sábado, 21 de noviembre de 2020

El color del cristal

Ayer fue el 20-N, recordado en España por ser la fecha en que murió, hace ahora 45 años, Francisco Franco. Y hoy, a falta de alguna otra idea, por lucubrar un poco, voy a referirme a ello, y al dicho que encabeza esta entrada. Y, puestos a lucubrar, sería bueno empezar comentando que en esta fecha también ocurrieron otras cosas significativas, o curiosas. Por ejemplo, justo 10 años más tarde, el 20-N de 1985, Microsoft lanzó al mercado la versión 1 del sistema operativo Windows. Y hay otros muchos más acontecimientos históricos que celebrar (o recordar), sin condicionarnos al cristal con el que los miremos.

'Verbi gratia', en esa fecha (pero del año 244), Diocleciano fue elegido como emperador romano (como estudiábamos de críos, Diocleciano promovió la última, y más sangrienta, persecución de los cristianos), en 1820 (y en la costa de Antofagasta, Perú) se registra el ataque y hundimiento de un barco por un cachalote, que dió origen a la novela Moby Dick, en 1902, en un café parisino (llamado, por cierto, 'Cafe Madrid') nace el Tour de France, en 1945 comienzan los famosos juicios de Nuremberg, en 1947 se casan en Wensminster Isabel de Inglaterra y Felipe de Mountbatten (y por aquí siguen...), en 1984 se funda el SETI (para la búsqueda de inteligencia extraterrestre),… y en 2011 se celebran en España elecciones generales, donde Mariano Rajoy obtiene una esperanzadora mayoría absoluta, tras el periodo ZP… y aquí estamos, hechos unos zorros, solo 9 años más tarde…

En esta fecha 20-N nació, por cierto, el matemático Victor d’Hondt (en 1841, manda huevos…). Y el astrónomo Edwin Hubble (1889), y también, pero en 1925,  Robert F. Kennedy y la bailarina Maia Plisetskaia. Y, hablando de políticos, el joven, presidenciable, Joe Biden (1942).

Terminando las efemérides con los fallecimientos, aparte de los rusos Anton Rubinstein (1894) y Leon Tolstoi (1910) y, por supuesto, del mencionado Francisco Franco, hay que recordar que, el 20-N, murieron Jose Antonio Primo de Rivera y Sainz de Heredia) y Buenaventura Durruti. Uno fusilado por ‘el otro bando’, y el anarquista Durruti por una bala que la Wikipedia tacha ‘de dudosa procedencia’. Y, en 2014, muere Cayetana Fitz-James Stuart, la duquesa de Alba.

Volviendo al tema, oyendo esta mañana un panegírico a favor de Franco lanzado por el historiador Pío Moa (y que, por cierto, en su juventud fue marxista-leninista, y del Grapo), me apetece lucubrar sobre la distinta suerte que, en ‘el relato’, corren los vencedores y los vencidos. Sobre el mencionado color del cristal con que se mira, que ponia en el título, vamos.  

Porque es claro que a quien la historia le haya encumbrado como ‘vencedor’, se le exime de todos los crímenes y tropelías que seguramente se hayan cometido durante su mando, que nadie es perfecto, para entrar en el Limbo (y Libro) de los Heroes. Y esto es así desde toda la vida.

Por mencionar algunos 'vencedores', que es más que seguro que tengan alguna 'infrahistoria', no se… Alejandro Magno, Julio Cesar, Guillermo el Conquistador, Ricardo Corazón de León, Alfonso VI, Sancho el Fuerte, Abderramán III, Rodrigo Diaz de Vivar, Fernando el Católico, Carlos V y, yo que se, Richelieu, Drake, Luis XIV, Washington, Catalina la Grande, Napoleón, la reina Victoria, Bismark, Rommel, Churchill, Eisenhover, Montgomery, de Gaulle... pero la Historia les aplaude, como personajes insignes.

Pero ay de ti si eres perdedor… o si la historia te cuelga, en algún momento, el sambenito de perdedor, que esa es otra, porque entonces solo perdurará, de ti, lo malo, y serás arrojado al infierno ‘donde solo se oirá el llanto y el crujir de dientes

Y este es el caso de nuestro Francisco Franco. Que ganó la guerra, que gobernó en España durante 46 años, que durante su mando hubo muertes, y tropelías… y hasta persecución ideológica, pero que también es cierto (lo dije más de una vez) que es el autor del ‘milagro español’, aquel surgir de la miseria hasta posicionarnos como una de las naciones más solventes, arrancando desde la nula ayuda de las potencias mundiales, por ‘germanófilos’, hasta que la visita de Eisenhower, a finales de diciembre de 1959 nos hizo salir definitivamente del ostracismo internacional... y que, con el buen hacer de los gobiernos de entonces, nos hizo iniciar quince años prodigiosos, con tasas de crecimiento económico anuales de cerca del 8%, y 'empaparnos' de toda la modernidad de los movidos ‘años 60’.

Que, como colofón, hizo que en la primera mitad de los años 70 fuésemos un pais apreciado, bastante boyante en lo económico, con muy poca deuda, con muy poco paro, con un sólido sistema bancario, totalmente solvente al ser, al menos en un 50%, propiedad del propio estado (las Cajas de Ahorro), con baja delincuencia (aunque con ETA en el pais vasco), baja población reclusa, y con una clase media, en general, con un buen nivel educativo, y con un fondo de valores cívicos y humanos aportados por la educación mayormente católica, y en general trabajadores y ahorradores, capaces de acceder con cierta facilidad, y con la ayuda de las nacionales 'Cajas de Ahorro', a la propiedad de una vivienda. Y de un coche, claro. Y hasta de una casita en la costa.

Y luego, con la muerte de Franco, se  entró en la democracia (y en la partitocracia). La izquierda empezó a remover el ambiente, a tomar el mando, nace el ‘progresismo’… y (tampoco voy a enrollarme) Franco pasa a ser ‘el general Franco’ y ‘el dictador’.

A ello sigue un largo proceso de movilización de la opinión pública contra ‘los fachas’ de derechas, de demonización del franquismo, de defender la memoria de la II República española… y de, en el fondo, querer ver las cosas desde otro color, y de cambiar ‘el relato’, convirtiendo los vencedores en malvados vencidos, y los vencidos en héroes vencedores.

Pero vuelvo a la relatividad del famoso color del cristal… porque los que ahora atacan ferozmente al franquismo son (por no hablar de los ‘desmadres actuales’)… los que justifican las checas del Frente Popular, los desmanes y pucherazos que históricamente se atribuyen al PSOE, los que aplauden los regímenes de Nicolás Maduro, de Fidel Castro, de Evo Morales… y los comunistas españoles, que nunca han renegado de los históricos dictadores comunistas, con millones de muertos a sus espaldas, como Lenin, Stalin, Pol Pot, Kim Jong Un y sus antecesores, etc, etc.

En resumen… que a ver si de una puñetera vez nos olvidamos del frentismo cainita, que tengamos la fiesta en paz y que dejemos a un lado el ‘vae victis’, pasando, simplemente, página. Y, como siempre se recomendó para mejorar las relaciones humanas, practiquemos aquello de que 'si alguien hace algo bien, dígaselo... y enseguida'.
O sea, reconozcamos la existencia de las cosas positivas (y también de las negativas, claro), no miremos las cosas solo bajo el prisma de nuestro particular color… que seguro que esto nos ayudará a ser mejores. Y, más unidos, podremos prosperar colectivamente.

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