Pues eso que, en el mundo, mucha gente (me incluyo yo) está festejando el retorno de Donald Trump al poder. Desde luego, muchos americanos. Y
muchos de los que somos de fuera que nos alegramos de que, con la marcha de los ineptos Joe Biden y Kamala Harris, se espera que vayan perdiendo
gas toda esa retahíla de modernos (y bastante ‘fumados’) idealistas que, desde California, y con muchos adeptos de otros países con progretas ‘de piel
sensible’, que iniciaron los movimientos modernistas ahora hegemónicos, que conocemos como ‘el wokismo’, ‘el me too’, ‘el cambio climático’, ‘el
empoderamiento’ de la mujer, la ‘ideología de género’, etc, etc. O sea, que se les parará los pies a todos estos ‘despiertitos’, que a falta de mejores ideas, se afanan en querer imponernos nuevas sensaciones.
Claro que también otros (sospecho que, de momento, muchos) se están llevando las manos a la cabeza porque el monstruo Donald Trump oficiará como Presidente de los Estados Unidos de América desde mañana, 20 de enero de 2025… y hasta finales de 2028. Porque con sus ideas del ‘primero, nosotros’ o del ‘vamos a ser grandes... ahora’, y su arrolladora ‘personalidad’, va a pasar como una apisonadora, ‘cambiando el paso’ a otros países que hasta ahora ‘vivían su rollito’. Por cierto, solo 4 años porque los americanos llevan su democracia hasta la limitación del poder. Pero los conservadores (‘republicanos’) parece ser que tienen un estupendo sustituto en el vicepresidente Vance.
O sea que, cuando menos, el mundo (sobre todo el accidental)… va a dar un ‘respingo’. Y esto, caramba, siempre es bueno, sobre todo cuando uno tiene la sensación de que se va ‘amodorrando’.
Si porque, y ahora voy a referirme a nuestra vieja Europa, llevamos años ‘atrapados’ en las redes de la burocracia de la UE (el famoso ‘brexit’ británico fue un serio aviso…) y navegamos ‘anestesiados’ por directivas y leyes muy genéricas, dictadas por distantes burócratas, y sometidos a intereses muy espurios de grandes lobbies. Y así nos luce el pelo...
Así que cada vez hay más gente muy hartita de la Ursula Von del Leyen y sus compinches, del contubernio centro derecha-socialdemocracia que domina, con mayoría, en Bruselas (y donde están, en el mismo saco, el PP y el PSOE nacionales) de tanta Agenda 2030, de tanto cambio climático y tanto calentamiento global, de la descarbonización, de la proliferación de parques eólicos y placas solares, de las trabas ecológicas a la industria pesquera, y agraria, de tantas leyes animalistas, de la penalización a los motores de combustión, de la imposición de carísimos coches eléctricos, de la inmigración descontrolada, de la escasa regulación en la entrada de productos marroquíes, de las crecientes tasas e impuestos, de las leyes discriminatorias según sexo, de la ‘discriminación racista positiva’, de tanto wokismo, etc. etc...
Y entonces viene el mencionado respingo. Que es una continuidad del respingo que ya se estaba iniciando, que de un tiempo a esta parte han empezado a despuntar gobernantes o movimientos que quieren ‘dar un meneo’ al ‘viejo stablishment’, sencillamente porque, como aquella frase que tanto he mencionado, opinan que ‘ya es hora de dejar de re-asfaltar los viejos caminos’ y proponen un cambio radical, y empezar a preocuparnos, primero, de nosotros mismos. O sea, como lo del 'America first’ de Trump. O, en castizo… el ‘ande yo caliente…’
Y surge Milei en Argentina, y la está enderezando, y Bukele, en El Salvador, y en Europa el grupo Patriots... por cierto todos ellos invitados expresamente por Donald Trump a su ceremonia de proclamación. Y empiezan a dar pasos para atrás entidades que hasta ahora han defendido el progresismo imperante: uniéndose a las ideas de Elon Musk, Mark Zuckemberg revisa la ‘censura’ de su X (twitter), se une al coro Jeff Bezos, el de Amazon (y supongo que Bill Gates se lo está pensando), la banca americana, en pleno, abandona la ‘Alianza climática imperante’, algunos políticos conservadores europeos ya empiezan a reconsiderar lo del coche eléctrico y lo de la urgente ‘descarbonización’, con el consecuente abandono de las energías fósiles, dimite el ‘lanzado’ (y avanzado progreta) Trudeau, primer ministro de Canadá… y todo el mundo, en general, está pensando que viene un cambio.
Trump, entretanto, fiel a su estilo, amenaza con invadir (y anexionarse) Groenlandia, con pactar con Putin y Xi Jimping, directamente, el reparto del mundo. Bueno, o es el anticristo o, mucho más probablemente, son ‘faroles’ para mejorar su posicionamiento hegemónico. Hombre lo que si parece más probable, con Trump, es la pacificación de Gaza... y de Ucrania.
En todo caso, lo que está claro en que se avecinan tiempos en que ‘la vieja Europa’ va a tener cada vez menos ‘peso’ en el orden mundial, y que los ‘señoritos’ de Bruselas, y los políticos nacionales que les bailan las gracias porque están ‘en sus lobbies’, la vieja guardia de los Clubs Bildenberg, y Davos, etc. harían bien en hacérselo mirar… o hacer mutis por el foro. Aunque me temo que, como ‘profesionales acomodaticios’, se buscarán un buen refugio. O, sencillamente, cambiarán de chaqueta.
Y quedamos los ciudadanos de a pie que durante estos años hemos torcido el gesto (y aguantado) las tendencias de lo que hasta ahora se llamaba ‘lo políticamente correcto’… y que pensamos que con Trump eso va a cambiar. Que los países van a tener que acomodarse en un nuevo orden mundial.
Y que hay que exigir a los políticos que les toque gobernar cada nación que sean capaces de situar a su país en el mejor sitio posible… y desde ahí, buscar el mejor bienestar para sus ciudadanos.
Esto… o que las fuerzas políticas e ideológicas actualmente hegemónicas se revelen, rechazando a Trump y sus seguidores, y al cambio 'conservador' anunciado… y se arme la gran zapatiesta. O, si se quiere, el Armaggedon…
Pero en fin, en mi caso, como me coge 'confesao' (y muy harto de las Agendas 2023 y 2050, del ‘Great Reset’ y de todas estas historias)… tirititran, tran, tran - tiriitran, tran Trump… y a poner los pies en el suelo, y a espabilar.
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