lunes, 28 de diciembre de 2020

Salir del cuerpo

Se acerca el final del nefasto 2020 y tal parece que, de manera subconsciente, nos vamos liberando, un poco, de la presión del COVID. El tema del que voy a hablar hoy quizás esté, también subconscientemente, ligado al concepto de liberación, o de despojarse de algo. Así que vayamos ya a ello, comenzando por una aseveración, y una inquietante pregunta. La aseveración es... que es claro que concebimos el mundo y el universo a través de lo que percibimos, y eso que percibimos lo entendemos y lo tenemos perfectamente asimilado.
Y la pregunta inquietante es... ¿Pero lo que percibimos, entendemos y tenemos asimilado... es, verdaderamente, cierto?

Para ir centrando la idea, vayamos al mundo de los animales. Por ejemplo ¿cómo nos percibe un perro? Porque parece ser que los perros solo ven dos gamas de colores, el azul-violeta y el amarillo, y algunos tonos de gris. Copio y pego: “Comparando el espectro de colores tal como lo percibe el perro y el humano, vemos que el perro percibe como amarillo lo que nosotros vemos como rojo, naranja, amarillo y verde. Ciertos tonos de verde y turquesa, el perro los percibe como blanco. Los azules los distingue en forma similar a nosotros, mientras que el violeta lo ve gris”.

Así que, para ellos, las cosas pueden ser muy distintas a como nosotros percibimos ‘esa misma cosa’. Y ésto, como simple muestra del sentido de la vista. No quiero meterme en qué es lo que ven, por ejemplo, las moscas, las abejas, las arañas… con sus ojos compuestos, o con varios pares de ojos. U otros seres vivos, como (ahora que, en Navidad 'nos son muy cercanos') los langostinos, o los centollos...

Item más… ¿Y cómo será el mundo ‘cercano’ para el mundo de los murciélagos? ¿Unos mapas de sonido? Porque para las serpientes deberá ser un mapa de olores, que es lo que más perciben, y generalmente, por su lengua. Y digo ‘cercano’ porque para los seres vivos carentes (o muy escasos) de visión… ¿tiene algún sentido el mundo ‘lejano’, no ya el paisaje, los montes, los mares, las nubes, la luna, las estrellas… sino hasta su propio entorno?

Por cierto, seres vivos son, también, las plantas. Así que… ¿Qué mecanismos de percepción pueden tener... y, sobre todo, cómo perciben ellas el mundo que les rodea? Porque nosotros, los humanos, ya ‘hemos llegado a concluir’ que algunas ‘perciben algo’

Y tras estos prolegómenos… vamos a entrar en materia. En ‘materia reservada’. Porque a lo que quiero llegar es al pensamiento de que debemos abrir nuestras mentes, y dejar de considerarnos los poseedores de la interpretación absoluta. Voy a poner otro ejemplo: Si ya parece aceptado, dada la inmensidad del universo, que no estamos solos… ¿Por qué creemos que podremos ver, y comunicarnos ‘a nuestra manera’ con los extraterrestres… si a lo mejor ni siquiera su química vital es como la nuestra, la del carbono?

Pero, de hecho, si las cosas existen… habrá que poder interactuar con ellas ¿no? Y aquí viene mi ‘teoría extracorpórea’. Creo que ‘el perfeccionamiento’ está en dejar de pensar como ser humano, para intentar pensar como ente, como avatar, como energía… que fluye entre todo lo que le rodea, de forma, incluso, atemporal... como única manera de poder integrar todo.

Quiero decir que deberíamos olvidarnos de nuestros sentidos corporales, incluso de limitarnos a la idea (fijada por nuestro el sentido de la vista) de las clásicas tres dimensiones físicas. Ni a la cuarta, el tiempo, que ya Einstein incluyó en nuestro conocimiento cotidiano. Porque seguro que hay, incluso, más.

Y es impensable lo que puede surgir de todo esto que intuyo. ¿Un entorno intemporal, con agujeros negros y túneles del tiempo? ¿Poder tener ‘el infinito’ al alcance de un cambio de dimensión? ¿Una ‘comunión’ con todo lo que nos rodea, a través de enlaces, o ‘sinapsis’, de energía? Por ejemplo… ¿Qué sentido tiene pensar en ‘viajes interestelares’… cuando ya sabemos que se pude estar instantáneamente donde queramos, a través del pensamiento… y solo quedaría ‘proyectarnos completamente’ allí? Y, como es lógico… ¿cual es el camino para llegar a ésto…? ¿Será cierto que todo lo que percibimos es relativo, porque en el fondo ‘todo’ solo es energía y cada ser ‘físico’ solo es un específico modelo de ‘traductor’?

Porque lo interesante es que desde este ámbito extracorpóreo, incluso atemporal, se puede entender todo, desde la proyección a través de los viajes astrales, o el famoso túnel del final de la vida terrenal, hasta la intranscendencia de las distancias en años-luz del universo infinito. Como se puede entender la precognición, la intuición, la telepatía, la bilocalización, los sueños, los fantasmas, la comunicación con seres queridos, los fakires, el tercer ojo tibetano, el budismo, el misticismo, los milagros... 

O, como se dice en el libro de Urantia, los entes ‘existenciales’ (sin principio ni fin), los entes ‘experienciales’ (que tienen principio, pero no fin) y los entes ‘creacionales’ (con un principio y un fin temporal). Todo estará, por decirlo así, bajo un mismo ámbito, dentro de algo así como ‘la mente universal’

En conclusión... intentemos salir de nuestro ente creacional (el cuerpo), y entenderemos todo. Hasta a los ángeles, y a dios. Y, desde luego, como dije antes, hasta lo que perciben las gambas y los centollos.

O sea que, volviendo a la realidad terrenal, y como dicen en ‘La que se avecina’… ‘aquí hay temaaa… pero vaaamos...’

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