En este mundo en que vivimos… que es un mundo en el que siempre vivimos condicionados por cuestiones (normas, leyes, protocolos…) que crean, y nos obligan a cumplir, otros, hay una cuestión que cada vez tengo más clara: que ‘la gente que manda’ tiende a construir su mandato basándose en lo que ‘ella cree’ que deben de ser las cosas… y no en base a ‘cómo, en realidad, son’. En una palabra, ejerciendo de ‘teóricos’ de la
realidad, en vez de en respetuosos observadores de la propia realidad práctica de las cosas.
Podría poner infinidad de ejemplos, pero voy a citar unos muy típicos, como son los clásicos eminentes, sabios (y teóricos) catedráticos de universidad, o como son los -no menos ‘sabios’, y también clásicos- políticos, sean eminentes, o sean de tercera categoría. O, sin ir más lejos, referirme a uno mismo, que siempre se ha dicho que una cosa es cómo te percibes tu a ti mismo… y otra, cómo te perciben (a ti) los demás, que a menudo te llevas grandes sorpresas. Porque, en el fondo de la cuestión, estamos en lo de siempre: que una cosa es la teoría… y otra, muy distinta, la práctica.
Y tras este este preámbulo, hoy me voy a ocupar de un caso curioso… y que tiene su ‘aquello’: Resulta que una amiga mía, mexicana, lleva un tiempo en España y desea adquirir la nacionalidad española. Pues bien, me comentó que, para eso, tienes que aprobar un examen de ‘cultura nacional’, que parece ser que propone el ‘Instituto Cervantes’ y que se llama… ‘Prueba de Conocimientos Constitucionales y Socioculturales de España (CCSE)'.
Este examen viene a ser algo así como el ‘teórico’ del carnet de conducir, o sea que hay que contestar (en este caso) a 25 preguntas, y solo se admite un máximo de 3 fallos.
Las preguntas, que son ‘tipo test’, dándote 3 posibles respuestas (o un Verdadero/Falso), de las que hay que marcar la elegida como correcta, se agrupan en estos cinco bloques temáticos (o 'Tareas'):
1) Gobierno, Legislación y Participación ciudadana (10, de las 25 de que consta el examen)
2) Derechos y Deberes fundamentales (3)
3) Organización territorial de España. Geografía física y política (2)
4) Cultura e Historia de España (3)
5) La Sociedad española (7)
Pero voy a poner aquí un ejemplo de examen: este…
Podría poner infinidad de ejemplos, pero voy a citar unos muy típicos, como son los clásicos eminentes, sabios (y teóricos) catedráticos de universidad, o como son los -no menos ‘sabios’, y también clásicos- políticos, sean eminentes, o sean de tercera categoría. O, sin ir más lejos, referirme a uno mismo, que siempre se ha dicho que una cosa es cómo te percibes tu a ti mismo… y otra, cómo te perciben (a ti) los demás, que a menudo te llevas grandes sorpresas. Porque, en el fondo de la cuestión, estamos en lo de siempre: que una cosa es la teoría… y otra, muy distinta, la práctica.
Y tras este este preámbulo, hoy me voy a ocupar de un caso curioso… y que tiene su ‘aquello’: Resulta que una amiga mía, mexicana, lleva un tiempo en España y desea adquirir la nacionalidad española. Pues bien, me comentó que, para eso, tienes que aprobar un examen de ‘cultura nacional’, que parece ser que propone el ‘Instituto Cervantes’ y que se llama… ‘Prueba de Conocimientos Constitucionales y Socioculturales de España (CCSE)'.
Este examen viene a ser algo así como el ‘teórico’ del carnet de conducir, o sea que hay que contestar (en este caso) a 25 preguntas, y solo se admite un máximo de 3 fallos.
Las preguntas, que son ‘tipo test’, dándote 3 posibles respuestas (o un Verdadero/Falso), de las que hay que marcar la elegida como correcta, se agrupan en estos cinco bloques temáticos (o 'Tareas'):
1) Gobierno, Legislación y Participación ciudadana (10, de las 25 de que consta el examen)
2) Derechos y Deberes fundamentales (3)
3) Organización territorial de España. Geografía física y política (2)
4) Cultura e Historia de España (3)
5) La Sociedad española (7)
Pues bien, la impresión inicial que tengo es que ya empezamos muy mal, porque, si nos fijamos, en el encabezamiento del examen ‘se ordena’ cómo hay que marcar la respuesta... con lo cual lo primero que me pregunto es si poner un aspa, u otra marca, en la casilla correcta (que puede ser un acto automático, por habitual, del examinando), se va a considerar respuesta acertada, o fallo… cuando, recordemos, con más de tres, te eliminan.
Pero prosigo, yendo a ‘la enjundia’: fijémonos en las preguntas que se hacen... y a ver quien es el guapo que acierta todo. Es más, me baje (con aMule) un Manual publicado en 2023 donde viene ‘la teoría’ (lo que hay que conocer) y 300 preguntas que te pueden plantear. Y hay preguntas fáciles, otras sencillas si aplicas el sentido común (‘el menos común de los sentidos’), pero también hay otras que francamente...
Por cierto, aquí dejo ‘para la posteridad’, por si alguien se lo quiere descargar, ese Manual, con la ‘teoría’ y con esas 300 preguntas que pueden hacerte (y, al final, unas tablas con las respuestas ‘buenas’).
Descargar PDF del Manual CCSE
Ahora vayámonos al fondo de la cuestión: a lo que decía al principio sobre la teoría y la práctica. Porque, si ponemos alguno de estos exámenes a un colectivo de españolitos ‘de los de toda la vida’… ¿Cuantos aprobarían, por tener 3 o menos fallos?
Y llega el corolario: que una cosa es juzgar, y decidir el futuro de una persona, ‘por lo que tu crees que debería saber’ y otra, el ser realista, y pragmático, y juzgar a una persona, en conciencia, de acuerdo con la realidad social y cultural en la que tendría que desenvolverse.
Vamos, que yo aprobaría el examen a todo aquel extranjero que, por lo menos, igualase la nota media que obtuviese un colectivo (tomado como muestra) de ciudadanos españoles ‘de a pie’. O sea, que no tendría razón alguna para exigirles más de lo que, teóricamente, exijo a mis propios compatriotas.
Y, por supuesto, me cuidaría mucho de no hacer preguntas enrevesadas, o 'localistas', y aún menos de hacer preguntas ridículas en la que, verdaderamente, la contestación más adecuada tendría que ser… «Pero a ver, hombre… ¿Y qué más da…?» (por ejemplo, el que España haya presidido 2, 3 o 4 veces el Consejo Europeo… pongo por caso)
Y esto, los que examinan, o los que tienen el poder de decidir, no lo tienen claro, les puede, a veces, su afán de demostrar lo bueno que se deba creer que son… 'poniendo exámenes', cuando lo importante es saber ponerse en el otro lado, con las personas que te toca tener enfrente, para, de esta forma, tratar de juzgarles ‘en justicia’.
La eterna disyuntiva entre lo teórico… y lo pragmático. O sea, entre el ser empático, y comprensivo… o ser un cabroncete con pintas que (suele pasar) se cree el rey del mambo y parece que en lo primero que piensa es, o en su lucimiento… o en el oculto placer de tocar las narices al prójimo, sobre todo cuando se cree que tiene 'la potestad' de poder influir en el futuro de otras personas.
Que me parece a mi que es algo muy... ‘typical spanish’.
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