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ay, actualmente, una enorme crisis en la Sanidad Pública española: por un lado (aparte de adolecer de los típicos vicios del funcionariado),
el ciudadano de a pie percibe la existencia de un gran déficit de médicos de Atención Primaria y, por otro, el colectivo de enfermeras (y enfermeros, bueno, de ATS) está muy descontento con su percepción personal entre trabajo asignado y retribución y crean conflictos (politizados…
pero quizás con alguna base real). Incluso esto es común con los médicos.
El resultado es que las nuevas promociones formadas en España para atender nuestra salud emigran al Reino Unido, y en general a toda Europa, donde gozan de gran predicamento, y de unos estupendos sueldos… y aquí quedamos ‘compuestos y sin novia’. O sea, desatendidos.
La solución, desde el punto de vista de la oferta y la demanda, parecería fácil: paguemos al precio de mercado. Pero claro, ponte a pagar unos sueldos de, digamos... 4 o 5.000 euros al mes, a todos los ATS, y de 7 u 8.000 a todos los médicos de Atención Primaria… y verás la que se arma por los agravios comparativos, tanto entre ellos mismos (está claro que entre funcionarios hay profesionales muy buenos y responsables... pero también lo contrario), como con otros trabajadores. Porque el Estado dirá que no hay dinero para tratar así a 'todos sus funcionarios'. Ni las Empresas podrían soportar la presión de demanda salarial, por agravio, que ejercerían los Sindicatos.
Es claro, por tanto, que aplicar una medida genérica, sin cambiar la situación actual, produciría un enorme desmadre. Porque, en realidad, en España ‘todavía' se vive más barato (no lo tengo yo muy claro en ciertos precios, como los alquileres en las grandes ciudades…) y, al parecer, aquí solo los políticos pueden tener sueldos ‘europeos’.
Pero metamos a un ‘consultor’ en la reflexión...
Y lo primero que se me ocurre es que hay que acordarse de 'El Arte de la Guerra'. Decía, muy sabiamente, Sun Tzu... "Si recompensas a todo el mundo, no habrá suficiente para todos. Así pues, ofrece una recompensa a un soldado para animar a todos los demás".
Por tanto, hay que tratar de segmentar el problema, mejorar a algunos... y dejar que se activen 'las ganas de mejorar'... . Para ello, debemos analizar cómo se estructura el trabajo cotidiano de estos colectivos, el de los médicos de Atención Primaria (donde dicen que hacen falta 5.000 más) y el de enfermeros y enfermeras… donde es posible que su número pase de 200.000 (creo que toda la Sanidad Pública española tiene cerca de 600.000 empleados).
Y, en un primer pensamiento, yo diría que ambos colectivos (médicos y ATS) tienen trabajos muy variados, con una muy dispar carga de responsabilidad, mezclándose trabajos ‘de peso’ con una gran mayoría de trabajos ‘de rutina’… aunque siempre se saca a relucir el mantra recursivo de que ‘la vida, o la salud humana, bla, bla, bla… bla bla, bla’.
Pero seamos realistas (y pragmáticos): asumamos que la vida y la salud humanas, como bien fundamental a proteger, no corre el menor peligro en la inmensa mayoría de las tareas que desarrollan. Y, si sacamos de la ecuación los ‘errores humanos’… aún menos.
Así que vamos a separar el grano de la paja. Y esto, en la Consultoría clásica, tenía unas claras soluciones de ‘mejora de la situación actual’. Y pasaban, en primer lugar, por...
- Una buena estructuración del Organigrama jerárquico y competencial, definiendo separadamente las funciones exigibles, y sus atribuciones, así como las necesidades de perfil profesional que conlleva cada competencia, para cada Area o Departamento,
- Una buena concreción del volumen previsto de trabajo en tareas homogéneas . Le seguiría...
- Unos buenos ‘Manuales de Funciones, y de Procedimientos’ para, finalmente…
- Llegar a un diseño y definición de los puestos de trabajo precisados para satisfacer la demanda del Servicio.
- Establecer una justa Política de Retribución basada en la ‘Calificación de Puestos de Trabajo’ (en función, por tanto, no de la categoría laboral, sino de las reales exigencias, atribuciones y responsabilidades de cada puesto).
Entrando un poco más a fondo, voy a aventurar algunas sugerencias: Yo creo que la atención de la salud debería asignarse a estos principales colectivos:
Los médicos especialistas (y los cirujanos), que serán personal altamente cualificado, y justamente retribuido, y que se dedicarán exclusivamente a actuar con pacientes con problemas importantes, delegando el resto a...
Los ‘ayudantes de especialista’, que serán facultativos recién iniciados, o ATS con amplia experiencia y conocimiento. También podría pensarse en una titulación de ‘facultativo de grado medio’, o ‘perito en medicina’ al que accederían tanto ATS cualificados como los que concluyan la carrera de Medicina y que atenderían ‘primariamente’ a los pacientes, ejerciendo de ‘filtro activo’ para orientar los tratamientos.
Los médicos de cabecera, o de ‘atención primaria’, que tendrían la consideración, a todos los efectos, de una rama (‘especialidad’) más de los médicos especialistas que acabo de indicar. Y por lo tanto, igualmente existirían…
Los ‘ayudantes de médico de cabecera’, con los mismos comentarios anteriores.
A partir de estos dos primeros niveles (médico especialista y ayudantes de médico especialista) que se repartirían la carga de trabajo ‘pura’ de diagnosticar, y prescribir o intervenir, entraríamos en un siguiente nivel, (también debidamente estructurado por las exigencias profesionales, y de experiencia, requeridas, del de...
Los/las ‘técnicos sanitarios principales’, que se dedicarán a las curas, tratamientos (incluso diagnosis) rutinarios, extracciones, instrumentalistas y anestesistas de quirófano, etc. y, posiblemente, como subgrupo, la de ‘técnicos sanitarios base’
Los/las ‘ayudantes de técnicos sanitarios’ que se dedicarán a solventar las tareas más rutinarias, y las administrativas, de una unidad funcional. Es decir, a disposición de un servicio centralizado.
Y los ‘celadores’, y similares, así como el gran grupo de personal administrativo y de servicios auxiliares, que aquí no voy a tratar.
Y, a partir de ahí, habría que estructurar las rutas promocionales oportunas y, por supuesto, los justos niveles retributivos.
Lo que se trata, en el fondo, es hacer que la Sanidad tenga una estructura organizativa similar a la de las empresas, es decir, un organigrama funcional donde los problemas se van filtrando y solucionando en diversos niveles de responsabilidad, de manera que no se mezclen cosas importantes con cosas de enorme nimiedad… cosa que, en la Sanidad española, sucede, y no es de recibo (por poner un simple ejemplo) que un gran cirujano pierda un minuto de su tiempo atendiendo a un paciente ‘con un grano infectado’.
Que si, que la salud y la vida humana son importantes… pero vamos a poner filtros racionales (y funcionales) a esta idea… si no queremos entrar todos en un batiburrillo masificado donde se haga ‘tabla rasa’, veamos gigantes donde solo hay molinos, no sepamos separar lo fundamental de lo accesorio, tengamos que matar, por ello, moscas a cañonazos, y sepamos apreciar (y pagar justamente) las tareas cualificadas (y las realizadas por los profesionales eficaces), y que no se hable solo de ‘categoría laboral’… para evitar que se pague todo, eficiente o ineficiente, de la misma manera, y se alimente el descontento.
O, como solución alternativa… hágase que toda la Sanidad se asigne a empresas públicas ‘de gestión privada’… que está claro que tener que 'alcanzar con tus propios recursos el razonable beneficio' nos hace ser mucho más eficientes… y se cuidarán mucho de organizar y disponer de los recursos que necesiten… contratados a precio de mercado.
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