Esto del título es más conocido, habitualmente, como ‘el ELA’, y es una terrible enfermedad donde (copio y pego)… ‘las células nerviosas
(neuronas) motoras se desgastan o mueren y ya no pueden enviar mensajes a los músculos. Con el tiempo, esto lleva a debilitamiento muscular,
espasmos e incapacidad para mover los brazos, las piernas y el cuerpo. La afección empeora lentamente. Cuando los músculos en la zona torácica
dejan de trabajar, se vuelve difícil o imposible respirar. La ELA afecta aproximadamente a 5 de cada 100.000 personas en todo el mundo’.
Terrible. Nadie quisiera ver a ningún familiar, o conocido, en esa situación que conduce, inevitablemente, a la muerte. Quizás, por eso, en España hay una gran campaña para que el gobierno desarrolle y apruebe una ‘Ley ELA’ de ayudas a las familias con esa pesada carga. Aunque tengo la sensación de que prolifera el postureo y el (llamado) buenismo social.
Y aquí es donde entro yo: porque soy antisistema. Me refiero a que odio este sistema político que trata de mover a la opinión pública con plañidero victimismo para obtener, para un colectivo determinado, una situación de privilegio respecto al resto de los mortales. En una palabra, para establecer un ‘corralito’ donde acogerse a unas ayudas, privilegios o beneficios que no alcanzan otros ciudadanos que pueden tener sus mismas necesidades… o aun más, pero que su problema no alcanza a obtener la visibilidad necesaria.
Porque, pobrecitos los enfermos de ELA, y su familia, claro que tienen toda mi consideración, pero hay otras muchas enfermedades inhabilitantes, que no tienen representantes que salen por radio y televisión contando historias lacrimógenas, pidiendo el oro y el moro y queriendo hacer del tema, a base de chantaje emocional, una prioritaria cuestión de estado.
Cierto que el que no llora no mama… pero, ante todo, deberíamos ser justos. Porque me recuerda mucho a las ventajas que obtienen (y fuerzan obtener) algunos colectivos ‘selectos’. O 'conflictivos'. Que ya hay, en nuestra patria, muchos corralitos, o ‘chiringuitos’ que viven a costa de los demás contribuyentes. Y porque, a la hora de ver las peticiones, me recuerda también a las obras para la reforma de algo… cuando 'se está tirando con pólvora ajena’. Y es que, desgraciadamente, la gente considera que el dinero público ‘no es de nadie’ y le encanta ‘tirar de largo’.
Así que a ver, caramba, que una cosa es ayudar a poder soportar una pesada carga… y otra a pedir que, por Ley, se asignen a todo enfermo de ELA enfermeros (gratuitos) a tres turnos y correturnos, y médicos especializados, y psiquiatras, y logopedas, y vehículos especiales, y obras en las viviendas, etc, etc… que, como dije, cuando es gratis, por pedir que no quede.
Y aquí entramos en el primer fondo de la cuestión. Porque, en primer lugar… ¿Cuantos más casos, NO ELA, pero igual de inhabilitantes, o sacrificados, y onerosos, sufre la gente, y no tienen tanta resonancia mediática?
Y, segundo… ¿Acaso no tienen, estas personas, igual o superior derecho a solicitar ayudas?
Y, tercero: ¿Por qué seguimos queriendo arreglar todo a base de ‘corralitos’ específicos, y selectivos, con cargo a los Presupuestos Generales… cuando lo ideal es crear una partida de gastos para ayudar a todo el mundo (bueno, a todo español…) que justifique que tiene una necesidad perentoria y grave, que no puede soportar con sus propios recursos…?
Porque entremos en el segundo, y más importante, fondo de la cuestión: ¿De verdad vivimos, como dicen los políticos de turno, ‘en un estado de bienestar, progresista, social, y solidario’…? Porque me parece a mi que solo es para algunos. Y que el Estado gasta ingentes cantidades de dinero en ayudas, subvenciones, coimas y demás historias… en lo que ellos deciden que es ‘políticamente correcto’ (bueno, o ‘productivo’)… pero entre ello no está el mejorar la calidad de vida de muchos ciudadanos de a pie que, con ELA, o con alzheimer, o artritis reumatoide, o poliomelitis, o cáncer, o epilepsia, o fibrosis quística, o trastorno bipolar, o síndrome de no se qué… etc (o con 7 hijos pequeños, y en paro), llevan una existencia penosa...y encima muchas veces pagando, además, excesivos impuestos (con los que se 'subvencionan' múltiples dispendios).
Y, en este aspecto, yo discrepo de este tratar de ponerse las medallas, y lucir políticamente el hecho de sacar adelante una Ley ELA… cuando nadie habla de ponerse las pilas’, analizar con seriedad las graves limitaciones, y dependencias que, por motivo de salud, o incluso por otros motivos, puedan tener muchos ciudadanos españoles… y se habilitan recursos para paliarlas.
O, para ser más exactos, se está en obtener estos medios del ahorro en los despilfarros actuales, que los hay, y muchos… y no entremos en la famosa historia de que ‘tampoco podemos incrementar mucho los impuestos…’ o excusas semejantes.
Porque esto si que sería un estado de bienestar, y no el actual… que lo es ciertamente… pero solo de algunos. Y lo siento por los enfermos de ELA, por haberme servido de su caso para pergeñar estas… utópicas ideas.
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