N
o es la primera vez que empleo, o tengo tentaciones de emplear, esta vieja y conocida frase… pero es que me la ponen ‘a huevo’ para introducirme
en un tema que entiendo que tiene una profunda carga intelectual sobre la que debemos reflexionar los españolitos que vivimos a caballo del
siglo XX y XXI… y que hemos conocido un gran cambio en la España que nos acoge.
Porque se le prefiera, o no... el PSOE es un elemento imprescindible para profundizar en la historia de España de los últimos (digamos…) 100 años… y me temo que lo primero que tenemos que preguntarnos, en estos momentos en que nos gobierna, es eso: ¿A donde vas, o quieres ir, Partido Socialista Obrero Español…?
Recuerdo que al slogan, o ‘leit motif’, de hace unos 40-50 años, cuando empezamos la transición hacia lo que ahora se llama ‘la democracia’, aquel de «PSOE: 100 años de honradez»… se le solía acompañar, como coletilla crítica… «… y ni un minuto más», recordando los grandes escándalos económicos, y de otro orden, que acompañaron a la gestión de los gobiernos socialistas que nos tocó vivir.
Y había otra más, aquello de «… y 40 de vacaciones» que, igualmente, recordaba el hecho de que, durante el franquismo, el 'socialismo' español estuvo completamente ‘mising’ y el único que daba la cara era el partido comunista (euro-comunista, para ser más exactos) de España, que sostuvo la progresía intelectual española. Vamos, que era un tiempo en que hasta el entonces joven Federico Jimenez Losantos (y algún ‘clásico’ más) pertenecía al PC.
Y es que, efectivamente, el Partido Socialista, que los tiempos de la II República y la guerra civil española tuvo una importantísima influencia histórica (y una singular responsabilidad en la creación y sostenimiento del ‘Frente Popular’ que (por decirlo finamente) por sus actuaciones extremas en aquellos tiempos convulsos, propició el Alzamiento de parte del Ejército, entonces republicano, el 18 de julio del 36… y la desgraciada guerra civil…, tras la derrota de esa España ‘republicana de izquierdas’, desapareció, en su exilio.
Hasta que un grupo de jóvenes socialistas, liderados por el ‘clan sevillano’ de Felipe González y Alfonso Guerra, y ‘el vasco’ de Nicolás Redondo y Enrique Múgica, que apenas vivieron la guerra civil española, consiguieron, en el Congreso de Suresnes, de 1974, abandonar el marxismo y estructurarse como un partido socialdemócrata de perfil europeo que, apoyado básícamente por la Social-Democracia promovida por el alemán Billy Brandt, consiguieron crecer en la ‘España de la Transición’, ya muy alejados de la clandestinidad de antiguo partido liderado por Rodolfo Llopis, hasta llegar, apoteósicamente, al poder, en 1982.
De hecho, tras la muerte de Franco, el PSOE fue, en España, un partido con vocación estatal que participó activamente en el diseño de la Constitución del 78 y luego en el ejercicio de gobierno de la nación española, alternándose con gobiernos de centro-derecha, de Adolfo Suárez y del Partido Popular, cerca de 30 años (1976-2004).
Pero, a partir de 2004, tomaron las riendas del PSOE primero José Luis Rodríguez Zapatero y, más adelante, Pedro Sánchez, y con ellas el poder que les otorgaron las urnas con la ayuda de pactos con diferentes partidos del panorama político español… aunque todos ellos caracterizados por ser de izquierda radical (cuando no anti-sistema) y/o separatistas... como en los viejos tiempos de la II República.
Y, por explicarlo muy sencillamente, lo único que hizo el Partido Socialista Obrero Español es dar una vuelta de tuerca y, bien por ideario propio (caso, en principio, de Zapatero), bien por interés de permanencia en el gobierno (caso de Pedro Sánchez), han dejado atrás las ideas socialdemócratas y han dado un importante viraje ‘hacia la izquierda’, desenterrando de nuevo, no exentos de revanchismo, el concepto del ‘Frente Popular’ que nos llevó a la guerra civil hace casi 90 años.
Es patente que se han vuelto a remover viejos sentimientos de frentismo y radicalidad contra las ideas y valores que arraigaron (quiérase, o no) durante el franquismo (y el resurgimiento económico de España, todo hay que decirlo), ya superados durante la transición y, como si volviésemos a las épocas previas a la guerra civil, se está creando un caldo de cultivo de enfrentamiento de las dos Españas… que en su día se quiso erradicar con aquellas primeras leyes del periodo democrático sobre la Amnistía… y con el espíritu de Paz y Concordia que emanaban.
Y de esta situación viene mi clara pregunta inicial: QVO VADIS, PSOE…? O sea... ¿A donde nos conduces…?
Porque hay dos caminos: el socialdemócrata, esto es, el de una izquierda moderada, de corte europeo, ‘pactista y resultadista’ con otras fuerzas políticas moderadas que, con sentido de Estado, nos lleven al buen desarrollo general, o el frentepopulismo, con su radicalización de ideas e ideologías y, por ejemplo, el actualmente admitido y permitido desmembramiento federalista (‘y asimétrico’) de nuestra Nación.
Porque si al radical Zapatero (que nos gobernó de 2004 a 2011) y que, aparte de ‘blanquear’ terroristas, promovió el concepto de ‘memoria histórica’ para aflorar (y repito lo del marcado sesgo revanchista) los crímenes cometidos a consecuencia de una incívica guerra civil, unimos al ‘desnortado’ Pedro Sánchez (jefe de Gobierno de 2018 a 2023...), cuyo narcisismo y ambición le impulsa a continuar ‘desmembrando y desestructurando’ España pactando con partidos antisistema, separatistas, terroristas y golpistas con el único fin de mantenerse en el poder)…
...me temo que, unido al despilfarro, las ineficacias, la mala gobernanza e incluso sectarismo puro y duro, que surgen de la ignorancia supina e inexperiencia (y la carga ideológica) de los actuales políticos al mando del gobierno de la Nación, nos estén llevando a una importante polarización y radicalización de ideas.
Y eso no. Y, a mayor abundamiento, estos mismos días, los diputados socialistas, para modificar de manera muy importante (y no deseada por la mayoría de los españoles) una Ley, acaban de votar nominativamente (para intentar, de esta forma, que ‘se retratasen personalmente ante sus votantes’) se conjuraron previamente, todos a una y puestos en pie, al grito (o ‘a la orden’) de ‘¡Sin fisuras...!’, y aprobaron, con su voto, la despenalización del grave delito de ‘sedición’ (o lo que es lo mismo, que no se pueda condenar a quien participe en un 'golpe de Estado' separatista, que más del 70% de los españoles rechazamos)… lo que me parece un claro ejemplo de regreso del ‘Frente Popular’… y al ‘asamblearismo populista’.
Y esto no es representar la voluntad popular, sino empecinarse en promover el poder de la mafia (o lobbie) del partido político, para los intereses espurios de unos pocos.
Así que… Qvo Vadis, connio…?
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