martes, 29 de abril de 2025

El gran apagón

Dice la Biblia que Egipto, en época, al parecer, de Ramsés II, tuvo que padecer no se cuantas plagas catastróficas. Nuestro Sánchez (y quizás él desease que le llamásemos, igualmente, 'el Grande') no le va a la zaga y, durante su mandato, España ha sufrido, igualmente, varios episodios catastróficos generales: pertinaces sequías, la pandemia del Covid, el volcán de la Palma, el terremoto de Lorca, la nevada ('Filomena') de Madrid, grandes 'danas' que produjeron terribles riadas e inundaciones... y ahora hemos tenido un apagón generalizado que ha bloqueado por completo toda la España peninsular (y, subsidiariamente, Portugal) durante un día. ¿Castigo divino… o será gafe...?
Y encima hace unos días se le murió ‘su’ papa…

Todavía sin recuperarnos plenamente, es momento de reflexionar sobre esta ‘súbdita caída de tensión en la red nacional de suministro de energía eléctrica’ que ha obligado a desconectar completamente la misma (y, para evitar ‘contagio’, nos desconectaron de Europa)… y que ha bloqueado todo el país, quedando sin suministro eléctrico, y prácticamente sin comunicaciones desde las 12:33 de ayer, 28 de abril. En Oviedo nos restablecieron el suministro a las 21:30, pero en Madrid, por ejemplo, fue de madrugada. Y hoy aún no está operativo internet (mi sucursal del banco está cerrada) y, en las grandes capitales aún no funciona ni el Metro, ni las Cercanías ferroviarias, etc. Incluso todavía no han llegado a su destino varios trenes de largo recorrido que quedaron inmovilizados ayer a las 12:33.

Bueno, y yo terminé de escribir esto a las 11 de la mañana del 29… y hasta las 21:00 no tuve internet y lo pude, finalmente, publicar.

Y una cosa son estos hechos, y otra lo que ha quedado al descubierto… aparte de la ineficacia de 'mi' Telecable. Y empiezo por el Gobierno, que tardó 6 horas en ‘dar la cara’… y solo fue para decir que no sabían las causas, y que no descartaban ninguna hipótesis. De hecho, a aun no se conoce qué ha podido pasar, y todo hace indicar que pasará tiempo hasta conocer la verdad.
Porque… ¿Que pudo haber sido?
- ¿Un accidente y una ‘reacción en cadena‘ de la Red?. Muy improbable, ya tenía que haberse identificado el origen.
- ¿Un ataque cibernético…? Aquí se ‘insinúa’, pero desde Europa lo ven altamente improbable.
- ¿Factor humano, como una maniobra, o una decisión, inapropiada…?
- ¿Algún fallo estructural en nuestro sistema eléctrico?


El caso es que España ha mostrado una gran vulnerabilidad… y el Gobierno una enorme inoperancia en momentos clave. Y menos mal que no era de derechas, porque seguramente se tomarían las calles. Ahora creo que los servicios de la Moncloa están esmerándose intentando crear un relato 'creíble', porque es difícil poder echar la culpa a otros… que parece ser que es lo único que saben hacer bien. O sea, escurrir el bulto.

Así que a ver cual es la versión oficial porque no creo que se atrevan a decir que fue un OVNI quien absorbió, en pocos segundos, gran cantidad de energía (lo que produjo ‘la caída’ del sistema), ni se atrevan a explicar la cuestión importante que está empezando a salir a la luz... y que ya lo ha apuntado el gobierno portugués: que es un fallo estructural... y que es debido a que España tiene una configuración energética muy desequilibrada, con una media de dos tercios del suministro basado en las ‘energías renovables’ (placas solares y aerogeneradores, o sea, sol y viento), tan de moda, cuya principal característica es que producen un flujo energético puntual absolutamente inestable y no controlable. Y que fue, según se dice, del 89% en el momento de la caída de la red.

Y que se ha disminuido muy sensiblemente la generación, mucho más regulada, y controlable, de las centrales nucleares, las centrales de gas (y de carbón) y las centrales hidráulicas, que, con su flexibilidad para poder generar más o menos energía, según demande el sistema, permiten ‘manejar’ y equilibrar el flujo.


Y es que, nos están explicando los técnicos, el sistema eléctrico se fundamenta en el exacto equilibrio entre lo que se puede generar en cada momento y lo que se consume en ese tiempo, de manera que, si varía algo por encima de lo que el sistema, con la ayuda de algunas ‘centrales reguladoras’, pueden equilibrar, se va desconectando, por seguridad, como las fichas de dominó. Y si se llega a ‘energía cero’, el levantar el sistema cuesta, como mínimo 8 horas… y luego una entrada paulatina de las demandas.

Y claro, con dos tercios de la producción ‘no controlable’, la sensibilidad a una ‘caida’ es muy alta. Mucho más alta de la que tienen otros países.

¡Así que mecagüen toos los progretas…! Y en las ministras de ‘transición energética’, la actual y la bruja Teresa Rivera, hoy en su ‘chollito’ de Bruselas, que es la principal instigadora de la agenda 20-30, la de las ‘energías verdes’, la del fuera petroleo, fuera gas, fuera pagos en efectivo, obliguemos a tener coches eléctricos, a usar solo dinero digital… y de habernos metido con calzador tantas placas solares y tanto molinillo, con el rollito del cambio climático y de las energías renovables.

Porque, para concluir... ¿Qué consecuencias tuvo lo de ayer…?
Pues alguien tendrá que valorar los daños porque, aparte de parar la industria, el transporte ferroviario y los servicios, lo que pasó es que, caído el sistema del suministro eléctrico en la Península, más de 50 millones personas nos encontramos con que ni teníamos luz, ni funcionaban los ascensores (yo vivo en un sexto… así que no salí de casa), no había agua caliente (las modernas calderas de gas no funcionaban), en las casas con vitrocerámica no se pudo cocinar (mira, con butano… si), quien no tuviese ‘efectivo’ suficiente ni pudo comprar pinchos en un bar, ni pagarse un taxi para volver a casa porque no funcionaban ni los cajeros de los bancos, ni los datáfonos para pagos con tarjeta, ni el bizum, ni nada, los usuarios de vehículos eléctricos no pudieron ‘repostar’, quien entró a trabajar a las 6 o a las 8:00 no podían volver a sus casas ni en el Metro, ni en Cercanías, no se podía ver la tele, no funcionaba internet, ni la telefonía, solo a duras penas, e intermitentemente, el whatsapp…

Y solo las organizaciones que dispusiesen de grupos generadores (a gasoil) pudieron prestar, limitadamente, servicio. Y, en cuanto a la ciudadanía, solo los que teníamos algún viejo transistor, a pilas, pudimos estar, por lo menos, informados.

Así que lo dicho: que ‘mecagüen toos los progretas’. Porque su mundo ‘happy flower’ nos deja vulnerables ante muchas eventualidades ‘reales’ de la vida, y ya está bien de predicar ‘el gran reseteo’ y el ‘que verde era mi valle’. Y de gobernar desde una progresía prepotente, obligándonos a tomar caminos poco explorados, que sin duda nos va a hacer perder algo… cuando además me temo que a más de un ‘evangelista’ esto le está aportando, por detrás, algún que otro ‘pingüe beneficio'... e incluso ha invertido mucho dinero particular en el negocio.
¿Or not…?

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