¡Ah…! Pero, por supuesto, como buen españolito (al menos… como los de antes), entiendo mucho de toros, y los defiendo porque son parte de nuestra cultura ancestral. Esa que dicen (cuando de lo que se habla es de las lenguas, o fablas regionales) que hay que conservar… y hasta cooficializar.
Y es que no nos damos cuenta, pero la cultura del toro está tan engastada en el acervo nacional (español) que será imposible erradicarlo. Por ejemplo, es asombroso ver el uso habitual que hacemos de dichos taurinos (que seguro que también se oyen en boca de más de un separatista 'antitodoloespañolazo’).
Leí hace poco una relación de citas taurinas y no resisto a la tentación de ‘entrar al toro’ y ‘armar esta faena’...
"Vamo allá..."
«No me cambies de tercio, ni menos me hagas novillos, que tu y yo, ahora, mano a mano, vamos a lidiar un tema peliagudo. Eso si, hagámoslo con una buena mano izquierda, y evitando entrar al trapo, que toparemos con gente muy resabiada, e incluso algunos realmente descarados y con muy malas querencias.
Y es que, de una vez por todas, tenemos que parar los pies a esos nefastos políticos, algunos incluso primeros espadas de sus partidos, que nos están toreando impunemente tratando de que tomemos el engaño y nos convezcamos de que somos los ciudadanos quienes tenemos que estar a su servicio.
Así que por mucho que, entre ellos, corporativamente, traten de echarse un capote, que vayan pensando en cortarse la coleta (de momento, que vayan, ya, entrando en capilla), porque, de una vez, y para siempre, les va a coger el toro y vamos a dejarlos para el arrastre.
Por tanto, apelando al bien común, atémonos los machos y nada de ver los toros desde la barrera, o estar de capa caida y no reaccionar. Todos tenemos que ser diestros defensores en la exigencia de nuestros derechos.
Eso sí, actuemos con prudencia, redondeemos la faena sabiendo coger el toro por los cuernos, que algunos de estos politicos son mal encarados y te pueden dar una buena tarascada... incluso una mala cornada.
Y con constancia, que hasta el rabo todo es toro, vamos a salir a defender de una vez por todas al ciudadano humilde, no politizado, de esa gente. Nos cuadraremos ante ellos y entraremos a por uvas, que podemos ‘cortar la oreja’ y, venciéndoles, salir por la puerta grande.
Ánimo, pues, y ‘al toro'. Que suenen los clarines, convoquemos a todos los silentes ciudadanos a oirnos, convoquemos foros de opinión y llenémoslos hasta la bandera para, aunque sea a toro pasado, decirles a nuestros paisanos que no hay quinto malo, que aquí estamos con nuevas ideas, y que nos den la alternativa para culminar la faena y echar de una vez del poder a esta casta política abusiva.»
Bueno, el final me ha quedado un poco… ¿Podemita…? Pero se entiende el concepto ¿no? Que estamos empapados de cultura taurina, vaya...
Y, por cierto, claro que se merecería una vuelta al ruedo… si el alegato pudiera llegar a cumplirse.
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