La sidra asturiana. Porque acaba de reconocerse oficialmente que a partir del 4 de diciembre de 2024, la ‘Cultura Sidrera Asturiana’ es Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad. O sea, es nuestro legado al mundo. A ver, que yo no soy muy de sidra, aunque, por supuesto, como buen asturiano, ‘préstame’ de vez en cuando tomar un refrescante culín… aunque ‘tomau a palu secu’ me pueda producir luego ardor de estómago (o
sea, en ‘mediqués’, pirosis). Pero, como vi en directo el acto de la concesión, desde Paraguay, y los primeros discursos y reacciones, la verdad es que, como asturiano, me emocioné… y aquí quiero expresarlo.
Entresaco, del bonito discurso de la ‘ministrina’ de Cultura del Gobierno de Asturias ante el Comité Intergubernamental de la Unesco, tras escuchar el golpe de mazo con que se ratificó la resolución, que la sidra es, en primer lugar, una bebida socializadora, que nunca se bebe en soledad y que compartir el vaso es una clara muestra de confianza y hermanamiento.
Y también que, en nuestra cultura, es el hilo conductor de muchos actos sociales, como son las espichas, los amagüestos, las romerías, las reuniones en los ‘chigres’, etc. Y qué decir de su participación en la gastronomía, y en el mantenimiento de música y cánticos tradicionales. Incluso de su influencia, tomando unos ‘culinos’, en el desarrollo del lenguaje asturiano (yo aquí añadiría… ‘coloquial’, para que no se me vengan arriba los ‘asturianistas’)
Porque si que es cierto que, en nuestra tierra, sin duda nos apropiamos, para uso coloquial, de muchas palabras de la cultura de la sidra. Por poner algunos ejemplos, y aparte del tradicional ‘culín’, usamos, a menudo, y con naturalidad, términos sidreros como espicha, chigre, chiscar, pañar, duernu, escanciar, magaya, maniega, corchar, puxarra, espicha, llagar... y restañu, pumarada, palu, tastiar, espalmar…
Bueno, y qué decir de las ‘frases hechas’, algunas con verdadera gracia, como lo de… ta pistonudo, ta pa corchar, méxase bien, ta pa da-i, tien cuerpu, ta cantarina, tien bon palu, fai bon vasu, espalma bien, nun fervió, ye de volador, ye puxarra, ye de piescu, ye de bandera...
Pero bueno, vuelvo al evento. Una cosa que me gustó mucho es que esta candidatura, la de la cultura de la sidra asturiana, y sus peculiaridades (incluido, como determinante específico, el acto del obligatorio escanciado) fue apoyada, es la Unesco, por todas las regiones españolas, lo cual dice mucho de lo bien que caemos a todo el mundo (porque por aquello de que ‘Asturias es España y lo demás, tierra conquistada’… me parece que no…) y que, aunque Asturias no salga en el Telediario (y, muchas veces, ni en los partes meteorológicos) se nos quiere en el resto de España.
Y, dicho todo esto… ¿Ahora qué queda? (o ¿Ahora qué va a pasar…?). Hombre, yo espero que se aproveche la alta distinción (ahí es nada, Patrimonio (Cultural) de la Humanidad…) para ‘visibilizarnos’. Vamos, que esto de la sidra asturiana no quede en una ‘muestra del tipismo de un Paraiso Natural’… y en que la botella de sidra suba dos euros… que esto seguro que no nos lo quita nadie, aunque solo sea por lo de la DOP (Denominación de Origen Protegida).
De momento, espero que sirva para marcar terreno con la sidra vasca (y sus famosas ‘sagardotegis’, que, claro, al amparo de unos buenos ‘txuletones’ y otras no menos buenas ‘tortillas de bacalao’, nos están mermando fama y mercado…)
Así que queda esperar acontecimientos. Y yo diría que tendríamos que estar expectantes por ver como se desarrolla el concepto en los próximos meses. Y que, desde luego, urge (ya…) lanzar una gran campaña publicitaria institucional.
Y me quedo también con algo que creo importante, y que hay que darle valor: que así como los indios sioux tenían, en la ‘pipa de la paz’ su sólido pilar para el hermanamiento, la amistad, la paz y la concordia, los asturianos tengamos, en el ‘culín, o culete’, de sidra, nuestro conducto para unir a las personas con lazos entrañables. Y sin necesidad de hacer el indio.
Ah, y por cierto: claro que somos mundiales, y hay que aprovecharlo: si con los yanquis tenemos ese nexo de unión entre la pipa y el culete (coño, que imagen más turbadora…) con los rusos tenemos el hecho de que nuestras bebidas nacionales, la vodka y la sidra, son las únicas bebidas cuya unidad de consumo es ‘la botella’. Porque lo de la cerveza solo es ‘el botellín’. Y, por acabar de rematarlo, hasta con los chinos podríamos tener de común… el Chi Grin.
Así que lo dicho (y sin que sirva de precedente….) ¡Puxa Asturies…!
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