabe duda de que tiene una personalidad extraña, quizás de enfermo mental. Y ahora le han acusado de depredador del sexo, de adicto sexual y, complementariamente, de adicción a determinadas sustancias. Y lo curioso es que él mismo lo ha aceptado, y ha dimitido de todos sus cargos.
Y si digo que es un caso muy especial es porque repercute directamente en el principio ideológico que siempre ha esgrimido la izquierda (sobre todo la extrema izquierda) de considerarse el referente ético y moral ante la sociedad, sobre todo en la defensa de la mujer… y parece muy claro que, en su entorno político, todos sabían de qué pie cojeaba el muchacho, pero practicaban el cinismo y la demagogia, callando lo que veían en su casa, y clamando contra el machismo, las agresiones sexuales, el solo SI es SI, etc, etc. porque era parte importante del argumentario ideológico de la izquierda española.
Y resulta que hasta que no han empezado a aparecer algunas denuncias, eso del ‘Me too’, toda la extrema izquierda calladita, protegiendo a su líder, el demagogo Errejón, que era el primero en dar lecciones mitineras sobre estos aspectos.
Así que está claro: que pongan sus barbas a remojar los de Sumar (la Yoli, Urtasun...), los de Mas Madrid (la MeMa, y alguien más, además de la ‘chivo expiatorio’ a quien ya le han hecho dimitir, para salvar su culo), e incluso los de Podemos (cada vez se ve más claro que él, y Pablo Iglesias, no eran otra cosa que jóvenes sátiros dispuestos a pasarse por la piedra a cuantas mozas les hiciesen caso… o no se atreviesen a enfrentarse con ellos, mientras medraban en lo político), que también tienen mucho que aclarar, al ciudadano de a pie, respecto al discurso y el argumentario demagógico con que nos han lavado el cerebro todos estos años.
Pero respecto a Begoña, Sánchez, y los ministros, que no se crean que con estos ¿forzados? escándalos van a seguir ‘detrás del mato’, esperando a que escampe para salirse de rositas, que en cuanto se acabe con lo de Errejón… habrá que volver a ellos, y a sus corruptelas económicas. O en paralelo, que la poca prensa libre está ya hasta el gorro del continuo escaqueo.
En resumen, que ya han caído los dos grandes baluartes ideológicos de la izquierda: la lucha contra la corrupción y la lucha contra las agresiones machistas… y va siendo hora de proveerse de palomitas y correr de una vez el telón.
Vamos, que hasta apetece ponerse a palmear rítmicamente y gritar... ‘pla, pla, pla… que el show empiece ya…’, porque ya es hora de dejar a un lado a los ‘teloneros’ y empezar a ver las escenas del pase por los Juzgados de estos politicuchos de ahora… que tanto se están aprovechando de nosotros, y tomándonos el pelo, detentando el poder.
Así que, aunque sea como Al Capone, por alguna causa menor… que de una vez por todas se les haga ‘tocar el piano’ (o sea, que se les tome las huellas dactilares), como delincuentes confesos a todos los actores… y a todos los encubridores de estos desmanes.
Y hasta estoy dispuesto a comprarme una bata-manta...
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