viernes, 9 de junio de 2023

Maquiavelo...

Niccolò di Bernardo dei Machiavelli (Florencia, 1469-1527) es considerado el padre de la Ciencia Politica moderna y su libro ‘El Príncipe’ el mejor tratado sobre las artes de alta política, pergeñado en el ámbito de la gran escuela de astucia, doblez y perfidia de los tiempos de las poderosas ciudades-estado del Renacimiento italiano, como la influyente Florencia, donde intrigaban ‘ferozmente’ los Borgias (en español, la muy aragonesa Casa de los Borja), los Médici, los Sforza, los Farnesio, los Orsini, los Pazzi, los Bardi, los Peruzzi… junto con Savonarola, los papas Alejandro VI y Julio II, etc, etc. (Vamos, que solo faltarían los ‘Tattaglia’ y los ‘Corleone’...)

Incluso siempre oí la teoría de que Nicolás Maquiavelo se inspiró, para escribir El Príncipe, en la figura de nuestro ‘católico’ Fernando II de Aragón (1452-1516), también afamado ‘politicón’ de aquella época.

Y, hablando de Maquiavelo, yo ya se, si viviese en nuestra época, en quien se iba a inspirar… Porque nuestro ‘nada católico’ Pedro Sánchez Pérez-Castejón acaba de sacarse un conejo de su chistera, con un golpe de mano, una jugarreta… que ni Maquiavelo, en todo su esplendor, podría imaginar.

Y es que, a las pocas (menos de 12) horas de cerrarse el escrutinio de las elecciones municipales y autonómicas, donde cosechó, como dije, una derrota ‘efectiva’ sin paliativos… disuelve las Cortes y anticipa las Elecciones Generales de diciembre… al 23 de julio. En pleno verano, en la canícula, con media España de vacaciones… y con ‘do cohone’.

O, mejor dicho… con mucha mala leche y mucho interés espurio. Vamos, que España le importa un pimiento, solo piensa en si mismo, y en su ego personal. Porque, a pesar de que ¡Solo dos o tres días antes!) nuestro Pedro I El Mentiroso juraba que las generales serían en diciembre, tras su paso por la Presidencia (rotativa) de la Unión Europea… ahora nos sale con este brusco viraje que ha cogido a todo el mundo… ‘con el culo al aire’.

Pero vamos a ver lo que ha conseguido ‘de un plumazo’… tras la ‘debacle’.
a) Esquiva asumir sus responsabilidades
en el habitual comité de análisis de los resultados electorales, donde se discutirían sus muchos errores, por personalista, que llevaron a la derrota, que ha sido sustituido por un ‘comité de palmeros’, donde lo único que interesaba a los asistentes era ‘aparecer bien colocado’ en las listas electorales que hay que confeccionar… ‘YA’.

b) Impide el desarrollo (durante estos próximos meses, hasta diciembre) de una corriente interna de ‘socialistas de toda la vida’ muy hartos de su sesgos radicales y frentistas, que están deseando apartarle, y volver a un PSOE más ‘centrado’. Socialdemócrata, vamos.

c) Coge 'en pañales' a todos los partidos. Introduce un palo en la rueda de los posibles pactos de gobierno (en muchas ciudades y autonomías) de PP-VOX (enarbolando lo de la ‘ola reaccionaria y franquista que puede venir’) y evita, por el otro lado, que todos sus socios del ‘gobierno frankenstein’ le compliquen, con sus peticiones, el tramo final de su legislatura.

d) Deja en 'stand-bye' los Presupuestos Generales del Estado… que la exigencia de recortes, reducción de la deuda, etc. le iba a amargar (y a crear un fuerte rechazo en la intención de voto) durante el segundo semestre.

e) Se presenta 'limpio', sin sus socios separatistas, terroristas, comunistas, podemitas y antisistema (¡Y sin romper, ‘oficialmente’ con ellos!), que bastante tendrán con preocuparse por poder conseguir ‘sus propios garbanzos’. Pero, a la vez, sin ningún impedimento ‘palpable’ para dar otra ‘larga cambiada’ a su electorado y reeditar, si es el caso, los actuales pactos.

f) Se presenta como patriota y como gran estadista, enarbolando la bandera de España en la Unión Europea, que nos toca presidirla precisamente, durante el segundo semestre de 2023.

g) Se asegura el tener 'secuestrado' todo el flujo de la información durante toda la campaña y precampaña electoral, con Cumbres, Visitas, Comités, Reuniones... con todos los Presidentes de la Comunidad Europea… y alguno más, que este no se va a cortar nada.

h) Y, sobre todo, abre, el 23 J, un nuevo melón para que los españoles lo disfrutemos durante otra legislatura… pero cuya ‘calidad’ no se va a saber hasta entonces… y ya sería ‘irreversible’.

Porque veamos esto último… que es, definitivamente, muy maquiavélico: unas elecciones generales el 23 de julio, en pleno verano, en una España donde, tradicionalmente, gran parte de la gente coge vacaciones entre el 15 de julio y el 15 de agosto, significa, en primer lugar, que muchos no van a estar en la localidad donde les toca votar. Para más INRI, el 25 (Santiago, Patrón de España) es festivo en varias Comunidades y, por tanto, las elecciones se celebrarán en medio de un muy bonito ‘puente’.

Así que solo quedan cuatro opciones: o sacrificarte y quedar en casa… o viajar y no votar… o votar por correo… o, el 22 de julio, pagarte el viaje desde tu lugar de vacaciones a la ciudad donde estés censado, votar el 23 y volver de nuevo a tu destino vacacional.

Así que ¿Cual será, definitivamente, la participación?
Y, sobre todo… ¿Habrá algún sesgo en el colectivo que ejerza su derecho al voto?
Y es que, por poner un simple ejemplo, si hay una región ‘anti-Sanchista’, ésta es Madrid. Y… ¿Quienes quedarán, en Madrid, durante la canícula…?

Porque vamos a la alternativa ‘natural’, el voto por correo: con los escándalos de compra de votos por correo que acaban de surgir en las recientes elecciones, con la cierta complejidad de su gestión (para la cultura media española), y lo difícil que va a resultar la entrega de papeletas ‘en el domicilio que indique el solicitante’ cuando no se sabe la fecha en que lo hará Correos (de hecho, ya hay colas para pedirlo… pero todavía ni se han presentado las candidaturas, ni confeccionado las listas… ¿Es fiable?

Y hago un toque de atención más: digamos que yo entrego mi sobre en Correos, cuando quiera, y hasta cuatro días antes de las elecciones… y ellos se encargan de entregarlo, el día previsto, en la Mesa Electoral correspondiente). Vale. Pero quien y cómo se me garantiza la ‘exacta custodia’ de lo que yo he entregado… si va a pasar entre 4 y 30 días en unas dependencias cuya seguridad/fiabilidad desconozco?.

Por cierto, dos inquietantes puntos finales: está por ver qué pasa con la logística si hay un masivo flujo de votantes por correo. Se dice que Correos no va a dar abasto. Y también desconocemos qué puede pasar en los colegios electorales, constituidos en locales públicos seguramente no dotados de aire acondicionado, si estamos a 40 grados, o más.

Y sobre todo, desconocemos qué puede pasar en estas próximas ‘atípicas’ elecciones generales. Porque si todas estas (u otras) torticeras maniobras del autor de un libro titulado ‘Manual de Resistencia’ pueden conducir a que alcance su objetivo… y logra conservar el gobierno reavivando, otra vez, los pactos con sus actuales socios (o con el diablo)… ‘que dios nos coja confesaos’

Así que… ¿Qué sorpresa nos depararán estas inmediatas nuevas elecciones? ¿Estaremos ante un ave fénix que puede resurgir (sea como sea) de sus cenizas…? O… ¿El pueblo español lo echará, con sus votos… o incluso los ‘viejos’ socialistas conspirarán ‘contrareloj’ para llegar, en los ‘idus de julio’… a poder ‘pasaportarlo’.

Todo es posible… y lo veremos a la vuelta de la esquina. Lo que pasa es que una vez cruzado ese umbral, como se dice La Divina Comedia (ya que estoy a este palo)… ‘Lasciate ogni speranza o voi che entrate.‘

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