La verdad, no puedo dejar de sonreír, y con toda la sorna del mundo, cuando oigo hablar de las tragedias que se avecinan porque los pantanos están… ‘Qué horror, solo al 18%…¡que es el valor más bajo desde 1965…!’.
Porque a ver, capullos, lo que estáis diciendo es que en 1965 hubo una mayor sequía… pero no pasó nada, y aquí seguimos. Y, por cierto, el año pasado (o el anterior) los pantanos estaban más altos y nadie se acuerda ahora de ello. Así que...¿No será que nos seguiremos recuperando, como siempre pasa, de las ‘pertinaces sequías...’ ?
Y, para mas INRI, 'sensu contrario', si sale la noticia de que en Grecia, o en Italia, ha habido lluvias torrenciales, e inundaciones, se dice, a bombo y platillo, que también es culpa del calentamiento global… ¿Qué pasa, que hay una ‘globalidad asimétrica’ y eso de las apocalípticas sequías, o lo de las inundaciones, va por países, aunque sean de latitudes similares?
Para mi, la cuestión es muy simple... y no tiene que dar para más mamandurrias de pitonisos climáticos: son ciclos de la Naturaleza. Y ya ha habido muchos. Así que la palabra exacta debe de ser, en vez de ‘cambio climático’... ‘ciclo climático’.
Por ejemplo, hace unas semanas hubo un gran revuelo mediático, por supuesto catastrofista, porque en Centroeuropa, la bajada de las aguas de sus afamados ríos Elba, Rhin… ha mostrado las llamadas ‘hungersteins’, o ‘piedras del hambre’, que marcaban a donde llegaban las aguas en épocas de grandes sequías, cuando se producían consecuentes carencias y hambrunas… entre los siglos XV y XVIII, según las fechas grabadas en las mismas piedras.
Y la pregunta es… ¿Cual era el uso de gasoil, o de gas natural, o de productos químicos clorofluorados, o el nivel de las emisiones industriales de CO2… ahora anatemizados como responsables del cambio climático, en la época de los Reyes Católicos, el descubrimiento de América y el Sacro Imperio Romano Germánico…?
Yo lo veo claro: hay, por un lado, ‘lobbies’ muy interesados en sacar partido del cambio climático, que nos bombardean con noticias catastrofistas (vamos, como lo del ‘Milenio’, o el calendario de los Mayas) mediatizando la opinión pública… y por otro la Madre Naturaleza, que se mueve cíclicamente o, en extremo, en un sentido que la especie humana no debe (ni puede) cambiar.
Porque se habla poco de ello, pero en los anales de la climatología mundial (o mejor, ‘occidental’) se cuenta que hubo una ‘Pequeña Edad de Hielo’, que duró desde el siglo XIV hasta mediados del XIX… y que fue precedida de un periodo llamado ‘Óptimo Cálido Medieval’, que fue un periodo extremadamente caluroso que duró desde el siglo X hasta el XIV. Por cierto, hay quien adjudica a ese periodo cálido el desarrollo de los wikingos, la colonización de Groenlandia y del norte de Canada, etc.
Así que menos causas interesadas, menos ayatolas tipo ‘la zumbada’ Greta Thumberg (por cierto, últimamente ‘mising’) y más sentido común: adaptémonos a los ciclos de la Naturaleza y, si hay sequías, menos mediatizar al personal con noticias de pantanos semivacíos (y/o ‘piedras del hambre'…) y con predicar ‘lo catastrófico que es el cambio climático’... para, de paso, engordar las cuentas de algún que otro ‘espabiladillo ecologeta’, y de los ideólogos de turno.
Y a ver si pensamos, por contra, y como simple ejemplo, en mejorar los planes hidrológicos, en volver, si es caso a construir algún pantano… o, cuando hay inundaciones, a pensar más en si no se debería frenar la especulación prohibiendo edificar en las rieras de los ríos y en terrenos potencialmente peligrosos. Y en mejorar las predicciones atmosféricas, y sismológicas, y la vulcanología… y no en tratar los cambios de ciclos de la naturaleza como si fuesen los Jinetes del Apocalipsis.
Seamos serios: la contaminación atmosférica, u otras, que las resuelvan los que lo tienen que resolver. Y que se callen los cuatro ‘pringaos’ a quienes lobbies interesados les 'inducen' a comernos el coco. Y, así como siempre se dijo aquello de que ‘el que contamina, paga’, 'el que no tenga agua'… que sea inteligente y previsor, y que se pertreche para pasar el trance.
Y que se encomiende a la Madre Naturaleza o, según sus creencias, a San Isidro o al Dios de la lluvia, que llover… seguro que acabará lloviendo. Por muy pertinaz que sea la sequía.
Vamos, lo mismo que pasó en 'la anterior España': que hubo pertinaces sequías... pero un buen día dejamos de hablar de ello.
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