No, no, ojalá no, porque yo creo firmemente en la Monarquía (por cierto, como la mayoría de los demócratas ingleses, daneses, belgas, suecos, noruegos, holandeses…), pero este es un grito de guerra que cada vez se oye más por aquí, porque hay una campaña de acoso y derribo dirigida hacia la monarquía española, patrocinada por las fuerzas de izquierda (incluido, claro está, el PSOE), que puede que vaya creando un poso en la cabeza del muy inculto y aborregado ciudadano medio español… y a ver qué pasa en el futuro.
Personalmente, yo creo en la monarquía, como mejor forma de gobierno, no por ser monárquico de corazón, o de sangre, sino por serlo racionalmente. Porque creo que lo mejor, para España, es tener un Jefe de Estado ajeno a toda tendencia política, o ideológica, y que pueda ser el representante de todos... precisamente por lo serlo, específicamente, de nadie.
Y lo malo es que los españoles que pueden preferir la República como forma de estado (y, de acuerdo con la bandera que se esgrime, la Segunda República), están, en su inmensa mayoría, mediatizados por esa campaña de la izquierda española, basada en el revanchismo, y su idea republicana se sustenta en la ideología del famoso Frente Popular… que, en el fondo, propiciaron el ‘Alzamiento’…. Y las dos Españas.
Porque lo que no se exterioriza (y el pueblo llano, en España muy inculto, no lo identifica) es que en la Segunda República había mucha gente que era conservadora, o centrista, o liberal. O sea, no ‘progreta’, sino lo que ahora llamamos ‘ser de derechas’. De hecho, lo que pasó en las elecciones generales de marzo de 1936 es que el Frente Popular obtuvo un 60% de los diputados electos, y se crecieron, pero en voto popular parece que ganaron ‘las derechas republicanas’.
Por aclararlo: la izquierda se presentó en coalición (el famoso ‘Frente Popular’). Y formaban esa coalición el PSOE, Izquierda Republicana, el Partido Comunista de España, el POUM (Partido Obrero de Unificación Marxista), Ezquerra Republicana, y algunos más (por ejemplo gente de la FAI, Federación de Anarquistas Ibéricos, etc). Pero los partidos del centro-derecha se presentaron cada uno por su lado: la CEDA (Confederación Española de Derechas Autónomas) de Gil Robles, el Partido del Centro Democrático, de Portela Valladares, Renovación Española (monárquicos), de Calvo Sotelo, la Falange, de Jose Antonio Primo de Rivera, y otros partidos republicanos conservadores (los de Miguel Maura, o Camblor), radicales (Lerroux) y liberales (Melquiades Alvarez) etc.
El caso es que pasó lo de ahora: como el sistema de asignación de escaños (o sea, su sistema d’Hont) era bastante complejo, y encima eran listas abiertas, el reparto de escaños premió a la concentración y castigó a la dispersión. Y, aunque parece ser que el gobierno resultante nunca publicó los resultados en su integridad, el Frente Popular, con menos del 50% del voto popular, obtuvo más del 60% de los escaños.
Y este es el fondo de la cuestión: que se olvida, hoy, que en la Segunda República no todo era radicalidad, frente-populismo y desmanes, y que la mayoría de la gente era ‘de orden’, con ideas de derechas, de centro, liberales, y hasta, seguramente, de la izquierda moderada, no partidarios del radicalismo. Es decir, ciudadanos ‘normales’ que, seguramente, podrían echar a andar a cualquier nación.
Y la lectura de mi elucubración es que, realmente, una República, en estas condiciones, también es posible. Si bien (sospecho), en España se necesitarían muchas ‘manos’ de educación cívica, y bastantes años de inmersión en la cultura democrática, para no caer en espectáculos frentistas como el que ahora vemos… y creo firmemente que los actuales políticos no están por la labor de educar al pueblo, sino más bien lo que quieren es apesebrar borregos, para adoctrinarlos más fácilmente.
En todo caso, yo seguiría eligiendo, y defendiendo democráticamente, a la Monarquía, como forma de Estado. Racionalmente, claro, porque no me parece nada bueno que, a través de una carrera política (y una tendencia ideológica) se pueda llegar al máximo nivel de la nación, que sería, en ese caso, el de ‘Presidente de la República’.
Y paises monárquicos, lo dije antes, como el Reino Unido, Holanda y Bélgica, Mónaco, Luxemburgo, Noruega, Suecia y Dinamarca, así como Canadá, Nueva Zelanda, Australia y Japón, por referirme a culturas afines, son unos buenos ejemplos de modelo de pais ‘no republicano’.
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