En un pequeño y
tranquilo pueblo castellano, hace tiempo que sus habitantes viven
agobiados por la crisis económica. Todos tienen deudas y están
preocupados por ello.
Pero algo cambia en el viejo
y triste pueblo: llega un viajero y entra en el único hostal
del lugar. Dice que es escritor, y pide que le reserven una
habitación, que pretende aislarse una semana y acabar un trabajo
pendiente. Y pone un billete de 200 euros en la mesa de la
recepcionista, como señal.
El dueño del hostal
agarra el billete y sale corriendo a pagar sus deudas con el
carnicero. Éste toma el billete y corre a pagar su deuda con el
criador de cerdos.
A su vez, el ganadero sale
corriendo para pagar lo que le debe al molinero, que le provee de
pienso para sus animales. Y el dueño del molino toma el billete al
vuelo y corre a liquidar su deuda con el Taller mecánico donde le
habían arreglado una pieza del molino hacía seis meses.
Y el jefe del Taller
mecánico se dirigió al hotel, había traído a tres buenos clientes
a comer en el hotel hacía unas semanas, cuya factura aún no había
pagado y le entrega el billete al dueño del hotel.
En este momento,
regresa el escritor, se deshace en excusas porque le ha llamado su
editor y tiene que cancelar su estancia y volver urgentemente a la ciudad. Toma el billete
de 200 euros y se va.
Nadie ha ganado un
centavo, pero ahora todos han saldado sus deudas y miran el futuro con
más confianza...
Este si que sería un
buen argumento para escribir un libro...
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