Bueno, más bien lluvia suave. O ‘fino orbayu’. El caso es que descubro que, cuando despierto por las mañanas (de mi último ‘golpe de sueño’, el que llega hasta las 9:30, o un poco más) se acumulan en mi mente una serie de ideas… y muchas veces nada más levantarme (tras media hora, o más, de ‘perezas’ y ordenamiento de ideas), enciendo el ordenador para ‘plasmarlas en un papel’, valga el símil.
Y, ahora que me he acostumbrado a escribir, me sirven, muy a menudo, de base para crear una nueva entrada al Blog. Como ahora.
Además, hoy voy a ver si consigo ser breve.
Además, hoy voy a ver si consigo ser breve.
La primera idea que me viene hoy es de ámbito personal: este fenómeno que planteo me ratifica que, en sueños, el cerebro, su parte inconsciente, actúa a toda máquina.
Siempre recordaré mi primer trabajo en consultoría cuando, recién incorporado, y novicio, mi jefe ‘me posó’ en una papelera de Tolosa con esta misión: mira, en la sección de ‘escogedoras’ (revisadoras de impurezas en las hojas de las resmas de papel, que se hacía, según tipo de papel, ‘hoja a hoja’ o ‘en abanico’) hay problemas con los tiempos estipulados por cronometraje (que entonces estaba muy de moda): unas llegan a dar el estandar establecido, y otras no llegan. "Tienes 3 días para detectar lo que pasa, y dar una solución".
Y me cuentan que me despertaba por la noche, medio sonámbulo, gritando… “¡Papel...! ¡Tengo ideas…!”
(Por cierto, mi dictamen fue que entendía que era un problema de habilidad visual, que el detectar un fallo en una hoja de 1 metro cuadrado (un 'DIN A0') dependía de la capacidad de visión global de la persona. Algo como el que tiene capacidades de lectura rápida, porque capta varias líneas de un solo vistazo. Acabé recomendando dos niveles profesionales (especialista de 1ª, y especialista de 2ª), dos estandares de tiempo, y la posibilidad de promocionar al primer nivel). Por cierto, mano de santo, ni Salomón lo hubiese hecho mejor. Fue mi primer encuentro con el recurso de las soluciones ‘imaginativas’ para atajar problemas reales, que tanto aprecio. Por eso siempre digo que ‘mi destete profesional’ en el mundo de la Consultoría marcó mi vida.
La segunda idea es social: me resulta inquietante pensar que, por el efecto de la crisis del coronavirus, haya un montón de gente confinada que pudiendo trabajar, no trabajan, y cobran poco, o nada… y otro montón de gente que, no trabajando, estamos cobrando, tan ricamente, la pensión. Y, ahorrando, al no poder gastar su dinero.
La tercera es política: Me pregunto si vamos a seguir hasta octubre (o sea, cuatro largos meses más) gobernados exclusivamente a golpe de interesados ‘Decretos-Ley’, sin debate, ni control parlamentario, ni posibles enmiendas… por este gobierno que nos ha tocado sufrir.
Porque llevamos dos meses de 'estado de alarma', con suspensión de todo, incluso de la normal actividad parlamentaria, y ahora van a aprobar (muy probablemente, en esto está maniobrando el gobierno) una prórroga de un mes más, hasta finales de junio… y julio, agosto y parte de septiembre serán, legalmente, inhábiles, por vacaciones del Parlamento... cuestión en la que los políticos que tenemos seguro que estarán completamente de acuerdo.
Y la cuarta es sanitaria. Acaban de hacerse públicos los resultados del muestreo del test de seroprevalencia.
Resulta que, como promedio, un 5% de la sociedad española ha creado anticuerpos (1,8% en Asturias, y un 12% en Madrid). Entonces, si somos 47 millones de españoles, tienen anticuerpos 2,35 millones. Pero si, oficialmente, solo se llevan registrados, en España, unos 230.000 casos de coronavirus… ¿Esto quiere decir que, entonces, lo han padecido, cursando asintomáticamente, es decir, sin mayores problemas, y creando anticuerpos, que los inmunizan… 9 de cada 10 infectados?
Y me da en la nariz que hay algo que no cuadra: y no se si son estos resultados del test, o son los datos oficiales, o las medidas de confinamiento general, no discriminado, que hemos sufrido… o mis razonamientos ‘a botepronto’.
Bueno, para terminar, añado una quinta. Y vuelvo al tema personal, con dos simples cuestiones:
La primera, que nada, que no hay manera, que sigo enrollándome...
Y la segunda… que veo que le he cogido gusto al confinamiento y a la introspección… quizás porque siempre fui muy ‘introspecto’. Y, la verdad, no echo mucho de menos salir a mis cafetinos, mis partidos del Madrid y el Oviedo en la cafetería de abajo, mis bonolotos… incluso tampoco añoro mucho mi Llanes. Aunque me preocupa que ‘mi nueva normalidad’ pueda ser la de quedar, pasivamente, en casita. Sobre todo porque, a futuro, supongo que acabaría perdiendo facultades de ‘enrollamiento’...
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