Fijos discontinuos

Nos toman por tontos. Los politicuchos. Y, por supuesto, nos tratan como tontos. Lo malo es que siempre han sido así, y se creen que con un simple eufemismo (¿o será una prosopopeya…?) nos pueden quitar de en medio, o hacer callar, al modo -torero- de dar una media verónica ‘de salón’ y salir orgullosos (y retadores), del lance.
El ‘politiqués’ siempre fue un lenguaje lleno de subterfugios para no decir la verdad… o para esconderla tras vacíos y vanos circunloquios. E incluso, añadiría, tengo la impresión de que los políticos ‘de izquierdas’ tienen bastante más ‘oficio’ (o bastante más descaro), para utilizarlo, que los maricomplijines de la derecha… y practican, con gran asiduidad, este ‘arte’.

Viene esto a cuento porque hace unos días han salido los datos del paro del mes de junio, que ha bajado y como, realmente, el sanchismo que nos gobierna está sufriendo, y por cierto muy merecidamente, la creciente ira (y desafección) de cada vez más españolitos ‘de a pie’, se ha activado una gran campaña mediática sobre la excelencia del dato. Que tampoco es para tanto… pero que está sirviendo para ponerse medallas tanto la ministra de Trabajo como el gobierno, en general, por lo bien que vamos...

Pero es que resulta que esta ministra del ramo, la gallega Yolanda Diaz, con 'alias' 'Yoli Tenacillas', o 'la comunista superchuli', o 'la Phasionaria'... nos engaña una vez más, instrumentando una media verónica ‘de salón’ al sustituir, hace unos meses, y por Decreto Ley, los 'contratos temporales' por los ‘contratos fijos discontinuos’.

Un claro eufemismo porque... ¿Y cual es la diferencia…? Pues, desde el punto de vista práctico, ninguna: antes un trabajador era contratado temporalmente y, cuando concluía la campaña, o la obra, se le despedía, se registraba en el paro... y lo cobraba. Ahora te contratan como ‘fijo discontinuo’, lo que significa que te echan cuando acaba la obra (o cuando les de la gana), te vas al paro, lo cobras… y cuando haya una nueva obra, o campaña (o te necesiten), te llaman para incorporarte de nuevo.

Pero, y aquí la trampa… ahora eres un ‘fijo discontinuo’ y cuando estás, inactivo, en tu casita, ya he dicho que cobras, como antes, la prestación por desempleo… pero no apareces en las estadísticas del paro registrado. Y claro, así… ¡Este Gobierno ha conseguido que España baje de los 2,9 millones de desempleados…!

Es tan penoso que a lo mejor vale más tomarlo a chirigota. O, al menos, a poner cara alegre, en vez de llorar. Como decía el gran Luis del Val, lo de esta ministra de Trabajo es asombroso, acaba de demostrar que la feliz Arcadia puede existir porque, por ejemplo, ya no habrá estadísticas de enfermos, o contagiados por la COVID... todos serían… ‘personas sanas discontinuas’

Y vaya juego que puede dar el invento: Un tío que ponga los cuernos a su mujer no sería más que… un 'esposo fiel discontinuo'. Y, viceversa, un esposa pendón… 'esposa fiel discontinua'.

Me comentaron el otro día que, en portugués, jamón se dice ‘presunto’. Y es una curiosa paradoja porque el español ‘el presunto’ suele ser… ‘un chorizo’. Pero, volviendo al tema, ya no hará tildar de 'presuntos' a los políticos chorizos: no serían otra cosa que… 'políticos honrados discontinuos'.

Y hasta el ínclito Pedro Sánchez podrá presumir de que no hay crisis, que los españolitos que estamos sufriendo en nuestros bolsillos las importantes alzas de precios, que nos están arruinando... no, hombre, no, no debe preocuparnos...
Porque es que, verás... la gente no se está empobreciendo, lo que pasa es que los españolitos, si acaso, pertenecemos a ‘familias prósperas discontinuas’.

Y entretanto, el gobierno sanchista sigue sin acceder a bajar impuestos desmesurados (y desmadrados, por la subida del IPC), y gastando a manos llenas en chorradas de sus inútiles ministerios, y repartiendo prebendas y concesiones a quienes les apoyan para, en el fondo, incrementar la deuda del Reino de España… y el que venga detrás… que arree.

Espero que el sanchismo (y todos sus adláteres ideológico-sectarios... y demagogos) acaben desapareciendo de una vez, y para siempre, y no que se acaben convirtiendo, en nuestro panorama político futuro… en 'gobernantes fijos discontinuos'.