miércoles, 12 de abril de 2023

Obituario

Hoy (mierda… encima, San Julio…) toca dedicar una entrada a las últimas noticias necrológicas que me han afectado en estos últimos días… y que vienen a abundar en el pensamiento de que (aunque en algunos casos hable de muy distinta edad), es hora de ponerse casco, o abrir el paraguas, porque ya empiezan a caer, y cada vez más cerca, ‘chuzos de punta’.

Y empezaré diciendo que, esta semana pasada falleció Jesús el Nazareno. Viene esto a colación porque, yo que viví los tiempos de las muy católicas Semanas Santas (luto riguroso, música clásica o sacra en las radios, ausencia de cualquier espectáculo, y cines, incluso (decía, hace unos días, una trasnochada ‘progre’) ‘Franco hasta prohibía el sexo’)... ahora que somos un estado aconfesional, oí una inquietante teoría: la de que este personaje histórico, Jesús, o Cristo, al parecer joven líder esenio de muy desconocida trayectoria vital hasta sus 30 años, que revolucionó el ambiente socio-político de aquella Judea, fue, en realidad, un fracasado, porque perdió, al ser arrestado y ejecutado por el ‘establishment’. Porque lo de la resurrección parece ser que fue una ‘rehabilitación’ posterior de su figura y de su legado cultural histórico.

Inquietantes pensamientos laicos… (curioso, San Julio I, papa desde el 337, fue el papa que impulsó el primer gran basamento de la ortodoxia cristiana, definida en el Primer Concilio de Nicea (año 325), y se tuvo que pelear con el arrianismo, que negaban la naturaleza eterna de Jesucristo, al que solo lo consideraban ‘creado’ por 'Dios Padre').

Pero vuelvo al obituario. Otro fallecido (el domingo de Resurrección, y con casi 95 años) fue mi amigo Rodobaldo, ese buen (aunque de historia inquietante) sacerdote con quien a veces coincidía, en Llanes (en estas fechas, siempre le felicitaba las Pascuas) y del que hablé ya en este Blog, desarrollando el tema de las ‘imprecaciones’ cuyo concepto ‘metafísico’ él mismo, un día, me aclaró.

El tercer reciente fallecimiento es el de mi coetáneo amigo de la infancia 'Carlinos' Posada (sobrino-biznieto de Posada Herrera), que siempre me felicitaba (y muy cariñosamente, siempre fue encantador, aunque no nos frecuentábamos), por Navidad. Que, el pobre, tiene su historia: sus padres, Carlos Posada y Enríquez de Salamanca y Ana María de Miranda, ambos de rancio abolengo llanisco, tenían unas de las mayores fortunas de Asturias… que se esfumó, hasta arruinarles, por el juego. Aún los recuerdo (eran amigos de mis padres) pernoctando en nuestra casa de San Sebastián, de paso de un viaje que hacían... en Vespa. Carlinos y sus hermanas salieron adelante en sus vidas, trabajando como cualquier mortal… cuando pudieron llevan una vida absolutamente regalada.

El cuarto fallecimiento es el de una centenaria llanisca, Emilia Huerta, esposa (ya, viuda) de Chucho Muñoz ‘el Gurrión’, con la que nos unía una buena amistad desde los tiempos en que nos informaba, cuando nuestro primer gato, ‘Magui’, que fue un espíritu libre, se nos perdía por ‘todo el barrio de ‘La Moría’ y teníamos que volver, el domingo por la noche, a Oviedo. Y cuántos domingos nos tuvimos que quedar a dormir en Llanes porque, el puñetero, aparecía, sigiloso, de vuelta de sus correrías gatunas, a las 3 de la madrugada, para 'hacerse una rosca' a los pies de mi cama...

Y su marido, Chucho, que había sido panadero, fue el que me ilustró sobre la adición del ‘químicu’ a la harina de panificar, de cuya proporción dependía de cómo se hidrata la harina (y hasta de su técnica de amasado) y de que se pudiese obtener un kilo de pan con 600, 700, 800… gramos de harina. Y de que, cuanto más ‘químicu’ añadieses más crujiente, de entrada, era el pan… y más ‘gomoso’, a las pocas horas, se quedaba.

Y llegamos al quinto fallecimiento. Se trata de Fernando Sánchez Dragó. No lo conocí personalmente, claro, pero sí lo tenía interiorizado, primero porque, hace ya mucho, me impresionó profundamente con su ‘Gárgoris y Habidis. Una Historia mágica de España’ (es de 1978) y segundo, porque es un personaje realmente singular (y sin parangón) posiblemente de los que ha puesto más sal y pimienta al panorama cultural español en los últimos 30-40 años.

Nacido en 1936, educado (como yo…) en los Jesuitas, intelectual comunista en sus años de juventud (entonces eran también comunistas (antifranquistas) Tamames, Javier Pradera, Enrique Mújica, Ruiz-Gallardón (padre), Dionisio Ridruejo, el propio Jimenez-Losantos… (vamos, personajes (entonces) de izquierdas que no tenían nada que ver con los Pedro Sánchez, Pablo Iglesias, Yoli Díaz o, por poner mas ejemplos, Alberto Garzón, Teresa Ribera, las Montero (‘Chiqui' (o 'Petisú’ Montero), la de Hacienda, y la ‘ninistra de Igualdá’, Irene), ‘el Kichi’, Pablo Echenique, etc... de hogaño), Sánchez Dragó era un tío de los más simpáticos, cultos, buenos conversadores, liberales y respetuosos con sus contrincantes que he conocido. Y desde luego, una persona con un espíritu enormemente juvenil y animoso, no obstante los 86 años que tenía cuando le sobrevino un infarto… escribiendo junto a su gato.

Dragó le daba, y magistralmente, a todos los palos y, por ejemplo (para volver al religioso comienzo), ayer me impresionó especialmente viendo, en la despedida con que le homenajearon en 'El Cascabel', de TV El Toro (que es más conservadora, incluso ‘meapilas’, que la Trece TV de los obispos), un vídeo en el que recitaba, ‘a capella’ un Padrenuestro, pero de los de antes, aquel de su ’...santificado sea el tu Nombre, venga a nos el tu Reino…’ realmente sobrecogedor..

En fin, que lo dicho. Hoy toca necrológicas. Y tocar madera. Y, por cierto, tengo finalmente la duda de si etiquetarlo, más que como ‘Pensamiento’, como ‘Política y Sociedad’. Porque está claro que son vivencias sociales.

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