viernes, 25 de noviembre de 2016

Gentuza

Hoy me pide el cuerpo hablar de las reacciones del paisanaje a la muerte de Rita Barberá. Yo no voy a entrar a valorar al personaje, que ejerció durante 24 años el papel de ‘reina de Valencia’, una alcaldesa muy querida (4 o 5 mayorías absolutas) que transformó radicalmente esa ciudad dándole un lustre que muchos ni soñaban: la Ciudad de las Ciencias y de las Artes, los ajardinamientos del cauce del Turia, la ampliación del puerto, de Metrovalencia, la llegada del AVE, los eventos internacionales de la Copa de América de Vela, de la Fórmula 1…

Lo que si es cierto es que en Valencia (yo siempre he dicho que en el Levante español todavía hay mucho fenicio...) ha habido muchos casos de corrupción en las filas del Partido Popular: Gürtel, Nóos, Emarsa, Feria Valencia, Fórmula 1, etc, pero curiosamente nunca habían salpicado a nuestra Rita… excepto un último escándalo, el 'caso Taula', sobre financiación del PP, donde, al parecer, se le imputaban ingresos de 1000 euros por ‘B’, y cuya apertura de juicio se iba a producir en breve.

La cuestión es que, absolutamente perseguida por los medios, y abandonada por los suyos, para que no les 'molestase', siempre insistió en defender su honradez y, tras unos meses de ‘acoso y derribo’, falleció de infarto hace dos días.

Pero no voy a hablar de ‘la pena de telediario’, ese deporte nacional de condenar y maltratar públicamente sin pruebas demostrables, y sin que obre sentencia judicial alguna. Y tampoco voy a valorar el comportamiento de cierta prensa, y ciertas televisiones que practican el ‘amarillismo’ y la crítica hacia la derecha porque les renta en sus ‘shares’ (o porque, y es de necios no percibirlo, existe un interés en ‘echar’ a la derecha del sistema, como en el viejo pacto del Tinell) y que producen lo antedicho.

Ni siquiera voy a hablar de ‘sus señorías’, y sus postureos en pro y en contra de una senadora, por todos vilipendiada, fallecida.

Ni de los Judas, ni de los Caifases. Ni siquiera de los Caines, que ya circula una teoría conspiranoica respecto a la defenestración de personajes importantes en el PP, como el propio Aznar, o Esperanza Aguirre, o María San Gil, últimamente Rita Barberá, etc, etc

Y no voy a hablar porque la cuestión es muy sencilla: como decía Plauto, ‘homo homini lupus’. En cristiano… son todos unos canallas.

Hoy de lo que quiero hablar, y de ahí el título de la entrada, es de ‘alguna’ gente de a pie, que amparándose en la impunidad de las RR.SS (o sea, de las Redes Sociales), han inundado twitter de comentarios no ya groseros, sino, creo yo, hasta motivo de demanda judicial. E incluso de algunas webs ‘dicen que’ humorísticas, como El Jueves, o El Mundo Today.

Y se ven claramente las dos tendencias: una, la del odio visceral que les impulsa, sin prueba alguna (yo diría que ‘sin siquiera conocer al contrario’) a verter comentarios sangrantes, desaforados e indignos, que cualquier persona con un mínimo de educación rechazaría y otra, la del dudoso ‘humor negro’ de algunas personas, no menos desaforado y sangrante, que te hacen pensar que la incultura llega a no percibir que el humor, el buen humor, es algo muy serio, y las ocurrencias chabacanas y trasnochadas algo absolutamente infumable… que lo único que demuestra es la mala calaña del autor.

Me niego a considerar que esta gente sean mis paisanos, con los que, teóricamente, tendría que compartir, de buen grado, pan y manteles… e incluso urnas electorales. ¿Qué pueden pensar, por ejemplo, los padres de los alumnos de una desconocida profesora cántabra, de Colindres, que publica en twitter que ‘hay cadáveres que enternecen y cadáveres que dan asco…. Yo, como los parlamentarios de Podemos, también hubiese salido a vomitar’.

Lo dicho: gentuza. Que a ver cómo se les reeduca, porque no hay derecho tener que soportar tamaño paisanaje.

jueves, 17 de noviembre de 2016

Números...

C on el Levítico y el Deuteronomio, conforman los tres últimos libros bíblicos del ‘Pentateuco’. Por cierto, un apunte cultureta, Deuteronomio viene de déu-te-ros (segundo) y nó-mos (ley) o sea "segunda ley" o "repeticion de la ley". Pero hoy no vengo a hablar de la Biblia, sino de aritmética. Y de aritmética político-económica: de las pensiones.

Ahora está de moda eso de las pensiones, porque está prácticamente agotado el Fondo de Pensiones y corren negros nubarrones si se piensa en la viabilidad futura de las mismas.

Primeros números inquietantes: en 1965, la esperanza de vida en España no llegaba a los 71 años. Ello quiere decir que, de media, un jubilado cobraba su pensión durante unos 6 años. En estos momentos esta esperanza de vida debe rondar los 84 años, lo cual quiere decir que se te tiene que pagar la pensión durante una media de 19 años. Y , por otro lado, la ‘vida media’ de las cotizaciones no cabe duda de que está disminuyendo: hace 40-50 años era habitual empezar a trabajar (y a cotizar) antes de los 25 años, y así se seguía hasta los 65. Hoy, mucha gente empieza a cotizar pasados sus 30 años, y su periodo laboral, además, puede sufrir ‘lagunas’.

Más números: en España hay, en estos momentos, unos 9 millones de pensionistas. La ratio ‘número de cotizantes/número de pensionistas’ es, en 2015-2016, del orden de 2. Se dice que la ratio ‘razonable’ sería de 3 (1 pensionista por cada 3 cotizantes). Y se prevé que el número de pensionistas (que en 1990 eran de unos 6 millones, y 25 años más tarde ya he dicho que son 9 millones) en 2040 ronden los 15 millones.

En consecuencia… ¿cómo se van sustentar las pensiones de 15 millones de españoles? ¿Con 30-40 millones de cotizantes… cuando en estos momentos solo hay 18 millones y, lo que es peor, la tasa de natalidad es, actualmente, en España, de 1,2 hijos por mujer, cuando para tener una población sostenible se calcula que tiene que ser de 2,1 hijos/mujer… y nuestra población actual total es de 45,5 millones? ¿Dando trabajo a los actuales 5 millones de parados… y a 15 millones de nuevos emigrantes-cotizantes más…?

En resumen, el sistema actual, ‘de reparto’ (las cotizaciones de cada momento sirven para pagar a los pensionistas ‘de ese momento’) se irá a freir puñetas. ¿Y cómo pagar, entonces, a los pensionistas? Pues yo lo tengo claro: no con el ‘fondo de cotizaciones’, que no dará, sino con una partida más de los presupuestos del estado. Y que se dejen de historias, así es como viven, por ejemplo, los partidos políticos, los sindicatos, etc, etc.… porque no les da con las meras cotizaciones de sus afiliados.

Pero en el fondo de la cuestión está el de ‘de donde va a sacar el dinero el Estado’. Como opinión personal, yo lo tengo claro: prioritariamente, de adelgazar otras partidas de gastos. De quitar todo lo superfluo, o exagerado. Que la percepción general de los ciudadanos de a pie es que en el Estado (y las Autonomías) hay 'poco músculo, y bastante grasa'. Baste, como ejemplo, lo decía hace tiempo, cuando hablaba, en una entrada del Blog, del ‘chocolate del loro

Pero me temo que, prioritariamente, decidirán que sea de bajar las pensiones y subir las cotizaciones, y los impuestos.

Leí el otro día que lo más justo sería poner una tasa suplementaria al IVA. La razón era, cuando menos, brillante. Con esto se grava el consumo y si tienes más poder adquisitivo, consumes mas… y debes aportar más. Ya comenté también, en otra ocasión lo del ‘IVA de lujo’. Vamos que graven con un 30% los langostinos de Sanlúcar, los percebes del Roncudo o los Audis y los Mercedes, y un extenso etcétera de artículos de lujo, me parecería bien. Y como razón muy sesuda para aplicarlo al IVA: si aumentas las cotizaciones de la mano de obra, estos ingresos extras solo los soportan los productos fabricados en España. Pero si gravas el IVA… lo soportan todos los productos, hechos en España, o no.

En resumen, que se aproxima algún cambio radical. Claro que en el medio-largo plazo… y a saber si la Madre Gaia, que es tan sabia, y visto cómo está 'el mundo mundial', no genera algún mecanismo de autoregulación, léase guerra, epidemia… o fin de la especie.

Pero, de momento, a ver qué plantean los políticos de turno. Por cierto, tengo pocas esperanzas de que piensen en (y para) la clase media, hace un par de días oí a uno quejarse (incluso indignado) de que ‘los sueldos de los diputados españoles son de los más bajos de Europa...’. Coño, y los salarios, y las jubilaciones, etc, etc, también. Y eso que lo tendrían muy sencillo: ¿Quereis ganar más? Pues a ver... ¿Por qué 350 diputados y 250 senadores? Con tener, por ejemplo, 200 y 100, más que suficiente. En los EE.UU solo hay dos senadores ‘nacionales’ por estado, y les son suficientes. Y mira, con el ahorro, que les suban algo el sueldo... si lo mereciesen. Pero ojo, que el ‘gap’ con los mileuristas de a pie no se desmadre, claro.

Así que veremos los números (o el numerito) que nos presentan los políticos a partir de hoy, que comienza, oficialmente, la XII Legislatura.

viernes, 11 de noviembre de 2016

¡Ya 'siento' tres...!

Pues eso, que con esta entrada llego a la número 103 de este Blog personal, hecho con la humildad de considerarlo solo ‘para mi propio consumo interno’. Pero eso no es óbice para decir, como nuestro anterior Rey, que ‘me llena de orgullo y satisfación’ haber llegado hasta aquí y sentirme ‘muy macho’ porque… ¡Ya ‘siento’ tres…!

miércoles, 9 de noviembre de 2016

Lo intuí...

Hace unos pocos días, zapeando en la tele, me topé con una de las pelis de la serie ‘Torrente, el brazo tonto de la Ley’ y me quedé con una frase del sin par protagonista, que se me antojó una premonición: decía que los americanos 'eran más bien rarillos, ahora tenían un presidente negro… y solo les faltaba que el siguiente fuese una mujer.

viernes, 4 de noviembre de 2016

La prueba del algodón

Hoy me apetece hablar de algunas de mis utopias. En cristiano, me apetece ‘sacar la lengua a pacer’, que es un ejercicio muy sano para el desarrollo de la imaginación, para mi uno de los más importantes catalizadores (y catalizadoras, que dirían los progretas) del intelecto y, por tanto, de la vida misma.
Y me voy a referir al uso de la racionalidad, o la tecnología, para solventar algunas situaciones globales que llenan de confusión y que, muy habitualmente, no permiten tomar decisiones ‘lógicas’.