Hombre, creo que hay una diferencia importante: parece que ahora hay menos fallecimientos. Digo yo que, por lo menos, hay una razonable mejora en la praxis médica, o en los medicamentos, fruto de la experiencia adquirida. Aunque las cifras de los últimos días me están quitando la razón. Vaya, a ver si ni eso, que parecería, si me apuras... lo mínimamente exigible.
Y hay algo que me parece muy inquietante: que los políticos, que son quienes manejan el cotarro, hace casi un año que nos están machacando a los ciudadanos, y machacando la economía nacional, con medidas destinadas a reducir la expansión de los contagios... pero, a pesar de todas estas medidas, ésto sigue subiendo.
Y, así, hemos pasado (y de hecho, aún estamos en ello) por periodos de confinamiento, por prescribir de uso de mascarillas y geles, por el cierre perimetral de poblaciones, y de regiones, por el cierre de comercios y bares, por la práctica anulación de actos presenciales frente a la administración pública y la sanidad, por la reducción (incluso prohibición) de contactos con no convivientes, aunque sean familia directa…
Por tanto, hay varias preguntas: Hay una, absolutamente básica, por elemental: ¿Qué se nos (se les…) está escapando? En una primera instancia, ya se ve que hay cosas que se hacen clamorosamente mal: hay un gran descontrol de la inmigración, falta controlar mucho mejor, incluso cerrar, los aeropuertos internacionales, no se penaliza con ejemplaridad manifiesta a los que infringen las normas con fiestas, bodas, botellones masivos, etc., etc.
Pero hay otra cuestión, que yo entiendo también como básica, que es que las autoridades se estan limitando a lo fácil, a prohibirnos cosas, y no a ejercer una labor didáctica para afrontar mejor la pandemia. (Aunque tenga que ser a palos, recordando el viejo aforismo de ‘la letra con sangre entra’, y tal). Me pregunto dónde están las campañas de TV como aquella famosa del ‘póntelo, pónselo’ que era tan progre… O las de la Dirección General de Tráfico.
Y es que vamos a ser claros: falta educación cívica. O educación, a secas. Hace unos pocos días vi en la prensa una galería de fotos sobre ‘cómo se adapta Asturias a las nuevas normas’ (han vuelto cerrar el interior de los bares y restaurantes, etc) y no pude menos que guardarme estas dos:
La primera describe algo positivo, que la gente tiene perfectamente asumido que si paseas por la calle, hay que llevar mascarilla.
Y la segunda demuestra, también perfectamente, que la gente o es tonta, o no se entera de las cosas… o se cree que las terrazas de los bares ejercen de burbuja inmunológica. Porque…
Aunque debo decir que algo vamos mejorando, y ya se ve más gente que siguen usando mascarilla, mientras no se esté llevando algo a la boca, en las mesas de los bares. Que es (salvo que estén comiendo pipas, o un plato de sopa) el 99% del tiempo de estancia en el bar.
Y, en mi opinión, lo importante solo es hacer una buena valoración de dónde puede haber riesgo real, o no. Y no las prohibiciones genéricas. Por ejemplo, ahora ‘descubren’ que las mascarillas FPP2 no solo protegen a los demás, sino que también ejercen de barrera a los virus que circulan por tu entorno (eso del efecto spray, y tal). A buenas horas, mangas verdes...
Pero hay una cosa que me tiene muy preocupado: si n os fijamos, la segunda ola se desencadenó a finales de septiembre. Ahora, esta tercera es a finales de enero… Y el gran cambio que se ve en esos meses es… la vuelta a los colegios. Que vale, me parece muy bien que digan que los niños están en clase con su mascarillita, y con las ventanas abiertas, y con sus distancias de seguridad… y hay que hacer un gran acto de fe para creer que así son inmunes (porque asintomaticos… es más probable) pero los corrillos de los padres (¡O abuelos…!) a la salida del cole, los parques hasta ser hora de volver a casa… ¿Acaso no están en clara disonancia con las medidas propugnadas de evitar contactos entre ‘no convivientes’, etc, etc.?
Así que lo dicho: no se lo que pasa aquí, solo se que ésto no funciona bien. Y lo de las vacunas, parece que tampoco. Aparte del numerito de los laboratorios farmaceuticos, vendidos al mejor postor, España es un pais de pícaros, y aparecen los espabiladillos, los que se cuelan. Y que conste que me parece bien que los principales dirigentes, que son los que toman las grandes decisiones, se vacunen los primeros.
Pero, a partir de ahí, debe planificarse (¡Y, diariamente, programarse en detalle!) para hacerlo en base a estrictos criterios de 'riesgo cierto de exposición' y de 'riesgo cierto de mortandad'. Y las novias, y los cuñaos, y los jubilados del cuerpo médico del hospital, y los liberados sindicales, etc, etc… a su hora, nada de colarse aprovechando que 'como hoy sobraron vacunas...'. Y, por cierto… que no nos vengan con milongas, recibiendo solo 400.000 dosis a la semana, con la doble vacunación, y tal… se necesitarán 3 años (y no 7 meses) para vacunar al 70% de la población española…
Así que lo dicho: ¿Pero qué pasa aquí…?
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