No hace falta ser un lince para darse cuenta de que este gobierno social-comunista urde un plan maquiavélico: el de ahogar y hundir a nuestro país, para aparecer, después, como tabla de salvación e introducirnos en el totalitarismo y en la dependencia de papá estado, al más viejo estilo comunista, o populista bolivariano.
Decía yo, hace casi seis años que a mi este Pablo Iglesias me da muy mala espina, y que me recordaba a Hitler (por aquel tiempo estaba siguiendo, en el Canal Historia, unos reportajes sobre ‘la ascensión de Hitler’ que me abrieron los ojos. Bueno, verlo aquí…) Y es que, aunque su escuela sea, al parecer, la ‘bolivariana’, en el fondo es el mismo patrón: aprovecho el hundimiento económico del país (o, más villanamente, lo arruino yo mismo), en la crisis me promuevo como el líder populista protector de desamparados (o sea de todos…), controlo el poder ejecutivo (y el legislativo, y el judicial, y por supuesto el cuarto poder, los medios de comunicación)... y convierto a todos los ciudadanos en mis vasallos. Esto es el totalitarismo.
Y es que, dentro de estos 22 ministros y vicepresidentes ‘que nos gobiernan’, donde de momento hay muchos que ni se les conoce, otros, socialistas, se asoman a la ventana (se ve que también tienen tendencias totalitaristas), como la ínclita Celaá, de Educación, que defiende que los hijos pertenecen al estado, la de Transición Ecológica, Teresa Ribera, manipuladora (su marido es un Bacigalupo, y son conocidos como afamada pareja de tejemanejes) e incontinente verbal, que hundió el mercado de los vehículos diesel, hundió a los hosteleros (‘pues el que no pueda, que se quede en casa’), la desenfrenada Montero, ministra portavoz y tramposa ministra de hacienda, etc, etc.
Pero, sobre todo, aparecen los ministros podemitas y comunistas, que ya están asomando clara (y dosificadamente, para no asustar mucho) la patita y no dando puntadas sin hilo.
Así, aparte del lider, Pablo Iglesias (que desatendió sus obligaciones, como 'autoridad única', con las Residencias de ancianos, donde hubo tantos muertos), la ministra de Trabajo boicotea la reforma laboral liberal, del PP, destruye empleos y muestra públicamente su felicidad por haber batido el récord de prestaciones por desempleo y que haya en el paro (dependiendo, por tanto, del Estado) más de 5 millones de españoles.
O el ministro de Consumo, Alberto Garzón, que primero obliga a precios regulados irreales, y consigue, así, desabastecer el mercado sanitario. Y ahora parece ser que quiere prohibir las Rebajas, lo que significa hundir el sector textil.
Y ahora se proponen hundir el sector del Turismo, legislando que todo extranjero que quiera entrar en España debe pasar una cuarentena de 14 días (vaya, esto podían haberlo hecho cuando se inició en contagio, en marzo...). O sea que lo que proponen es que un turista (de los 80 millones que nos visitaron el año pasado) que quiera pasar quince de vacaciones en España deberá estar encerrado en su hotel los 14 primeros.
De locos. Pero vamos a ver, pollinos… ¿Y no es mucho más sencillo que al turista que venga, o viene con un certificado (test hecho en origen, como se ha hecho toda la vida, en algunos paises, con las vacunas) o que se le haga un test al llegar y, en 2-3 horas, se sepa si es portador del virus, o no?
Y si no es portador, pues caramba, un ramo de flores y un ‘bienvenido a España’, que buenos, y necesarios euros, nos dejará. Porque claro (repito, 80 millones de extranjeros visitaron, en 2019, España), esto trae consigo la quiebra de muchos establecimientos hosteleros, el paro galopante en el sector Servicios, que tanto crecía en verano (el turismo produce más de 2,5 millones de empleos)… y la pobreza.
Quieren que haya pobreza, y dependencia. ¡Ah…! Y, para rematarlo, también quieren crear un macro-impuesto para gravar todos los patrimonios de más de 1 millón de euros. Así que las grandes fortunas, las que crean riqueza y puestos de trabajo, se van a depositar en otros países europeos. Sin ir más lejos, se irán al mismo Portugal.
Y, a todo esto, además quieren prorrogar, de golpe, ¡Un mes…! el abusivo estado de alarma, o de excepción, donde se prohíben las manifestaciones en contra del gobierno, se vigila las redes sociales, se denuncia injustificadamente… Para tener tiempo holgado, sin más cortapisas, y con un ministro de Interior dispuesto a cortar todas las protestas ciudadanas, para seguir avanzando en su estrategia de hacerse con el poder absoluto.
Me acuerdo de aquella entrada al Blog titulada Domesticar cerdos salvajes Porque en ello, sin duda alguna, están.
¿Será esta, la del ciudadano domesticado, ‘la nueva normalidad’ que propugnan…?
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