No, esto de hoy no tiene nada que ver con la famosa serie de Mediaset, me quiero referir a ‘lo’ que nos va a venir de inmediato. Y es que, pasados los
‘Reyes’, y levantando el vuelo, ya, en el 2025, es momento de echar un vistazo a lo que seguramente nos deparará este año, al que que ya se
le ha bautizado como ‘el año tecnológico’… porque no nos quedará otra que ir asimilando muy novedosos conceptos, si queremos ‘vivir al ritmo
del mundo que nos rodea’.
Claro que yo ya solo estoy en condiciones de ‘ver los toros desde la barrera’, pero mi ‘querencia’ natural (inquietud cultural, curiosidad e imaginación) me lleva a estar muy expectante ante tantos avances. De hecho, hace dos años, incluso más, ya hablaba yo en este Blog del Transhumanismo, la Posmodernidad, de la Industria 4.0 y de la Industria 5.0, etc, etc. y, como pasa en estos tiempos, los avances son casi exponenciales… y aquellas lucubraciones empiezan a tomar cuerpo.
Pero empecemos. Y voy a empezar por el desarrollo de los ‘ordenadores cuánticos’. Porque ya estamos, al parecer, en el tránsito de pasar de ordenadores que se basan en procesar ‘bits’, o sea ‘ceros y unos’, el clásico ‘pasa-no pasa’, a chips que procesan ‘qubits’ (bits cuánticos) donde (por explicarlo llanamente) pueden existir cero, uno… o una superposición de estados, es decir, pueden ser 0 o 1, y 0 y 1 al mismo tiempo. Y esto da un potencial de cálculo inimaginable.
El ‘Estado del Arte’ actual de la tecnología está en ‘tratar de dominar’ el ‘riesgo de error’. Pues bien, hace unas pocas semanas la empresa Google presentó su prototipo de chip cuántico ‘Wilow’, asegurando reducir los errores de manera exponencial al aumentar el número de cúbits ‘correctores’ de altísimo grado de seguridad… y del que ya se dice que puede hacer en 5 minutos cálculos que llevarían años de procesamiento a los más potentes procesadores actuales ‘en bits’.
Y, evidentemente, estamos a un paso de un incremento en la posibilidad de resolución de problemas complejos de, por ejemplo, medicina, inteligencia artificial, o robótica… y no digamos de comunicaciones, industria militar y espacial, etc... y por tanto del aumento exponencial de su potencialidad.
Pero Google no es la única avanzadilla, hay alguna empresa de Elon Musk (y este hombre, desde ahora (ya, en enero) va a tener un poder extraordinario durante el mandato de Donald Trump…) que ha empezado los ensayos, a escala humana, del implante de ‘chips’ neuronales que permitan comunicar directamente el pensamiento con órganos motrices y sensores, o con las nuevas tecnologías externos… e interrelacionarse.
Y no es el único camino, otras empresas tienen muy desarrolladas técnicas de ‘interface externa’ (cascos, o placas sensibles) para buscar, también esa interrelación. En el mismo orden, en 2025 se prevé que los científicos llegarán a conocer completamente el funcionamiento (la genética) del cerebro humano.
En resumen, supondrá un gran avance para la medicina (por ejemplo, para disminuidos y lisiados), y abre un amplio camino para la comunicación mental. Vamos que eso de la pereza por tener que levantarse a subir/bajar las persianas se va a terminar, se hará ‘solo con pensarlo’.
O el poder hablar con un chino, claro…
Hablando de medicina, una curiosidad: a las puertas de 2025 ya está muy avanzado el desarrollo de un fármaco que permitirá, como primer paso, que los humanos podamos generar, al menos, una tercera dentición. Parece ser que solo es cuestión de activar un gen que muchas especies de animales ya tienen, por defecto, activo. Así que se va a acabar el chollo de los carísimos implantes, prótesis dentales y compañía.
Aunque lo malo es igual no lo necesitamos, que la Agenda 2030 (o 2050) dice que se van a prohibir los ‘txuletones’ y el marisco y, a este paso, presumiblemente terminaremos ‘forrando’ a base de ‘tubos de pasta alimentaria’ y no necesitemos dientes. En fin, que a ver quien gana, el caso es que el avance ya está aquí.
Pasemos a la robótica. Desde luego, a nivel militar, vale más no pensarlo, porque el desarrollo tecnológico es continuo, e importantísimo. Vamos, que ya no hay ‘guerras entre humanos’, sino entre máquinas... y eso puede ser terriblemente peligroso.
Por contra, la aplicación de estas tecnologías a la vida civil es clara. Por ejemplo, este año 2025 se van a inaugurar ‘aero-taxis’ en las Baleares y en el trayecto Málaga-Granada. Bueno, si la DGT no pone muchas pegas. Y son, fundamentalmente, ‘macro-drones’, derivados de los avances tecnológicos militares.
Y, como segundo ejemplo, en Japón ya están empezando a usar una ‘policía robotizada’ que patrulla y actúa autónomamente. Pero hay que aclarar que no se trata de una especie de Robocop, sino algo del tipo del R2-D2 de Star Wars.
Pero ya me estoy alargando, y aún quedan muchas cosas en el tintero. Por ejemplo, un tema ‘nuclear’: el desarrollo en Inteligencia Artificial. Así que lo voy a dejar aquí, para abrir una segunda parte de ‘Lo que se nos avecina’ con esto.
Y por cierto, para los amantes de la ‘numerología’. El año 2025 es algo especial, porque es, exactamente, el cuadrado de 45. El próximo (cuadrado de 46) será en 2116, que queda muy lejos, seguramente no lo verán ni mis nietos. El anterior (44) fue el 1936. Caramba… Y más atrás, (43) fue el año 1849, que en España coincidió con el fin de la segunda guerra carlista y con la imposición, por ley, del sistema métrico decimal, mientras que en EE.UU estaban en plena conquista del Oeste e iniciándose ‘la fiebre del oro’.
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