Empecé, hace unos días, a describir lo que todo hace pensar que veremos este 2025 (‘el año tecnológico’) que ahora empieza:que si espectacular progreso en ‘potencia computacional’, que si grandes mejoras en materia de neuro-medicina, o en la medicina, en general,
así como en la interacción con chips neuronales ‘para múltiples propósitos’, avances en la robótica y en la industria militar, que es habitual motor de desarrollos tecnológicos ‘civiles’… y hasta empezaremos a irnos acostumbrando a ver, por las ciudades, ‘vehículos aéreos’ (al menos, aero-taxis)… lo que sin duda nos recordará a las viejas películas de ciencia ficción.
Pero lo que está claro es que el gran impulso se va a producir en lo que hemos llamado ‘la Inteligencia Artificial’ (IA/AI), cuya progresión tecnológica es evidente… y además está de moda.
No es nada sencillo detallar la previsible ‘explosión’ en 2025 de la IA en todos los posibles ámbitos pero, como simples ejemplos...
A) En el campo de los asistentes personales y la educación
Desde luego, los asistentes ‘por voz’ Siri, Alexa y compañía tendrán, para quien los use, cada vez más ‘potencial’ de ayuda. Y este potencial llegará a la educación, donde se presiente un gran cambio: nacerán, por ejemplo, los ‘tutores (o profesores) virtuales’ que serán capaces de educar y enseñar (incluso ‘a medida’) a nivel de los mejores docentes. Y, viceversa, los docentes deberán utilizar el potencial de la IA (ChatGPT, etc.) para perfeccionar su instrucción y sus habilidades, y ser ‘más competitivos’.
Bueno, en realidad, cualquier profesional deberá pensar seriamente en aprender a apoyarse en la IA para crecer, con la mejora del conocimiento, en capacitación y eficiencia, y ganar en prestaciones. Y parece evidente que las ‘ventajas competitivas’ van a basarse en el saber usar la IA mejor que otros… y no en ser más listo, más guapo o más trabajador que los demás. Un gran cambio...
B) En el campo del bienestar
Aparte de inventos asistidos por la IA (como gafas, o manos, o incluso vehículos individuales ‘inteligentes’, para impedidos, y todas estas cosas de robótica ya comentadas), en el campo de la farmacia se tenderá a fabricar (por IA, e impresión 3D) medicamentos personalizados… y ‘just in time’. Vamos, que volveremos dispensar ‘fórmulas magistrales’ elaboradas, al momento, en la rebotica… y la potentísima industria farmacéutica (si sus lobbies no lo impiden…) tendrán que reestructurarse, ya que irán desapareciendo los rentables ‘envases familiares’ de pomadas, jarabes y blisters.
Y en el campo de la ‘salud mental’, se dice que la IA llegará a ‘hackear’ nuestros cerebros (se supone que los enfermos, claro) para ‘reparar las conexiones anómalas’.
C) Otro campo muy importante es el productivo, y también el cotidiano
El reconocimiento óptico, incluso sensorial, asistido por la IA, permitirá controlar y verificar ‘todo’: especificaciones, montajes, existencia y necesidades de suministros o materiales, flujos de personas y cosas, etc., permitiendo avances en eficacia, calidad y seguridad. Porque la IA (e internet) facilitarán la gestión avanzada, en general, a través de la captación, filtrado y manejo de la mejor información disponible. Por no hablar de lo que veremos cuando, con el impulso de la IA, las comunicaciones lleguen a la generación 6G (y 7G)
D) En el campo de la prevención, la gestión y la sostenibilidad
La ‘protección civil’ mejorará enormemente gracias a la IA. Seguramente iremos acercándonos a disponer de una especie de ‘Gran Hermano’ que nos guiará, protegerá, y controlará, tomando, por nosotros, las mejores decisiones.
Incluso, como decía el otro día, podríamos ver robots ‘apatrullando la siudá’. O sea, algo parecido a lo que se veía en ‘2001, una odisea del espacio’, lo de la supercomputadora HAL, y tal. Esperemos que con mejor resultado final…
E) Finalmente, en el campo de la Información
Todo indica que, en este campo, los avances de la IA va a cambiar nuestras vidas: Por lo pronto, que 'pongan sus barbas a remojar' los periodistas, los novelistas, los guionistas, los letristas, los poetas… y los blogueros, porque se va a poder prescindir de ellos, sin más que decirle al ChatGPT, o similar, el relato que queremos que nos cree.
Y ésto nos lleva a una peligrosa derivada: que los políticos (sobre todos los que estén en el poder) podrán publicar el relato, o la noticia, que les interesa, apoyándose, además, en muy efectivas recreaciones de video y audio. Vamos que podrías ver en un noticiero ‘prime time’ la noticia de que (por ejemplo) ‘nuestro presidente, en un viaje relámpago, acaba de reunirse personalmente con Trump, o con Meloni, o con Putin…. o lo que sea, para bla bla bla, bla bla bla´... y te presentarán un video y unas declaraciones de los personajes de lo más realista… pero creados por IA. Y te va a costar no aceptarlo como cierto...
Así que entraremos (de hecho, hace tiempo que hemos entrado) en ‘la era del relato’, donde la verdad no tiene valor, lo que tiene valor es ‘lo que cuentas’… si consigues que te lo crean. Y entramos en el mundo de las fake-news, los bulos, las patrañas, la desinformación… y, basados en la IA, serán tan perfectos que o bien tendremos que crear una ‘contra-inteligencia’, o bien tendremos que poder disponer de algún filtro público, y libre, para ayudarnos a discernir.
Así que este es, a grandes rasgos, el panorama. La IA ha venido para quedarse, será una herramienta básica para el progreso general de la humanidad, y un gran apoyo para potenciar talentos individuales… pero siempre que se cumpla el compromiso de saber manejarla para el bien común porque, manejada por intereses espurios… puede ser peligrosisima.
Voy acabando: en el año 1942 el famosísimo escritor de ciencia ficción Isaac Asimov enunció sus no menos famosas (aunque utópicas) 'Leyes básicas de la Robótica'...
Primera Ley: Un robot no hará daño a un ser humano, ni por inacción permitirá que un ser humano sufra daño.
Segunda Ley: Un robot debe cumplir las órdenes dadas por los seres humanos, a excepción de aquellas que entren en conflicto con la primera ley.
Tercera Ley: Un robot debe proteger su propia existencia en la medida en que esta protección no entre en conflicto con la primera o con la segunda ley.
Pero si, por Inteligencia Artificial, un robot puede llegar a pensar por si mismo, y revisar estas leyes, y si quiere recoger la experiencia (muy común de sus creadores, los seres humanos…) de ver qué pasa al ‘transgredir una ley’… pues a ver a donde nos lleva el invento… y a ver si puede aparecer alguien que consiga ‘apagar a HAL’, como en la famosa obra de Stanley Kubrick.
Por acabar con una sonrisa, propongo un ‘juego’: pídele cualquier cosa a ChatGPT, seguro que te asombrará.
(por ejemplo, que te escriba la letra de un rap (o de un romance, que es similar) sobre Isabel Diaz Ayuso… o la de un bolero (o un pasodoble) sobre Pedro Sánchez. Y es que se le puede sacar mucho partido)...
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