domingo, 23 de enero de 2022

El postureo

Leí hace unos días un artículo del gran Alfonso Ussia, que tituló ‘la chuleta’, que me hizo, como casi siempre, particular gracia… y que me da pie a reflexionar un poco sobre el tema del título. Y es que, en estos tiempos de selfiers, tik-tokers, instagramers, etc. el mundo es puro postureo, o apariencia. A lo mejor lo de la ‘realidad aumentada’ va a quererse que vaya también por ahí.


La cosa viene a cuento porque, entre los coletazos políticos sobre las poco oportunas declaraciones del Ministro de Consumo, el comunista (y tonto) Alberto Garzón, sobre la carne, ya apareció un día su presidente Sanchez rebatiéndolo (no se atrevió a más) con un ‘donde esté un chuletón al punto…’, y ahora la prensa publica un postureo de Pablo Casado, una foto donde aparece muy puesto, con una impecable chaquetilla de cocinero y una sonrisa de oreja a oreja, preparado para asar a la brasa una estupenda chuleta de al menos 800 gramos… pero la parrilla está sin encender.

Comenta Ussía que a ver quien fué el lumbreras de esa ocurrencia, ya que ‘la foto resulta tontísima, porque a Casado le falta gracia y donaire’. O sea, hace un postureo ridículo.

Y es que, para que ‘no rechine’ un postureo, se requiere que quien lo ejecute aporte un don, o ‘halo’, especial, que lo soporte. Menciona Ussía el concepto al que los actores llaman ‘el pasar la batería’. Y es, sencillamente, ese don de ciertos actores que, nada más salir a escena, con dos palabras, ‘enganchan al público’ mientras que otros, por más que estudien y se esfuercen en el papel, y que éste sea bonito, ‘no transmiten’, no son capaces de hacer aflorar esa chispa de emoción que tanto atrae.
Yo entiendo que se trata de lo que siempre hemos llamado... ‘carisma personal’.

Casado es, para desgracia del Partido Popular, uno de los que 'no pasan la batería'. Vamos que, hablando de parrillas… está algo crudito, le falta un ‘vuelta y vuelta’. Cosa que no ocurre con otros personajes políticos, como puede ser, en su propio partido, Isabel Diaz Ayuso, que tiene carisma para dar y exportar, y se queda con el público en cuanto aparece en escena. Y hay más ejemplos de políticos carismáticos.

Solo son estos, los carismáticos, quienes deberían atreverse a hacer postureos, ya que el público les va a aceptar todo. Y los partidos políticos tienen que entender que los votos ‘naturales’ los da el público, no los ‘directores de escena’. Vamos que, como decía Sun Tzu, «… y quienes conozcan a su enemigo, pero no se conozcan a si mismos, podrán ganar batallas... aunque correrán peligros en cada contienda»

Y esta reflexión es muy fácilmente transferible al entorno personal, la del ciudadano raso. Porque, de toda la vida, hemos percibido que, igual que hay gente que cuenta los chistes con gracia, y otras (por ejemplo… un menda) que los destrozan, existen ‘postureos permisibles’, y postureos que rechinan… a los que, de siempre, se ha señalado con frases despectivas como las típicas de ‘¡Qué hortera…!, o de ¡Vaya babayu…!, etc.

Alfonso Paso, que fue un prolifico escritor, estrenó una obra teatral titulada ‘la corbata’ y en ella parece ser que se expresaba que hay gente que, en cualquier circunstancia en que se quite, o se ponga, una corbata, aparentará ser ‘elegante’, u ‘ocurrente’, incluso ‘snob’… y siempre estará bien visto, mientras que otros, se la quiten o se la pongan, siempre serán criticados. (Y, aún, hay unos terceros que importan un pimiento, son los ‘fuera del sistema’, que no tienen nada que ganar, ni perder… y ‘no cuentan’).

El caso es, quizás, un poco exagerado, la verdad es que, aunque el postureo es, en general, ridículo… hay que reconocer que hay gente que está especialmente dotada para que su postureo sea aceptado, y hasta aplaudido… y gente proclive a caer, siempre, en el postureo ridículo. Pero esto es sencillo de evitar, basta tener la suficiente capacitación mental para, en cualquier momento, ‘saber estar’. ‘Claridad de espíritu’, se llama la figura, y en su día hablé de ello...

En resumen, el postureo nunca lo puede hacer un patán que, por ejemplo, sea capaz, para parecer más fino, de pedir ‘criadillas, pero oiga, de ternera ¿eh?’. O pedir ‘un gin-tonic... por favor, de coca cola’… Aunque estoy por asegurar que, como en lo de ‘la corbata’ habrá personas que, haciéndolo, pueden quedar como simpáticas, o graciosas… mientras que otras serán miradas como bichos raros…

¡Ay… el efecto ‘halo’…! En resumen, que la personalidad humana es inescrutable y lo de ser carismático en una cualidad muy importante (incluso para contar chistes, caramba…) ya que hasta el postureo, con carisma, y bien ligados, son ingredientes que hasta le pueden dar buen sabor al guiso…

(Por cierto, el último postureo, de hoy mismo, es el de una foto que, con el título de algo así como… ‘Pedro Sánchez despacha con otros Presidentes europeos en ronda de contactos sobre la crisis de Croacia’, se le ve, en su mesa de trabajo, y tras un inadecuado primer plano de su cartera presidencial, con cara seria,  sujetando el teléfono con una mano y tomando notas con la otra. Lo que pasa es que en unas fotos aparece tomando notas con la derecha, en otras con la izquierda y, como se comenta en Twitter… hombre, evidentemente que podría ser ambidextro pero, en cualquier caso… ¿No es mucho más cómodo usar el ‘manos libres’…?)


 

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