El pobre jesuita argentino Jorge Mario Bergoglio, es decir el papa Francisco, lleva ingresado desde el 14 de febrero (casi un mes) en una clínica romana, el hospital Gemelli, luchando por mantener a raya una grave ‘neumonía bilateral’, desde sus 88 años y, al parecer, desde una vieja neumoplastia parcial… ayudado, eso si, por un copioso equipo médico que le está sosteniendo. Vamos que a mi me recuerda mucho a aquel eterno episodio de la muerte de Franco, y los partes de su ‘equipo médico habitual’. Y es que, claro, hay que ir preparando muy bien las cosas antes de que se muera un prócer…
A pesar de que, dicho por muchas instancias españolas, este Papa es muy poco querido, y al parecer él tampoco tiene la menor simpatía hacia España, al menos a mi, personalmente, no me cae tan mal, sobre todo porque, como buen argentino, es vivaz, e inteligente, y practica un finísimo humor. Creo que, cuando le nombraron Papa (mira, también por estas fechas, el 13 de marzo de 2013), lo primero que dijo a todos los cardenales es que rezasen mucho… "porque no sabían bien lo que les había caído encima"…
El caso es que yo estoy escribiendo ésto desde un continuo ir y venir de agravamientos y mejoras de la salud del Papa… pero aún sigue vivito y coleando. Aunque el desenlace final (cuando sea) está cantado. Lo cual plantea la cuestión que enunciada en el título: ¿Volveremos a oír el famoso ‘Habemus Papam’…?
A ver, es que resulta que (y yo lo recuerdo al menos desde hace 50 años) siempre se ha hablado de que estamos cerca del fin de la Iglesia, de la llegada del antiCristo, y en la antesala del fin de los tiempos, del Juicio Final, etc, etc.
Hombre, si empezamos por lo del antiCristo… pues no hay pocos candidatos… Ya se hablaba, en su día, de Hitler pero, ahora mismo, hay quien cree que el antiCristo ya está aquí, que puede ser desde el propio papa Francisco hasta Putin, o Bill Gates, o Elon Musk, o, en plan más conceptual, la ideología de género, o la falta de valores, o la Inteligencia Artificial, o los grandes capitalistas que mueven el mundo, o el propio Donald Trump…
Y en cuanto a lo de la profecía de que grandes desastres naturales antecederán al fin del mundo… ¿No será lo del famoso ‘cambio climático’…?
También se ha oído hablar desde siempre de las Profecías de San Malaquías (Malaquías de Armagh (1094-1148), que publicó en Venecia (en 1595 y dedicó al rey español Felipe II) el historiador y monje benedictino belga Arnold Wion, cuya lista de 113 papas acaba precisamente en Francisco, aunque con el lema ‘Pedro el Romano’ que algunos interpretan como que es un papa de fuera, pero romano ( o sea, de apellido italiano, como Bergoglio). Es lo malo de estas profecías: que se basan en la subjetividad de la interpretación de los lemas. Aunque lo del número, que quedaban 113 papas… es muy claro.
Y también está muy extendida la profecía de que el último papa será un papa negro. Claro, Bergoglio no lo es… pero podemos volver a las interpretaciones: ¿Cómo se denomina, desde tiempo inmemorial, a la mayor autoridad de los jesuitas… ? Pues precisamente… ‘el papa negro’. Lo que pasa es que (al menos yo) nunca he podido encontrar el origen (‘la fuente’) de esta profecía que, por su antigüedad, estoy por calificar como una de las primeras ‘leyendas urbanas’.
Y luego están las Profecías de Nostradamus (Michel de Nôtre-Dame, 1503-1566) que yo las conocí porque se publicaron y pusieron de moda algunos libros sobre ellas en los años 70 (del siglo pasado, claro). O sea, lo dicho, hace 50 años…
Aquí sucede una cuestión curiosa, que al 'famoso' Nostradamus se le atribuye todo, y yo he leído miles de interpretaciones de sus famosas Centurias (de 100 cuartetas) donde solo falta decir que hasta profetizó quien iba a quedar campeón de la Champions en 2025. Lo que si es cierto, y yo lo he comprobado, es que las famosas ‘Prophéties’ (las Centurias) las encuentras y las puedes descargar fácilmente, en PDF, con el Google… y que a ver quien es el guapo que se aclara y puede interpretar algo…
Así que, verdaderamente, la base científica de todas estas profecías y leyendas sobre el fin de la Iglesia, y del mundo, es muy poco, o nada, sostenible, y quizás haya que enmarcarlas en el ‘síndrome del milenarismo’ que nos va persiguiendo a lo largo de todos los tiempos. Aunque, hay que decirlo, también habría que acordarse de eso que se dice de las meigas: que claro que no existen, pero que haber… haylas.
Y es que, verdaderamente, los tiempos actuales son tan… cambiantes que parece que se va a borrar de un golpe toda la historia, y reconstruirla de nuevo. Y eso significa derribar todos los mitos. La Iglesia, incluso la religión cristiana (tal como ha llegado hasta nosotros) puede ser, perfectamente, uno de ellos. Porque ahora hasta se está ‘reconstruyendo’ la figura, y vida, de Jesús.
En todo caso, lo que, ciertamente, está claro es que el pensamiento humano (al menos el de nuestra ‘civilización occidental’) está cambiando enormemente y los ‘valores’ y ‘principios’ actuales son muy distintos a los que, sin ir más lejos, sirvieron para educarnos. ¿Otro antiCristo…? ¿O estaremos, simplemente, ante otra ‘caída del Imperio Romano’… que es lo que, periódicamente, sucede en las civilizaciones de la Humanidad?
¿O estamos, como varias veces he descrito, en el Blog, en el inicio del PostHumanismo… y a la vuelta a nuestra condición de entes mentales (o ángeles, o energía cósmica… o seres experienciales, que se dice en el ‘Libro de Urantia’… o lo que sea...?
Pero bueno, esto ya es divagar demasiado. Así que vuelvo a la inocente pregunta inicial: cuando palme Francisco… ¿’Habremus’ un nuevo Papam…?
Y supongo que la solución… en breve.
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