Una de las ventajas que tiene el sumergirse en un periodo electoral es que las radios y las tertulias se llenan de ‘pensantes’ con ganas de decir cosas inteligentes para captar la atención del personal, y llevar el ascua a su sardina. Naturalmente, uno, que pertenece al ‘personal’, se interesará por lo que le parezca correcto, y denigrará de lo que sea disconforme con sus propias ideas.
Claro que otra premisa fundamental es la de que, para interesarse por cosas medianamente inteligentes, que hagan pensar, uno tiene que ser, al menos, también medianamente inteligente, y no un borreguito (o borreguita, connio) que prefiera cambiar de dial para ver bien a una pareja haciendo edredoning, bien a unos tertulianos del corazón aireando sus entretelas, bien a unos comediantes de poca monta queriendo hacer gracia caricaturizando, o directamente ofendiendo, valores otrora muy respetados. (etc, etc).
El otro día estaba yo oyendo una entrevista al hijo de Adolfo Suarez, que se presenta como nº 2 por el PP de Madrid, y mi impresión es que tenía las ideas muy claras (otra cosa es que, verdaderamente, es un triste, sin ningún carisma). Ni me imaginaba que pudiese ser inmisericordemente vapuleado, los días siguientes, por los ‘prescriptores mediáticos’ y los graciosillos de turno. O, a lo mejor ('ladran, luego cabalgamos'), fué precisamente por eso.
Y planteaba, en un momento, esta paradoja...
a) Nos gastamos unos 160 millones de euros en la lucha contra la violencia de género (o violencia machista, para ser más exacto), por la que, pobrecitas, mueren al año unas 60 mujeres.
b) Nos gastamos no menos de 800 millones de euros al año en medidas para disminuir la siniestrabilidad de las carreteras españolas (y yo diría que, indirectamente, muchos más) por la que mueren, al año, pobrecitas, unas 1200 personas.
c) Pero no hay constancia, quizás porque no nos gastamos, directamente, nada, de lo que invierte el Estado para reducir la tasa de suicidios… por la que se quitan la vida, al año, unos 3.600 ciudadanos españoles (el 70%, hombres). Y cerca de 8.000, lo intentan.
d) Y tampoco hay constancia, quizás por los mismos argumentos, de lo que se gasta el Estado para reducir la tasa de abortos en España... por la que actualmente no nacen, en España, pobrecitos, 100.000 niños al año (nota: por ser más exactos, 94 mil y pico, en datos oficiales de 2017).
Me quedo con un pensamiento: cierto que ya se hace algo para no tener que llegar a la situación de tener un embarazo no deseado. Pero… ¿Se podría hacer algo durante el periodo que va desde que se confirma la existencia de ese embarazo no deseado… hasta la adopción de la decisión de abortar, destruyendo definitivamente el feto?
En una palabra, si hay otras alternativas, que no se está ayudando a visibilizar, o a facilitar, para que la solución no sea la de, como si fuese un grano, desembarazarse de un futuro niño que no se desea criar.
Por poner algún ejemplo… ¿se podría ver si hay alguna forma de traspasar la gestación a alguien que acepte llevarla a cabo? ¿o de acogida y apoyo al nascituro y a su madre? ¿o de poder adoptarlo? En cualquier caso, creo que hay que matizar un poco eso del embarazo no deseado y las razones para ‘desembarazarse’ del niño. Sobre cuando es producto de sexo consentido… o al menos no forzado. Que digo yo que los 100.000 no serán todos producto de violaciones.
En resumen, que se nos llena la boca de demandas de apoyo a las cuestiones ‘políticamente correctas’ (que, como dije el otro día, no está muy claro la equidad de quien las define)… pero se silencian impunemente problemas o cuestiones que , como nos pueden sacar los colores o, sobre todo, pueden ir en contra de cierto adoctrinamiento deseado… vale más agachar la cabeza, y esconderla.
Salvo que, por aquello de que no hay mejor defensa que un buen ataque… te llamen facha por denunciarlas
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