Esta semana tenemos a la izquierda (en particular, al Partido Socialista) ‘en el candelabro’, primero porque el gobierno acaba de presentar sus Presupuestos Generales para el año que viene y segundo, porque este fin de semana 'el Sanchismo' tiene su Congreso Federal, donde se designará a las personas que vayan a ocupar los puestos claves del partido. Lo que se espera de ambos eventos es, por supuesto, una cagada, tanto en el plano económico, con unos presupuestos expansivos (en época de crisis) como en el perfil del socialismo, que se supone será aún más proclive al radicalismo, a la demagogia populista y a los pactos ‘contra natura’, para mantenerse en el poder.
Y el caso es que si uno repasa la historia reciente de nuestra España (por no meterse en la ‘historia’ de los años 30, la II República, y tal…), las conclusiones son claras.
Empecemos por el primer gobierno socialista: el de Felipe Gonzalez, de quien se dice, y con razón, que es mucho mejor ahora, para España, como ex-presidente, que lo fue como presidente. Porque en su gobierno (que fue cuando la izquierda empezó a ‘tocar pelo’) proliferaron el amiguismo, los pelotazos (‘el que no gane varios millones al año es que es tonto’, decía el ministro Solchaga), y también las cloacas del Estado (caso GAL, caso dossiers del CESID de Manglano y Perote, etc, etc)… en un 'malgobierno' que condujo a que, en el 96, incumpliéramos todos los parámetros económicos que nos exigía el Tratado de Maastricht… y tuvo que entrar el gobierno de Aznar, con Rodrigo Rato al frente del programa económico, para enderezar el rumbo.
Que se enderezó, como siempre, apretándonos (aunque poco) el cinturón porque, en aquel tiempo, para tener la liquidez que exigía nuestra deuda, se pudieron privatizar (o sea... verder estos activos) bastantes empresas de titularidad estatal (del INI, etc) que tanta solvencia económica daban al Estado español.
Pero en cuanto se empezó a dominar la crisis, volvió a imperar el populismo y el contestarismo callejero ‘contra la derecha’ y, en consecuencia, movilizada la opinión pública, surgió, de las urnas, el segundo gobierno socialista, el de José Luis Rodriguez Zapatero. Alias ‘ZP’. Populista, incompetente, derrochador… (y este, si fue malo como presidente, ahora, como ex-presidente, con sus turbias relaciones con los populismos revolucionarios americanos, aún es peor para España…).
ZP gobernó ‘para su beneficio’, repartió riqueza entre sus amigos, como los artistas de la ceja, o los beneficiarios de las privatizaciones de las Cajas de Ahorros y de las obras faraónicas o inútiles de ayuntamientos o autonomías ('el Plan ZP'). Y mintió cuanto quiso, como cuando su ministro Solbes negaba que nos afectase la crisis mundial financiera de 2008. Con lo cual, la deuda española, de menos del 50% del PIB, con Aznar, pasó del 100% (hasta esto nos quisieron engañar, negándolo).
Naturalmente, visto que volvía el desastre, en las elecciones generales de 2011 ganó, con creces, la derecha. Pero el ínclito Rajoy (y su ‘odiado’ ministro de Hacienda, Cristobal Montoro) tuvieron que hacer, de nuevo, duros (y poco populares, ya había muy pocos bienes del Estado que privatizar...) recortes para enderezar la economía… y en cuanto se enderezó de nuevo, la derecha se fue a freir puñetas (bueno, hay que decirlo, Rajoy hizo sus propios méritos para ello) y de nuevo las urnas (bueno, no, esta vez empezó con una moción de censura… y los pactos del ‘gobierno Frankenstein’) trajo a la izquierda al gobierno de la Nación. Esta vez con Pedro Sanchez. ‘Su Sanchidad’.
Ya he hablado mucho de él, y de su gobierno bananero, solo voy mencionar cómo ha confeccionado estos próximos Presupuestos del Estado:
1º: ¿Cuánto me piden mis socios para mantenerme en el poder…?
2º: ¿Cuánto puedo quitar a las automomías de la derecha (Madrid, Andalucía) para dárselo a los separatistas vascos y catalanes?
3º: ¿Cuánto dinero necesito repartir para comprar el voto de los jóvenes, de los pensionistas, de los inmigrantes, de las mujeres…?
4º Bien, y ahora cuadremos el presupuesto. Y no hay otra forma de hacerlo que previendo que los costes energéticos van a bajar mucho, y subiendo mucho las previsiones de ingresos por impuestos, iVA recaudado, etc, etc. Que el papel lo aguanta todo.
Pero claro, la subida los impuestos y el recorte de deducciones hará que baje el consumo, y las ventas, y el empleo… y como la crisis energetica no tiene pinta de remitir… iremos, aparte de a un aumento del nivel de pobreza (y/o de comunista dependencia de papá estado) hacia una deuda galopante (ya se habla del 125-140% del PIB).
Así que tendrá que venir de nuevo la derecha a levantar otra vez a España… aunque el problema es que, después haberse vendido todo el patrimonio industrial (y estratégico) del Estado, todas las Cajas de Ahorro (la mitad del soporte financiero), después de paniaguar, o subvencionar, a un montón de colectivos, que no hacen sino ‘vivir del presupuesto’, después de ponerse en manos de las políticas del ‘New Reset’ y de los compromisos globalistas de la Agenda 50, etc, etc... a ver de donde sacamos los recursos necesarios para ello.
Que ‘el tetu’ (el bolsillo de los contribuyentes, que además cada vez seremos menos) está muy vacío y habrá que apretarse mucho el cinturón. Y entonces, claro, se repetirá otra vez la historia, ‘la derecha tiene la culpa’, los medios adeptos movilizarán a la opinión pública (y, físicamente, las calles serán tomadas por diversos perroflautas y otros tantos sindicalistas)… y la izquierda pretenderá mvolverá al gobierno.
Lo que pasa es que como la situación sea tan grave, con una quiebra que precise fondos de la Comunidad Europea (y administración controlada por ‘hombres de negro’ centroeuropeos, de ese Parlamento… vamos a quedar todos ‘con una mano delante y otra atrás’ y aquí se puede armar ‘la de dios es cristo’.
Decía yo, al principio, que tras estas historias de meter la zarpa, por parte de la izquierda, en la administración del Estado, hay unas claras conclusiones. Pero no las indicaba, así que, para terminar, lo voy a hacer ahora. Y solo es una, y muy sencilla: que los españoles somos idiotas, y tropezamos siempre en la misma piedra. O, por hacerlo más fino… el pueblo español es, todavía, muy inculto, y dado vivir la vida... y que sea el de atrás el que arree.
Lo malo es que los gobiernos populistas promueven, incluso, el mantenimiento de esa incultura popular… para, con sus demagogias y mentiras, poder seguir comiendo el coco a sus electores.
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