Pero no voy a entrar en esto, ahora lo que quiero es, simplemente, continuar con el relato de ‘mi’ memoria histórica.
Y 'mi memoria' lo único que hace es ver (y juzgar) los hechos históricos desde otro punto de vista y que, lo digo con franqueza, surge por tratar (modestamente) de compensar el influjo de la ‘memoria histórica’ (selectiva) que está esgrimiendo contínuamente, desde hace unos años, la izquierda española y que, a más de 80 años (o sea... cerca de un siglo) de haberse iniciado nuestra guerra civil, insiste en introducir en el debate diario.
Un pequeño comentario personal: a pesar de lo que pueda parecer, yo me considero bastante liberal (bueno, o 'ácrata conservador'). Y, como tal, puedo llegar a respetar al socialismo, e incluso al comunismo. Siempre que sean, a su vez, respetuosos con los de otras ideas. Y con la realidad histórica.
Quiero decir (y perdón por el ejemplo) que a mi la homosexualidad me parece, como opción personal, respetable. Pero lo que no puedo respetar es a esas 'mariconas' exhibicionistas del Orgullo Gay, o a las lesbianas femi-nazis. Por eso a esta izquierda actual, a este socialismo indocumentado y revanchista de los Pedro Sánchez, Carmen Calvo, Adriana Lastra y compañía no les respeto nada: 'padre obrero, hijo caballero y nieto pordiosero' es un viejo refrán que viene muy a cuento porque esta izquierda 'de tercera generación' la está, sencillamente, 'cagando', por sus ocurrencias creyéndose portadores de la verdad absoluta. Cuando solo son unos mindundis que, encima, están hundiendo a España.
Cierro paréntesis, y vuelvo al tema. Voy a ser claro: la guerra civil ‒supongo que, en parte, porque la idiosincrasia de la gente de entonces (como digo, hace, ya, cerca de un siglo) era bastante más ‘canalla’ que ahora‒ está llena de barbaridades que deberían, sin más, avergonzarnos a todos. Porque hubo asesinatos execrables cometidos tanto por la derecha (los 'nacionales', o franquistas) como por la izquierda socialista y del frente popular (los 'milicianos').
Por eso me cabrea que ahora se quiera airear los muertos de las cunetas, se hable de genocidio franquista, de la derecha asesina, etc, etc. de forma completamente sesgada, y sin el mínimo pudor. Porque la izquierda, señores, mató y asesinó tanto, o más.
Y no, no voy a hablar de Paracuellos, o de los 8000 curas y monjas asesinados, ni de las checas, ni de los ‘paseos’ al amanecer. Me voy a limitar a poner, a modo de ejemplo, casos ciertos que conozco, porque me tocan (y de los que, por cierto, jamás se habló de forma vengativa, en mi entorno). Y, así...
- El 14 de agosto de 1936, con motivo de un intenso cañoneo del crucero Almirante Cervera, y otros, contra los milicianos que intentaban asaltar el cuartel de Simancas, en Gijón, que se había unido al Alzamiento, fallecieron 50 asaltantes. En represalia, los milicianos sacaron de las cárceles donde, por razones políticas, estaban recluidos bastantes gijoneses, a 115 personas, que fueron inmediatamente fusilados. Entre ellos se encontraba Romualdo Alvargonzález Lanquine, hermano mayor de mi abuela materna, que había sido designado Diputado en Cortes, por la CEDA, en las elecciones generales de febrero de 1936.
- Y el 4 de septiembre de 1936, Ricardo Duque de Estrada Vereterra, hermano mayor de mi suegro, fue sacado de las prisiones de Llanes, donde se encontraba recluido, llevado a Gijón, y asesinado al parecer en Sama de Langreo, no se si por ser el primogénito del Conde o por ser amigo personal de Primo de Rivera.
- Por terminar, mis abuelos paternos, sin más delito que ser ‘de derechas’ (o sea, de la CEDA) fueron confinados, en mi pueblo, en Llanes, en los ‘chalets de San Antón’ en mayo del 37, y llevados al buque prisión Luis Caso de los Cobos, fondeado en el puerto del Musel, de donde fueron liberados tras la entrada en Gijón de las Brigadas de Navarra, en octubre de ese año 1937, en el que concluyo la guerra civil en Asturias… que mi padre paso en un ‘batallón de trabajadores’ haciendo parapetos y trincheras para las milicias populares en el cerco de Oviedo y en el Frente del Nalón.
Pero las guerras acaban, normalmente, con vencedores y vencidos. Y es enormemente habitual (yo añadiría... 'de libro') el que se trate de expurgar a los vencidos, cuando no eliminar ‘en justicia’ si concurren imputaciones que los puedan criminalizar. Véase, por ejemplo, los juicios de Nüremberg, ya que hablamos de ‘Vencedores y Vencidos’. En este contexto, claro que Franco expurgó, e incluso firmó sentencias de muerte, durante la postguerra. Pero la pregunta del millón es… ¿Y qué hubiese pasado si el vencedor de la guerra civil hubiese sido el Frente Popular de socialistas, comunistas, troskistas y anarquistas? ¿O se comportarían como hermanitas de la caridad?
(Yo tengo otra vivencia personal: mi abuelo materno, ingeniero de caminos del Puerto de Gijón, y republicano, colaboró (técnicamente) en la construcción de defensas para el Frente Popular en la ‘liberación’ de Asturias y al acabar la guerra, fue destinado a Tarragona para, al cabo de un año, ser redirigido al Puerto de Pasajes (Guipúzcoa)… y ya, ‘integrado en el franquismo’, vivió toda su vida en San Sebastián. Por cierto, tiene alguna condecoración al mérito profesional expedida, años más tarde, por Franco).
Y a partir de ahí, y desde la escasez extrema, y el 'racionamiento' tras una guerra civil que arrasó nuestro pais (con la propina de una guerra mundial, de la que nos libramos) ‘la dictadura franquista’ hizo de España un pais próspero donde, como oí el otro día, no solo no había paro sino que, si querías, podías trabajar más, teniendo pluriempleo (por ejemplo, lo hacía mi padre) y, lo quiera o no la izquierda, España fue reconocida por las 'democracias occidentales' y, tras importantes ‘Planes de Desarrollo’, nos convertimos en la novena potencia mundial. Fueron cerca de 30 años de 'dictadura' en los que se empezó a vivir bien, millones de españolitos tenían casa, coche, familia, empleo, vacaciones… Esto, y muchos detalles más, también habría que incorporarlo a la Memoria Histórica, pero ya es otra historia, así que aquí lo dejo.
No obstante, la idea que no quiero que se me quede en el tintero es el pensamiento de que a los actuales promotores de la Memoria Histórica (el PSOE de Zapatero y Sanchez), en vez de tratar de manipular la opinión pública para obtener votos, debería de caérseles la cara de vergüenza por negarse a aceptar que el PSOE también fue principal protagonista de años negros con muchas muertes en sus conciencias.
Y, desgraciadamente, no podrán decir que también tuvieron unos años en los que levantaron el pais… porque en realidad, su paso por el gobierno siempre ha sido una ruina para el bolsillo de los contribuyentes. Aunque, eso si, los progretas, los culturetas, las asociaciones feministas, los de la LGTBI los de las múltiples mamandurrias y, en general, todos los subvencionables, les aplaudan hasta con las orejas.
En resumen, los actuales partidos de izquierda, y mucha juventud inculta, desgraciadamente manipulada, deberían asumir que lo peor que puede pasar a nuestra España es volver al frente-populismo, dedicándose a reinventar la historia, para tratar de ganar, con 80 años de retraso, el relato. Porque lo único importante que debemos hacer, para proteger a nuestras generaciones venideras, es mirar al frente, pensar que a la muerte de Franco, hace ya 44 años, hubo una pacífica transición hacia la democracia, y un gran consenso nacional. Y pensar un esta sola palabra que puso de moda, por entonces, nuestro Rey: ‘CONCORDIA’.
Y a esa concordia, al reconocimiento y respeto de una memoria histórica ‘común a todos’, y al mutuo perdón, y a la amplitud de miras, hay que atenerse.
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