viernes, 24 de julio de 2020

COVID-19 - Brotes y Burbujas

Siempre se me habrá oido decir que creo firmemente en que, durante el sueño, tu cerebro es una olla de ideas y que, cuando despiertas, si eres capaz de resumir lo que, subconscientemente, has estado 'cocinando', enriquecerás enormemente tu conocimiento (o sabiduría). Así que hoy, nada más despertarme, me he puesto delante del ordenador para ‘ordenar’ las ideas que me habían surgido sobre esta COVID-19 que nos quiere volver a asolar.

Si, porque estamos iniciando una nueva etapa de ‘brotes’, ya pasan de 200, repartidos por toda España, con cerca de 1000 contagios al día … y nos estamos desmadrando de nuevo.

Incluso como ahora el Gobierno se ha puesto ‘de perfil’ y pasa la pelota a las Comunidades, y a los Ayuntamientos, para que resuelvan el problema, nos encontrarnos con soluciones muy dispares (que, globalmente, son poco eficaces, por desequilibradas) desde, por ejemplo, la del alcalde de Totana (Murcia), que ha ‘cerrado’ (aislado) su municipio, volviendo a Fase 1, hasta la laxitud de Cataluña, uno de los brotes más virulentos, donde la gente se agolpa en el aeropuerto del Prat ‘para salir de vacaciones antes de que nos vuelvan a confinar’ (sic). O la gestión del aeropuerto de Barajas, donde hay un control mínimo (yo diría que nulo) de los viajeros procedentes de centro y sudamérica.

Y esto lleva el contagio por toda España, como se ha visto en Asturias.

La situación es clara: por un lado, en España no se ha llegado al nivel de ‘inmunidad de grupo’. Por otro, estamos en verano y a la gente, en general (sobre todo después del confinamiento) ‘les pide el cuerpo vacaciones y jolgorio relajante’. Y, por un tercero, se ha demostrado que, en esto de la COVID-19, hay colectivos muy diferenciados. Por simplificarlos, hay…

a) Jóvenes de menos de 25 años: aquí el virus es, en términos generales, muy poco activo, y en un 70-80% de los casos la enfermedad cursa asintomáticamente. En una palabra: los niños, y los jóvenes, ni sienten ni padecen… y me temo que muchos no son conscientes de que pueden infectar a otros.

b) Entre los 35 y los 50 años digamos que aquí, aunque hay algunas muertes, el contagio se pasa como una simple gripe. E incluso un 40 o 50% de las personas lo cursan sin síntomas. Vamos, que ni se enteran que lo tienen… y también pueden contagiar a los demás.

c) De los 50 a los 70 años parece ser que se sufre el contagio, y puede llegar a llevarte a la UCI… pero normalmente se cura, incluso en casa, tras unos 15 días de ‘fuerte gripe’. El índice de mortalidad en este colectivo es relativamente escaso, del orden de un 2% de los contagiados.

d) Pero, a partir de los 70, la cosa cambia bastante. Flojean las defensas, surgen otras complicaciones funcionales y se ha llegado a decir que muere 1 de cada 4 infectados. O aún más (¿un 30-40%...?), si eres población ‘de riesgo’. Y está el terrible tema del ‘triaje’, si crece la pandemia y escasean los respiradores…

¿Y cual es nuestra defensa, mientras no aparezca una vacuna? Pues yo lo tengo muy claro: Las burbujas personales. Es sencillo: cada una de nosotros tiene que tratar de vivir en una burbuja ‘controlada’, donde sabes que no es probable que te contagies. Es tu casa, pero también puede serlo tu playa, tus bares… si controlas que los que te rodean son gente de confianza… o, si no, si te protejes muy activamente con mascarillas FPP2, desinfectantes, etc. cuando se precise.

Pero esta burbuja personal tiene un punto débil: la convivencia doméstica... cuando cohabitan personas de estos distintos colectivos. Porque las 'burbujas personales familiares', en casa, se unen como racimos de uvas (técnicamente diríamos que ‘en cluster’) e interactúan activamente... en un ambiente confiado, de escasa o nula protección.

Y… ¿Qué pasa si hay un niño, o un joven (o un adulto) que sale con sus amigos y que, inconscientemente, como son colectivos poco afectados (o porque se es poco responsable, y apetece mucho una juerguita de verano) se relaciona en ambientes poco protegidos (niños jugando en la playa, pandillas de amigos, copeo o fiestukis…)? Pues que su burbuja tiene (como el bicho del coronavirus) algún ‘brazo insano’… y por ahí viene puede venir el contagio a otras burbujas de su cluster familiar.

Y los hechos lo atestiguan: ahora que se hacen muchos más test, resulta que ha bajado muy significativamente la edad media de los contagiados… pero, tras la profusión de brotes, vuelve a subir.
La cadena es clara: relajo veraniego, playas llenas, fiestas juveniles y botellones con escasa o nula prevención, contagios entre los jóvenes… y estos se lo llevan a casa donde, en la convivencia hogareña, se van colando en las burbujas personales de padres y/o abuelos… y ya tenemos otra vez una escalada de muertos.

Pero el riesgo no es único: también, por supuesto, se ve gente, no joven, muy inconsciente, o muy inculta, o muy irresponsable, que les importa un comino las medidas preventivas, o que anteponen ‘sus vacaciones’, o su ‘a mi no me puede pasar’ sobre el interés colectivo. Es muy típico ver algún 'macho alfa' paseando sin mascarilla, incluso fumando, en una calle concurrida o en una terraza... y a su lado su mujer, o novia, con ella. Como suelo decir, en la playa, si sopla nordeste... hay que saber ponerse, por si acaso, 'a barlovento de un fumador'

Así que cuidadín, cuidadín, que los abuelos, y los mayores, pueden volver a estar en peligro… y los jovenes tienen que concienciarse de ello. Yo, desde luego, a poco que pueda, uso mascarilla. Aunque debo decir que, por ejemplo, en la playa, hasta me da algo de vergüenza usarla. Pero, en casa, o con mi familia directa, no la uso… y corro el riego de estar en contacto con una burbuja personal, dentro del 'cluster' familiar… poco segura.

Nos queda tocar madera (y concienciar a los jóvenes de que tienen que proteger a su 'racimo' familiar...)

No hay comentarios:

Publicar un comentario