miércoles, 12 de julio de 2023

Voto motivado

La ‘motivación de la sentencia’ es un requisito que exige que ‘se hagan saber a las partes, y se exterioricen, las razones que conducen al fallo de la resolución’. Es decir, que al dictarse una sentencia "se requiere explicar las conclusiones del litigio y su fallo", de manera que una sentencia podría ser revisada (entre otras cosas) por ‘falta de motivación’. Sin embargo, ésto no es exigible en el caso de lo que ‘sentenciemos’ los electores con nuestro voto personal. Y es una pena, porque las decisiones importantes deberían razonarse.
Así que, para que no haya dudas... yo voy a ‘motivar’ el mío.

Y yo, en estas inmediatas elecciones, voy a votar a VOX. Por estos motivos..…
En primer lugar, por solidaridad, porque estoy harto del ‘apartheid’ (incluso acoso agresivo) que sufren los votantes de VOX, que son considerados, por los restantes grupos políticos, y gran parte de la opinión pública ‘mediatizada’, como ‘parias’, por fachas, ultras, franquistas, extremistas, xenófobos, machistas… de manera que casi es deporte nacional (por supuesto para la izquierda… aunque también para algunos del PP) demonizar las siglas… y de paso a sus votantes.

Pero ya en 2019 cerca de 4 millones de españoles de a pie simpatizaron con VOX, que se convirtió en la tercera fuerza política del país… así que menos demonios y más democracia, que es un partido político legalmente constituido, constitucionalista y conservador que defiende, con valentía, sus ideas para mejorar España... y que ya tiene detrás a muchos ciudadanos hartos de la situación general sobrevenida.
Por tanto, queridos progretas... 'menos postureo', que ‘pour l’autre côté’ es clarísimo que se está tragando muchísimo más.

También porque asumo muchas de sus ideas, que considero que son, o simplemente conservadoras, o al menos lo suficientemente razonables para atenderlas y, si es caso, analizarlas y debatirlas.

Me explico: yo me leí, en su día, el manifiesto programático de VOX, y descubrí que coincidía, en muchos puntos, con sus postulados. Por ejemplo, yo también quiero una inmigración reglada, ‘con papeles’. Y poder poner de patitas en la frontera a cualquier emigrante que venga aquí a delinquir.

Y, aceptando que existe violencia en algunos hombres con sus parejas, no es problema ‘de género’, sino de cultura y/o circunstancias, que es lo que hay que mejorar. Y además creo que se debe hablar más de la violencia intrafamiliar, o doméstica, de ámbito genérico, que de la ‘violencia de género’ que demoniza a todos los hombres. Y quiero que agredir a una mujer, o a un negro, tenga el mismo tratamiento que el agredir a un hombre, o a un blanco.

Y creo en los derechos de nascituro, y hasta en los del progenitor, si los alegase, y no en eso de la mujer es la única dueña de su cuerpo.

Y creo que las autonomías son los viejos reinos de Taifas, que el federalismo no conduce a nada bueno (para el Reino de España), y que, además, nos están (económicamente) desangrando. Y que es preciso revisar el concepto, y tratar de unificar, y homogeneizar, a nivel Estado, algunas competencias fundamentales como educación, hacienda y economía, seguridad nacional, exteriores, justicia... Y eliminar muchas duplicidades, y muchos ‘chiringuitos’ autonómicos.

Igualmente creo, como forma de estado, en la monarquía parlamentaria, infinitamente mejor que la República, porque un Rey lo es de todos, y está formado específicamente para ser Jefe de Estado, mientras que un Presidente de República solo es, en general, un político de un partido que, en un momento de su vida, se le ha aupado a ese cargo.

Y creo, en el plano moral, en la libertad de culto… y en el exquisito respeto a los usos y costumbres de los cultos ‘arraigados’. Y en la familia, como núcleo fundamental de convivencia. Y en el derecho de los padres a tener un control expreso sobre la educación externa que reciban sus hijos. Y, por supuesto, en la libertad de elección de Centro de enseñanza.

Y odio, evidentemente, las imposiciones lingüísticas.

Y no creo en la supremacía (o ventajismo ideológico, o especial reconocimiento) de los colectivos LGTBI (y más...), ni en los de las feministas extremas, sino en que, valorando las naturales diferencias, todos debemos ser iguales en derechos y obligaciones. Ni creo en los lobbies europeos (o ‘de Bruselas’) que condicionen nuestro desarrollo nacional. Ni en las ‘agendas globalizadoras’. Al menos, ‘como dogmas de fe’ sobre los que no queda más que pasar por el aro.

Defiendo, sin ningún complejo, la plena homologación democrática de las ideas ‘de derechas’ (es decir, 'conservadoras'). Y niego rotundamente el supremacismo de la izquierda, a muchos de cuyos partidarios les puedo tachar de extremos, y hasta de fascistas de izquierdas, en el sentido de que no admiten otras idas que las suyas. Tengo claro que Franco, y sus desmanes, y los desmanes de la izquierda durante la República y durante la guerra civil, son agua pasada que hay que dejarlos para la historia… y no para la memoria.

Y como el Partido Popular me sigue pareciendo muy ‘tibio’ y poco claro, sigue siendo ‘maricomplejines’ y parece que se avergüenza de los postulados ‘de derechas’, mientras que sus dirigentes practican el postureo de demonizar a los ‘más conservadores’ (¿Para no perder escaños…?) como no hay partidos que acojan y defiendan a los ‘liberales de amplio espectro’, ni un partido social-demócrata ‘no republicano’, y a partir de ahí la izquierda está muy radicalizada y muy excluyente… mi voto irá a VOX.

E irá ahora, pero dejando clara una cosa: que irá siempre que no jueguen (o deriven) a ser sólo... ‘jóvenes salvapatrias’, que al menos yo soy un ciudadano libre de elegir, en cada momento, la opción que me parezca más adecuada (de hecho, en las recientes autonómicas de Asturias yo voté a Foro Asturias).

Y ahora creo que VOX es una buena opción para equilibrar un abanico político 'teórico' en que haya (y se respeten) opciones 'de derechas', del conglomerado de  democristianos, centristas y liberales, de socialdemócratas, y de españoles 'de izquierdas'. Y, vale, luego podría haber, marginalmente, extremas derechas (como lo fue Fuerza Nueva, o los Guerrilleros de Cristo Rey) y extremas izquierdas, que serían los comunistas radicales y los podemitas y antisistema.

Y, aún más marginalmente (y si hay que cambiar la Ley Electoral, se cambia) se posicionarían los regionalistas y los separatistas ‘de boquilla’ (porque, si fuesen ‘de verdad’, obviando los principios constitucionales… pintaban 'aún mucho menos' en las Cortes 'de la Nación’).

Así que este será mi voto… y estas, las razones motivadas de mi decisión. En el fondo, es claro: quiero que gobierne el PP, en vez de Sánchez... pero que, en cuestiones de principios racionales conservadores, patrióticos e incluso morales... lo haga con los machos bien atados... por VOX.
O sea... sin complejos.

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