Pues eso, que con esta entrada llego a la número 103 de este Blog personal, hecho con la humildad de considerarlo solo ‘para mi propio consumo interno’. Pero eso no es óbice para decir, como nuestro anterior Rey, que ‘me llena de orgullo y satisfación’ haber llegado hasta aquí y sentirme ‘muy macho’ porque… ¡Ya ‘siento’ tres…!
¿Y ahora qué…? Bueno, pues ahora a seguir escribiendo ‘a mi aire’, sin mayores compromisos que los que me pida el cuerpo, como si esto (como decía el otro día) fuese una especie de cuaderno de Bitácora, o de recordatorio de ideas que se me van ocurriendo… y que, quizás por deformación profesional, o posiblemente por ser algo ‘cuadriculado’, o por tocarle las narices a ese psiquiatra alemán tan famoso, que nos tiene fritos (¿Cómo era, hombre...? ¡Ah, si, Alois Alzheimer, o algo así…!), me apetece dejarlas por escrito.
Y, como uno de mis fallos memorísticos (aparte de la gracia que hay que tener para contarlos) son los chistes, toca recordar uno que me contó el otro día un buen amigo, en nuestro ‘local social’ (o sea, la cafetería de debajo de casa):
Esto es un chaval que entra en Media markt…
Buenas, mire, el otro día conocí a una chica y querría regalarle una buena máquina fotográfica, ya sabe, digital, de por lo menos 12 megapixeles, con un buen zoom óptico, memoria SD…
Entendido señor y… ¿con qué objetivo?
¿Objetivo…? Coño… pues follármela, claro.
Bueno, pues aquí queda mi entrada número 'siento tres'… y solo me toca seguir perseverando en mi objetivo.
(que, por aclararlo, no debería ser otro que el inicialmente prometido, de ser breve, como esta entrada, porque normalmente siempre acabo enrollándome...)
No hay comentarios:
Publicar un comentario