Hoy voy a ser (añadiría… ‘una vez más’) una persona ‘políticamente incorrecta’. Un verso suelto, dentro de la movida mediática actual… pero con más razón (opino yo) que un santo. Porque me temo que estamos de nuevo ante un caso de ley del embudo, y ante una mala evaluación de una realidad sociológica… que deriva en unas actuaciones tibias, de ‘paños calientes’… o interesadas. Que no tenemos las ideas claras, vamos… y
esto lleva a ser incoherentes. Como pequeño ejemplo, somos capaces de hablar de ‘Kirt Duglas’ y de ‘Maikel Daglas’… sin entender que son padre e hijo. O, hablando de fútbol, del ‘Mílan’ (con acento en la ‘i’) y del Inter de Milán (con acento en la ‘a’). Y conviene hacer entrar en juego la cabecita… que para eso la tenemos.
Porque hoy toca hablar de fútbol. En particular, de la movida que se traen los medios de comunicación con los 'intolerables insultos racistas' a Vinicius Jr…. que está llegando a ser una cuestión de estado. E incluso de crisis internacional, ya tercia el Presidente de Brasil y han llamado al embajador español para pedir aclaraciones.
Los hechos son ciertos: a Vinicius se le persigue, para desestabilizarle. Parece el deporte de moda y así, últimamente, un montón de gente de Valencia le recibió cantándole, con la música del ‘Guantanamera’...
Porque hoy toca hablar de fútbol. En particular, de la movida que se traen los medios de comunicación con los 'intolerables insultos racistas' a Vinicius Jr…. que está llegando a ser una cuestión de estado. E incluso de crisis internacional, ya tercia el Presidente de Brasil y han llamado al embajador español para pedir aclaraciones.
Los hechos son ciertos: a Vinicius se le persigue, para desestabilizarle. Parece el deporte de moda y así, últimamente, un montón de gente de Valencia le recibió cantándole, con la música del ‘Guantanamera’...
‘’¡Eres un mono…!
Vinicius, eres un moooonooo
Eeres un mooono…
Vinicius eres un mooono.”
Vinicius, eres un moooonooo
Eeres un mooono…
Vinicius eres un mooono.”
y luego, durante el partido (y esto ocurre en casi todos los campos…) se busca tratar de desequilibrarle emocionalmente con gritos, insultos, continuas faltas…
Pues bien, aquí hay tres componentes a analizar con detenimiento:
El primero, el propio Vinicius, que podemos ponerle un 10 en cuanto a sus facultades futbolísticas… pero que apenas llegaría al 5 por su intelecto, que es una persona inmadura y extrovertida que se desestabiliza fácilmente… y que, además, le gusta ‘entrar al trapo’. Y es que, a menudo, el ‘atacarle’ (por lo civil o por lo criminal) le afecta mucho, pierde la compostura, y puede encararse, o hacer gestos inapropiados... Dicho en pocas palabras, subconscientemente echa leña al fuego… y esto no es algo que facilite reconducir el problema. Más bien lo recrudece. Por ejemplo, el otro día donde (severamente…) se le expulsó, salió 'galleando' y encarándose con la afición...
El segundo, ‘la masa anónima’. Solo una palabra: en España falta mucha (pero muuucha…) educación. Y hay regiones (Levante, el Sur…) donde, por el carácter de las personas, esto es mucho más evidente. Y si mezclamos fanatismo, impunidad de grupo, incultura… aquí tenemos un problema muy gordo… que hay que saber atajar.
Y tercero, la autoridad… que no ataja. Me refiero, en primer lugar, a las instituciones propias (La Liga, los árbitros, la Federación, los Clubs… ) que tienen que dejar de mirar para otro lado y actuar con claridad y contundencia. Y si hay altercados (o conatos) evidentes que recomienden medidas ejemplares... se ponen en práctica, y punto.
Pero, sobre todo, me refiero a los órganos oficiales: policía, fiscalía… que estoy harto de la política del ‘laissez faire laissez passer’. A ver, muy sencillo, señor ‘miembro de las fuerzas de seguridad del Estado’: si delante de sus narices alguien (una persona) está cometiendo un delito tipificado (o presunto) ‘de hecho, o de palabra’, su deber es tomarle la filiación, abrir un parte denunciando el hecho… y que actúe el Juez.
Y, señor Juez, no se escude en eximentes o atenuantes: aplique la ley con dureza, que ‘la letra con sangre entra’… y de toda la vida a las fieras se les amansa y ahorma con el látigo, y el miedo.
Pero hay otro fondo de la cuestión: ¿Por qué el llamar, con evidente desprecio, ‘mono’ a un negro es muchísimo más grave que llamar 'cerdo seboso' (o foca, o hipopótamo…) a un blanco gordo…?. O, por ampliar el abanico, mucho más que llamar 'hijo de la gran puta' a cualquier blanco, o cagarse en todos sus muertos, o desearle la muerte…
Claro, se señalan agravantes de menoscabo a otra raza, de delitos de odio, de discriminación, de desprecio… pero ¿Por qué? ¿Porque el legislador (o lo ‘políticamente correcto’) ‘distingue’ las razas, considerando que una es superior a la otra… y ésta es ‘carne de desprecios’? ¿Por qué va tener que serlo?
A ver, que los separatistas desprecian a los otros españoles, les llaman maketos, txakurras, charnegos…, se queman fotografías, banderas, se pita el himno nacional… y no se levanta tanta polvareda. Se condena el hecho, se toman (digo yo…) medidas, pero no tenemos a todas las emisoras de radio, y de televisión montando un espectáculo mediático sobre los delitos de odio racista.
Porque esto del ‘racismo’ (léase, el desprecio al ‘negro’) me temo que es una moda, lo del ‘nuevo orden', aquello del Black Lives Matter, y tal. Que estamos en manos de ‘influencers’, vamos… y somos carne de cañón (o materia de experimentaciones sociales).
Así que hagamos normal lo que es normal: insultar a otra persona (sea blanco, negro, cobrizo o aborigen) es feo… pero tiene una gravedad relativa, que podría quedar resuelta desde con un simple ‘Y tu más…’ (o, aún más simple, con un ‘a mi me la pela, que no ofende quien quiere, sino quien puede’)... hasta con una discreta denuncia particular en el primer juzgado de guardia.
Pero de ahí a abrir un debate nacional… queda un buen trecho. Claro, es muy apetecible ‘vender’ audiencia, ejemplares de la revista, notoriedad, prurito personal de sentirse ‘evangelista’… o simplemente, interés en revolver el ambiente para que se hable de esto y no de otras cosas más importantes. Incluso, en el caso del ‘escándalo Vinicius’… resulta que ya surgen voces que recomiendan a Vinicius que deje España, donde somos muy racistas... (¿Para que fiche, supongo, por la Juventus, o el Manchester United, o el Bayern, o el PSG…?)
Así que razonemos: ¿Cómo acabar con el racismo…? ¿Acabando con los insultos…? Me temo que no, siempre va a haberlos. El racismo acabará… cuando el que yo diga a un negro que es un ‘negro de mierda’ sea equivalente a que ese negro me diga a mi que yo soy un ‘blanco de mierda’.
O sea, cuando dejemos de pensar que somos dos razas diferentes, y una es superior otra. Esto es, cuando aceptemos que Kirt Duglas y Maikel Daglas son padre e hijo.
Y todo lo demás es… moda y postureo. Conmigo que no cuenten.
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