Creo haber dicho alguna vez que mi período de sueño es muy irregular, me acuesto hacia las 1:30 o 2 de la madrugada, y con el ‘pinganillo’ de la radio puesto en la oreja, no es raro que, intermitentemente, la siga oyendo durante toda la noche y, a eso de las 8:30 me embarga un soporcillo, un duerme-vela, hasta las 10 o 10:30, donde me suelen aflorar ideas, y de forma tan productiva que, muchas veces, las traslado directamente al Blog.
Hoy me tocó darle vueltas al concepto ‘caballo’. Si, a ese ‘noble bruto’ que tanto ha acompañado al hombre a lo largo de su historia. Así que hoy, domingo por la mañana, mientras estoy viendo, en TV, las Olimpiadas, me pongo al ordenador, para resumir mi particular ‘Cabalgata fin de semana’. Porque el caballo es un animal muy singular, y opino que, si no se ha hecho ya, su relación con el hombre requeriría alguna reflexión profunda, algún estudio, pero no ‘zoológico’ sino ‘psicológico’. O bueno, lo primero… pero considerando que el hombre es otra especie animal, e igualmente mamífero.
Por lo pronto, es muy singular que el caballo sea (que yo conozca) la única especie animal cuyas prestaciones del macho y la hembra son similares. Se ve, tanto en las competiciones ecuestres como en las labores del campo, que caballo y yegua se usan indistintamente. Y esto es digno de mención, ahora que estamos con estas historias del feminismo supremacista… y con las Olimpiadas, donde se demuestra muy claramente las diferentes prestaciones entre hombre y mujer, lo ridículo que resulta la moda ('políticamente correcta') de las carreras de ‘relevos mixtos’… y el difícil encaje que tienen los atletas ‘trans’.
Mi siguiente reflexión se va a referir a la especial relación hombre-caballo. Me decía un amigo, aficionado a la equitación, que lo de noble y bruto es cierto. Pero que, además, el caballo es ‘muy suyo’, y hay que ‘dominarlo’. O sea, el hombre tiene ejercer cierta ‘tiranía’, y convencerle claramente de quien manda en la relación. Porque si no lo haces así, el caballo percibe falta de liderazgo, se te sube a las barbas… y hace lo que quiere.
De aquí viene tanto los principios de la doma del caballo como aquello, que tantas veces se ha visto, de que si un caballo rehusa a hacer algo, hay que obligarle a ello, incluso echando mano a la fusta y castigándole… hasta que obedezca. Y yo no se si, en el fondo, esto es un recurso de la doma... o un sentimiento atávico (muy dado en la Naturaleza) de 'macho dominante'.
El caso es que, a partir de que el caballo asuma quien es su amo, y su ‘roll’, se convierte en (con perdón del perro, otro caso de singular relación) en el fiel amigo del hombre, se aprecia claramente que hay una íntima comunicación… e incluso ello tiene un efecto tal sensible que se llega a aplicar en distintas terapias de activación cerebral con niños y mayores.
Pero queda un punto final: se ve en muchas películas que, cuando un caballo se rompe una pata, su dueño lo sacrifica. Y tengo una duda: esta eutanasia… ¿Es una muestra de amor, de evitar que sufra… o es un acto de despegue emocional del tirano que sacrifica a quien ya no le puede servir? Y digo esto por otra escena, al parecer habitual, entre los cazadores de sacrificar a otro fiel amigo, el perro de caza que, por viejo o por pérdida de facultades ‘en accidente de trabajo’, ya no le sirve para cazar. Por no hablar de la triste suerte de los galgos. Esto no en baladí, leo en Google (aunque me parece excesivo…) que en España se cifra en más de 50.000 galgos sacrificados ¡cada año!, al final de la temporada de caza, algunos ahorcados o con claros síntomas de maltrato o desnutrición. ¿Gente sin entrañas... u oculto atavismo de nuestro carácter 'animal'...?
Pero voy a apartarme de estos temas oscuros, y quedarme con la nobleza, y el sentimiento de afinidad, que existe (y yo, aún no habiéndolos tratado nunca, tengo claro) con los caballos. O con los burros, otro equino denostado que, al parecer, aún es más noble que el caballo, y eso si es fácil de ver si te acercas a un burro y si le das, por ejemplo, una manzana… se convierte en tu fiel amigo.
Por cierto, movido por la curiosidad, descubro que la etimología de ‘caballo’ es muy interesante. Parece que procede de ‘caballus’ que es como los romanos denominaban a los equinos castrados que usaban, habitualmente, para el trabajo. Porque el caballo del guerrero, el ‘equus’ (cuyo femenino, ‘equa’, derivó a ‘yegua’) procede de eques-equitis que es, en realidad, jinete, o caballero. De donde proviene equitación, claro.
En resumen, como corolario, que las ideas que afloran, a veces tontamente,o en mis duerme-vela matutinos, tienen su ‘sustancia’ y pueden ser motivo de reflexiones más o menos interesantes sobre el ser humano, o los animales.
Como lo de ‘cabalgata fin de semana’ que mencionaba, y que estuve a punto de titular así esta entrada, que no es más que un recuerdo de un viejo programa de radio, de más 50 años de antigüedad, que todo el mundo oía los sábados (en ausencia de teles) por la noche, presentado por el entonces afamado Boby Deglané. Y es que uno ya es un viejo carroza, este año cumplo ya 78 años. Bueno, en francés, 'soixante dix huit années'. O sea, sesenta y dieciocho años, que así queda más fino.
Y animoso...
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