Y concurre otra especial circunstancia: ahora, solo el 55% de los empleados de ‘la cosa Pública’ son ‘funcionarios de carrera, u oposición’, el resto, o sea casi la mitad, son ‘interinos’ o ‘eventuales’ (una eventualidad, muchas veces, ‘de larga duración’). Y el ser interino (y con más ‘larga duración’) es una manera de entrar sin hacer oposición (muchas veces por amiguismo)… y suele ser la antesala para, legalmente, con el tiempo, consolidarse como ‘funcionario’.
También se percibe, sin menor duda, ‘el efecto paritario’, como yacimiento de empleo. He aquí un gráfico muy clarificador que aunque solo llega hasta mediados de 2019 y no contempla ‘el pico’ de 3,5 millones de empleados que se alcanza al final del 2020… se puede visualizar bien la trayectoria. Y, por supuesto, se presta a interesantes lucubraciones sobre las políticas en materia económica, y de empleo, de nuestros ínclitos presidentes frentepopulistas ZP y PedroS.
Me pregunto… ¿A ésto es a lo que nos lleva la partitocracia y el estado de las Autonomías? ¿Qué decir… aparte de que los contribuyentes no podemos seguir soportando, con nuestros impuestos, tan grosero despilfarro?.
Porque a ver, si los ordenadores se usan desde la década de los 80, las personas entramos en el mundo de los PCs en la de los 90 (del siglo pasado, claro) y las operaciones telemáticas (internet generalizado) desde hace unos 15 años, esto debería ayudar a ‘ajustar’ la plantilla administrativa ¿no? Al menos, eso es lo que pasó en los Bancos privados...
Hombre, la Administración Central si que ha disminuido (a pesar de la pandilla de asesores y consejeros amiguetes que cuelgan de los puestos políticos ‘con mando’), pero es que ahora tenemos entes autonómicos, diputaciones provinciales o cabildos, mancomunidades y ayuntamientos todos ellos llenos de empleados públicos, y luego organismos autónomos, entidades públicas empresariales y sindicales, fundaciones y hasta sociedades mercantiles ‘colgadas’ de la Función Pública… que conforman un saco sin fondo para cultivar el amiguismo, el clientelismo, el blanqueo de pagos a partidos políticos, etc, etc.
Parece ser que, actualmente, solo la cuarta parte de estos empleados (funcionarios y asimilados) pertenecen a la Administración, el resto es el monstruo creado por la famosa descentralización, y el ‘estado de las Autonomías’. Y además en España hay más de 8000 ayuntamientos, con sus funcionarios, sus concejalías, sus paniaguados, sus ‘contratistas’...
A ver si va ser una reminiscencia de la vieja monserga del funcionario, aquello o de ¡Martínez, por triplicado...! Y la pregunta del millón es cómo cortar esta sangría, que en manos de politicuchos ambiciosos y populistas nos balda a impuestos para poder mantener en chiringuito… cuando no para aumentarlo...
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