viernes, 14 de octubre de 2022

Etimologando, que es gerundio

S iempre me encantó la etimología de las palabras. Y, pidiendo perdón por el paupérrimo título dado a la 'entrada', hoy voy a dedicar este artículo a una reflexión etimológica de esas que tienes que acabar diciendo aquello de que ‘e se non è vero, è ben trovato’… solo que ésta es ‘veramente vera’. Vamos, que sus fuentes son el Diccionario de la RAE y el diccionario Etimológico de Corominas.

Pero antes quiero rendir homenaje a un tal Valentín Anders, un desconocido chileno (culto pais...), en cuyo currículo se indica que es de ascendentes rusos y graduado en California (EE.UU) como ‘ingeniero en computación’, que trabajó 35 años para la Hewlett-Packard… y cuyo 'hobbie' es, al parecer, el de ser un apasionado investigador del origen y la etimogía de las palabras, que los de ciencias somos así de raros…

Por esta razón, este chileno lleva más de 20 años recopilando ideas y manteniendo un personal ‘diccionario etimológico online’ que merece la pena tener ‘fichado’ entre los ‘marcadores favoritos’ de tu navegador porque a menudo te encuentras en él cosas muy interesantes… aunque no todas sean expresamente ortodoxas.

Bien, pues ‘dicho...sto’, hoy vamos a hablar del azar… y del azahar. Porque, caramba… siendo cosas tan distintas, resulta que tienen el mismo origen, y una historia común muy curiosa, detrás.

Empezando por el azahar, está claro que es la flor del naranjo (y del limonero). Una flor de tan singular fragancia que los árabes, que fueron quienes trajeron a Hispania estos árboles frutales, la tenían por arquetipo de las flores. Por ello, su nombre proviene del árabe-hispano azzahár, y este de 'zahr', que en árabe es, sencillamente, 'flor'.

O sea que ‘la flor de azahar’ es ‘la flor de la flor’. Como ‘la ciudad de Medina’ es ‘la ciudad de la ciudad’, vamos. O como las albóndigas tendrían que ser pequeñas (como las típicas suecas), ya que su nombre también proviene del árabe, de ‘al bundiqa’, que significa ‘la avellana’.

Prosigo. La otra palabra, ‘azar’ tiene varias acepciones, siendo las más comunes el significado de ‘casualidad, o hecho fortuito’… así como también lo es el de ‘desgracia imprevista’.

Y aquí, la historia. Resulta que los árabes tenían un juego de dados (aunque algunos hablan de su antecesor, el juego de ‘las tabas’ o sea, el hueso astrágalo de las patas de los corderos, y similares) que, para distinguir el lado ‘perdedor’, solían marcarlo dibujando en él una flor: la flor del azahar.

Y este es el nexo: que azar proviene, también, de ‘zahr’, por eso de la flor, del juego de la flor, que luego pasó a los dados, como concepto de lo aleatorio, o fortuito. Y, por extensión, se habla de ‘los juegos de azar’.

Y, el indicar, a través de esa marca de la flor, que habías perdido el envite, parece ser la procedencia del otro significado de desgracia acaecida. no prevista. De ahí la muy conocida frase, pesarosa, de 'ser producto del azar, o del destino'… y que de hecho, parece ser que, en portugués, ‘azar’ está más identificado con la ‘mala suerte’.

Curioso ¿No? Aunque a mi me queda la incógnita de saber de donde procede ese dicho popular de que, cuando uno tiene mucha suerte, se le dice que parece que ‘nació con una flor en el culo’. Aunque no me parece probable que tenga que ver con el azahar, y su fragancia...

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