Se celebraron este último domingo. En esta primavera electorera, después de las autonómicas gallegas, y las vascas, ahora tocaba elegir la composición del Parlamento Catalán. Y, como siempre, ahora me toca jugar a experto sociólogo, o politólogo, y analizar los resultados… al menos para que quede constancia del hecho, que esta vez apenas he seguido la campaña electoral, ya estoy un poco hasta el gorro de tanto politiqueo y, sobre todo, de tanto catalufo separatista, tanto Puigdemont y tanto pito. Así que el cuerpo solo me pide un ligero ‘a vuela pluma’... si soy capaz de no enrollarme...
Por cierto que, como primer punto del análisis, hay que pensar que quien debe de estar también un poco hartito es el propio electorado catalán, ya que la participación no llegó al 58%. O sea que solo le interesa su propia gestión política a poco más de la mitad de
los catalanes. O, dicho de otra forma (y es una pena que el absentismo no cuente como ‘partido virtual’ y se le adjudicasen escaños con voto ‘cero’), el partido MIUP (Me Importa Un Pimiento) hubiese obtenido el 42% de los votos, lo que le daría, prácticamente, la mitad de los escaños que ahora se reparten los demás. Claro que la vez anterior fue peor, solo participó el 51,3%… seguramente debido a que las elecciones de 2021 se celebraron en mitad de la pandemia de la COVID.
Pero empecemos con poner en un cuadro los resultados (de momento, provisionales, falta,
incluso, el voto CERA) habidos, y su comparación con las anteriores autonómicas, las de 2021.
Nota: aunque los resultados se obtienen por provincias, obvio el detalle porque el peso de Barcelona (que aporta 85 diputados, contra unos 15 a 18 de cada una de las otras provincias, es muy superior). Así que, dicho este matiz, vamos a empezar a sacar conclusiones. Por ejemplo…
Los perdedores:
Claramente, ERC (Ezquerra Republicana) y C’s (Ciudadanos). Y por goleada. A Ciudadanos, en las elecciones de 2017, le habían votado cerca
de 750.000 catalanes. Menos goleados, pero también claros perdedores, fueron la coalición COMUNS/Sumar y, sobre todo, los extremistas nacionalistas de la CUP.
Los ganadores:
También, claramente, el Partido Socialista de Cataluña que, al parecer, debió captar casi todo el voto de izquierdas perdido por sus socios (en Madrid) de ERC y CUP. Y, en menor grado, JxCat, el partido de Puigdemont porque, aunque en realidad solo subió ‘un poco’, su subida parece enormemente rentable, ya que le destaca mucho dentro del nacionalismo.
Y el Partido Popular, pero aunque subió mucho, captando (supongo) casi todo el voto de Ciudadanos, y algo más, presumiblemente del PSOE, le queda todavía mucho camino por recorrer, en elecciones anteriores a 2021 la derecha y el centro ‘nacional’ llegó a tener, solo con Ciudadanos, 35 escaños y el PP, en las elecciones de 2012, llegó a 19.
Pero hay una interesante ganancia intangible: la de que, a pesar de la ‘guerra cainita’ del PP con Vox, éstos no han perdido ningún escaño (incluso ha aumentado ligeramente su % de votos) lo que significa que el PP no ha captado votos ‘a su derecha’, sino que los ha captado del centro, y del centro izquierda. Y este es un punto en el que deben pensar, porque es lo que tienen que hacer: respetar la existencia de una ‘derecha-derecha’ y crecer ‘por el otro lado’.
Otro dato: el centro-derecha social (nacional y nacionalista) ha pasado del 36,63 al 41,26% (45,04%, contando con Aliança Catalana) mientras que la izquierda social ha pasado del 57,04 al 51,53%.
Y otra ganancia intangible: que los partidos de corte separatista (Junts per Cat, Ezquerra, la CUP, incluso el ultraderecha nacionalista Aliança Cat.) han perdido peso: del 47,35% de los votos, en 2021 al 42,81%, ahora. O sea, sus votantes se han reducido en casi un 10%, lo cual es significativo.
Y aún habría otra más... pero ésta es impensable: que los votos ‘constitucionalistas’, considerando que el PSOE, que gobierna España, debería ser constitucionalista, suman 68 escaños… y ello les permitiría gobernar con mayoría absoluta en Cataluña. Pero esto ya sería entrar en politica-ficción, claro.
Poniendo los pies en la tierra… digamos que en Cataluña hay que alcanzar una mayoría de 68 escaños para tener un gobierno estable… y hay que pactar. Así que parece ser que estas son las posibilidades...
a) Tripartito de izquierda
Gobierno del PSOE, con sus socios ideológicos naturales ERC y Comuns/Sumar. Pero el problema es que ERC ha visto claro que ser socio del PSOE le ha hundido en Cataluña y, además tienen actualmente tal lío interno (han perdido más de un tercio de sus votantes, que se dice pronto) que ya han anunciado que toman buena nota de su derrota y que van a pasar a la oposición. Y otro problema adicional es 'asumir' lo que haría Puigdemont, si queda ‘en la oposición’.
b) Gobierno PSOE-JxCat
Suman una holgadísima mayoría de 77 escaños pero… ¿Quien detentaría la Presidencia del Govern…? ¿Salvador Illa… o Puigdemont? ¿Podría ser un pacto global para mantener a Pedro Sánchez en Madrid… y a Puigdemont, en Barcelona, sacrificando a Illa? De momento, en el PSOE no quieren hablar de ello.
c) Gobierno Nacionalista
Con la abstención (o apoyo) del PSOE. Un tripartito nacionalista: JxCat, Ezquerra y CUP… con un claro objetivo: contentar a Puigdemont, salvar el culo de Sánchez, tapar los escándalos de Illa, de Begoña Gomez, del hermano de Sánchez, de Armengol, de Koldo... y seguir explotando el 'Catalonya is not Spain' mientras viven, en Madrid, de la mamandurria. Lo malo es que entre nacionalistas se llevan a matar, de hecho en esta legislatura (y en alguna anterior) ya probaron de esta medicina (y acabaron, como ahora, mal, con elecciones anticipadas).
d) Gobierno de Puigdemont
Con la abstención (o disimulado apoyo) del PSOE. El claro y directo pacto entre Sanchez y Puigdemont para alcanzar sus objetivos personales. Y mano de hierro en Madrid y en Barcelona, para defender sus poltronas... caiga quien caiga.
Parece muy probable...
e) El ‘pasa palabra’
Está claro que, de momento, hasta las elecciones europeas de dentro de 4 semanas, nadie va a mover un dedo. Pero ¿Y luego…? A lo mejor resulta que, al quedar todo tan ‘ingobernable’, y con tantas tensiones internas, acuerdan no llegar a ningún
acuerdo e ir a unas nuevas elecciones, dentro de seis meses, en otoño de este año… a ver si, para entonces, cada uno tiene su panorama más claro.
Total, un buen lío. Pero los catalanes son expertos en tejer y destejer pactos, coaliciones y acuerdos puntuales, así que habrá que estar ‘muy atentos a la pantalla’. Aunque la verdad… ¡Qué pereza…!
Y para terminar…algunas otras cuestiones ‘de fondo’. Tras el estacazo de Ezquerra, que le condena al ostracismo (o a la oposición), y teniendo en cuenta que es quien, hoy mismo, está gobernando Cataluña… ¿Como se va a proteger a todos sus fieles seguidores que ha colocado, con magníficos sueldos, en la Generalitat? Porque siempre se ha dicho que un cambio de gobierno arrastra, a la larga, de 8 a 10.000 puestos designados ‘a dedo’.
Y otra: el nacimiento de Aliança Catalana, partido de extrema derecha nacionalista (odian a España), y xenófobos, que surge de que, en Cataluña, que no han querido saber nada de la inmigración de sudamericanos (por el idioma), y han preferido moros, nacen en estos momentos más niños que se llaman Mohamed que niños que se llamen Jordi. Y ya es muy preocupante, en muchos barrios, la delincuencia y las agresiones sexuales por bandas ‘de esta raza’. A ver qué planteamientos tienen...
En resumen que, con todas estas cosas, a lo mejor, en este caso, la sangre si que llega hasta el río…
Así que toca acomodarnos en el asiento, ver lo que va pasando... y ya hablaremos, dentro de 4 semanas, en las Elecciones Europeas...
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