miércoles, 5 de julio de 2023

Empirismo y racionalismo

El empirismo es, definiéndolo con sencillez, ‘el método o procedimiento que está basado en la experiencia y en la observación de los hechos’. La corriente de pensamiento contraria es el racionalismo, esto es, el usar el pensamiento, la razón, como procedimiento científico para llegar a un ‘conocimiento’. Pero hete aquí que, en nuestras acciones políticas (las de nuestros políticos, vamos), parece ser que muchas veces se olvidan estas dos clásicas corriente filosóficas o científicas, la pragmática y la teórica, para llegar a la toma de buenas decisiones… porque eligen a menudo la ocurrencia personal, el sectarismo… o sencillamente, la vía del burrismo intelectual.

Veamos un perfecto caso de empirismo (mal aplicado): el tema de la violencia de género, y el Ministerio de Igualdad y su equipo de ‘feministas radicales’. Donde hay dos hechos ciertos, ‘empíricamente demostrables’:
a) Que, solo de presupuestos directos, el Ministerio de Igualdad se ha gastado más de 500 millones de euros en esta legislatura (que serán muchos más, si añadimos las subvenciones a colectivos afines, etc)
b) Que en absoluto ha descendido el número de agresiones o asesinatos imputables a la ‘violencia machista’… cuyo objetivo de erradicación es el ‘leit motiv’ político de ese Ministerio.

Con lo cual, empíricamente, debemos llegar a la conclusión de que eso de las ‘ideologías de género’ (o eso de dejar caudales públicos en manos de feministas radicales y sectarias...) no conduce a nada. Así que a ver si cambiemos ‘el chip’.

Y calla, que con esto del empirismo (aunque lo malo es que los resultados se ven ‘a hechos consumados’) a ver qué va a pasar con los (tan de moda) mantras (teóricos) del ‘cambio climático’, ‘huella de carbono’, ‘energías renovables’, ‘crecimientos sostenibles’, ‘coches eléctricos’, ‘agenda 2030’, etc, etc.

Pero sigamos filosofando: esta antesala de las elecciones generales que es la formación de los gobiernos municipales y autonómicos, donde a veces se decide si gobierna la derecha o la izquierda, es un buen campo para la práctica del racionalismo. Y es que está cantado por todas las encuestas (y yo lo he venido diciendo desde hace tiempo) que el PP va a necesitar los votos de VOX, para poder gobernar. Y, de hecho, la mayoría de los votantes del PP ven mucho mejor un pacto PP-VOX que un pacto PP-PSOE.

Pues razonemos: para prosperar gobiernos ‘de la derecha’ (del PP) en un ámbito, o entorno determinado, se pueden dar tres casos:
  1. Que el PP obtenga, en ese ámbito, mayoría absoluta
  2. Que el PP, sin alcanzar la mayoría, obtenga más votos que toda la izquierda, con lo que le bastaría la abstención de VOX.
  3. Que el PP necesite los votos de VOX para poder alcanzar una mayoría de gobierno, porque, si no, gobernaría el PSOE.
Sigamos razonando: es claro que, en la primera hipótesis, se puede gobernar prescindiendo, incluso ignorando, a VOX y a sus votantes. Es el caso, por ejemplo, de la Comunidad de Madrid. Y que, en la tercera, al ser absolutamente necesarios, habrá que sentarse, y pactar un acuerdo. Esto es, por ejemplo, lo que se acaba de hacer en la Comunidad Valenciana, y se tradujo en un documento programático conjunto, que por lo rápido y aseado, aplaude todo el mundo. E incluso podría pensarse hasta que lo justo sería el establecer un ‘proporcionado gobierno de coalición’.

Pero, si razonamos, el caso 2) está claro que no es el 3)… pero tampoco es el 1). Y si se necesita algo (y ‘algo’ es la abstención, para poder tener una mayoría relativa)… ‘algo’ habrá que negociar, esto es ceder un poquito cada uno, y llegar a un acuerdo, y ganar las votaciones. Y no prescindir, ignorar… y que me ayuden, absteniéndose, ‘by my face’ o, por contra, pedir ‘el oro y el moro’ por una abstención... cuando solo medie un pequeño porcentaje de votos. Porque se podría correr el riesgo de tener que repetir las elecciones… y a ver qué pasa.

En fin, que en este ‘ensayo general’, es de cajón que, para evitar que se erosione el voto futuro, hay que llegar lo antes posible a conclusiones ‘racionales’ en las relaciones PP-VOX, huir del famoso ‘cainismo’ (o los postureos ‘de moda’) y llegar a unos resultados ‘empíricos’ positivos, que hay muy diversos ámbitos (Extremadura, Baleares, Murcia, Aragón...) a dilucidar que necesitan una resolución positiva. Aunque debo decir (en realidad este ‘artículo’ lo inicié hace tiempo) que menos mal que parece que se va consiguiendo… aunque ‘dejándose pelos en la gatera’.

Y será el empirismo (la realidad de los hechos) quien nos diga, finalmente, si se ha razonado con exactitud… y oportunidad.

Así que viva el razonamiento, que nos permite anticipar teorías, pero, también, viva el empirismo, porque es evidente que ‘son los hechos los que te dan la razón’. Aunque, en extremo, una vez que sucedan, si el resultado es negativo… solo quedaría hacer el firme propósito de aprender la lección para evitar que se produzcan a futuro.

Y lo malo es que a veces ese futuro se ve tan lejano, o difícil de recrear, o es tal la ‘voladura de puentes’... que desanima. De ahí la importancia de, en lo posible, poder llegar a prever certeramente ese mal resultado... y tomar cuanto antes el camino oportuno para corregirlo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario