E
s tradición pensar que, en septiembre, comienza un nuevo curso político. Aunque luego, ‘los joíos parlamentarios’ se incorporen al trabajo en octubre. Lo que quiero comentar hoy me temo que es algo recurrente, pero es que me apetece hablar (escribir) sobre mi visión (actual) del panorama político nacional. Y es que este panorama está tan distorsionado que el cuerpo me pide reseñarlo y desear que haya una ‘normalización’ (y estabilización de la opinión pública), que estamos perdiendo el norte y, en cierto sentido (que incluye el sentido de que el españolito de a pie es, por definición (y como promedio), cívicamente muy inculto), hay bastante tendencia a desenfocar los temas y a caer en intransigencias y visceralismos… que no conducen a nada.
Veamos: en estos momentos el espectro político español está conformado, ‘de derecha a izquierda’, por las siguientes fuerzas y perfiles:
Vox, que nació de una escisión del Partido Popular, hartos de sus ‘maricomplejines’, y que desde el principio fue tratado como ‘extrema derecha’, ‘franquista’, incluso creado un ‘cordón sanitario’ para excluirlos, y hasta tratar de declararlos ilegales, por la izquierda… con el PP mirando para otro lado.
El PP (Partido Popular), un clásico partido de centro-derecha, con experiencia de gobierno (esto es, con gente que ‘tocó el poder’ y añora volver a tocarlo) que trata de parecer liberal (pero sin aceptar ésta calificación, que era la de Esperanza Aguirre) para ponerse a bien con el colectivo ‘progre’ español.
El PSOE. Es decir, el Partido Socialista. Lo de Obrero, y Español… me temo que pasó a mejor vida. Solo queda lo de PS. O sea... Pedro Sánchez (y sus mariachis). Aunque aún mantenga en sus filas gente ‘de corazón socialdemócrata’, veo que se ha decantado, claramente, por ser un partido de izquierdas, radical y antimonárquico. Y que solo pacta (para mantenerse en el poder, y para llegar a una dictadura ‘cesarista’) con radicales, antisistema (o antiespañoles) de izquierdas, y con los colectivos ‘progretas’ que quieren dejar la sociedad… ‘a su imagen y semejanza’.
‘Los Otros’: aquí entran los antisistema de Podemos, feminazis y LGTBIstas, los comunistas del viejo Izquierda Unida, hoy acérrimos defensores de las dictaduras populistas sudamericanas, y los separatistas (secesionistas), que incluyen ramas (al menos) filoterroristas. Que, como acabo de decir, se creen ‘los reyes del mambo’ y quieren imponernos a todos sus ideas.
Bueno, y un resto de partidos ‘provincianos’, aupados por liderazgos localistas, cuya mayor rareza quizás sea el diputado de ‘Teruel Existe’… que vive en Valencia.
¡Ah...! Y el otrora potente C’s (‘Ciudadanos’) que tantas esperanzas llegó a dar como ‘tercera vía, liberal, urbanita y moderna’… y que está en vías de extinción.
Así que voy a ‘armar mi bolera’. O sea, a explicar cómo veo yo, desde mi racionalidad (que, lo reconozco, a veces podría parecer excesiva…) que tendría que fijarse el panorama político español. Y ahora voy a hacerlo ‘de izquierda a derecha’:
La Extrema Izquierda: aquí englobaría yo a los comunistas, a los de Más Pais de Errejón y la ‘Mema’ (‘Médica y Madre’), a los Podemitas, a los de Bildu, a los de Ezquerra, a los restantes partidos secesionistas (que, aunque no sean tan izquierdosos se unen a ellos por sus motivos espurios). Vamos, a los capaces que crear, o aplaudir, algaradas revolucionarias antisistema y tratar de tomar la calle… sin que, por cierto, nadie les llama ahora (como debería ser…) ‘extrema izquierda’. Pero que (y muy claramente…) lo son.
La Izquierda: Aquí entraría de lleno el actual PSOE (el de Pedro Sánchez). Sin ambages: los que creen más en ‘papá Estado’ que en la iniciativa privada, los que enarbolan la bandera de la segunda República, los que no aceptan de buen grado ni a la monarquía parlamentaria ni a los empresarios que arriesgan su dinero, y pretenden ganar por ello, los visceralmente ‘anti-derecha’, los que aún recuerdan (y les resquema) que perdieron nuestra guerra civil… deben estar aquí. Es la izquierda ‘de toda la vida’.
(Por cierto: y sin vestirse de ‘progreta’: que una cosa es tener ideas liberales y progresistas y otra 'vincularlas' a ideas ‘de izquierdas’)
El Gran Centro: aquí, tengo dudas: ‘gran centro’ fue el que lideró Alfonso Suárez… pero acabó claramente disgregado. En el fondo, hay dos sustanciales tendencias: la ‘Liberal-Conservadora’ (o sea, un Centro-Derecha, donde podría estar, perfectamente, el PP, y el Centro-Izquierda (o sea, la tradicional Social-Democracia). Que aquí no existe. Y que es lo que debería haber sido el C’s (pero Albert Ribera, en vez de aceptar gobernar compartidamente ‘moderando al PS de Sánchez’, que pudo hacerlo, prefirió disputar al PP todo el electorado del Centro… y perdió. O aquel UPyD (Unión, Progreso y Democracia, de la socialista Rosa Díez), que era el camino… pero se lo ‘comió’ Ciudadanos.
En resumen, mi tesis es que en el centro, o el PP recoge el voto (y las creencias) del elector ‘socialdemócrata’… o hay que crear un partido ‘a la derecha’ del Partido Socialista de Pedro Sanchez, que claramente está escorado a la izquierda.
La Derecha: aquí, lo tengo muy claro. Es, actualmente, VOX. Con valores patriotas y conservadores. Sin avergonzarse de ello, y acatando la Ley y la Constitución vigente. Incluso mostrando el mismo orgullo que parecen mostrar ‘los progretas de izquierda’. Y sin más inventos (sobre todo, sin más ‘coletillas interesadas’ y barreras puestas (muy interesadamente) por los otros partidos)
Pero no he acabado… porque me falta un espacio más: el de la Extrema Derecha. Que ahora no existe, pero que antes lo detentaba Fuerza Nueva, y los franquistas acérrimos. Y que también se necesita, para delimitar fronteras. Y seamos claros: una extrema derecha que también sea capaz de crear algaradas en la calle, como ahora hacen (e impunemente…) los antisistema y los radicales de la ‘extrema izquierda’… O como hacen los sindicalistas en muchas huelgas... y que parece que a nadie asusta.
Lo único, eso si, que deberemos ser lo suficientemente inteligentes para mantener controlados, y controlada (para mantener en su simple carácter de ‘válvula purgadora’) la expansión de estos pequeños grupos extremos. De izquierda y de derecha, claro. Porque seguramente también son necesarios, como contrapunto (y para evitar ‘sambenitos’ dialécticos interesados). Y si se contrarrestan entre si… pues mejor que mejor.
Y así armaría yo ‘mi bolera’. Clara… y racional. Para, a partir de ahí… ¡A jugar…!
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