lunes, 3 de febrero de 2020

Cuestiones de ingeniería

Ya he dicho en varias ocasiones que el bar (cafetería) de debajo de casa es mi ‘centro social’, y a diversas horas del día en ‘la peña’ hablamos de fútbol, de política… o de lo que haga falta. Hasta del sexo de los ángeles, vamos. El otro día lucubrábamos sobre cuándo daría el sol en la terraza de la cafetería ya que en invierno, al estar en una calle, o avenida, orientada E-W, los edificios de enfrente ocultan el sol. Y alguien dijo: ya que eres ingeniero, calcúlalo tu.
Y acepté el reto.

Pero tengo que empezar diciendo que yo no he dado nunca el perfil de ‘ingeniero tecnológico’, de los que se desayunan resolviendo integrales. Más bien soy lo contrario, en realidad lo único que aprecio, y uso, de mis estudios (o experiencias) es una buena cultura, la cualidad de la claridad de espíritu (‘saber lo que hay que hacer en cada caso’) y una práctica de la racionalidad y del sentido común en todos los aspectos de la vida. Como se decía en la vieja serie de TV… ‘Con esto es suficiente… mi pequeño saltamontes.’

Así que, puestos a ello, y como cuestión previa (muy conveniente en todos los asuntos de la vida), lo importante es hacer un buen planteamiento del problema.

Es claro que el sol está más alto en verano que en invierno, es decir que el plano de su trayectoria está más o menos inclinado respecto al eje E-W.
Bien, pues esto, Google, y el sentido común…. fue más que suficiente, porque encontré (buceando por internet) esta figura, que creo que indica el ángulo (sobre la vertical) de la trayectoria solar según algunas fechas del año.
A partir de aquí, obtener el ángulo complementario a 90º (que sería el ángulo sobre el horizonte) es elemental. Como lo es el buscar, por Google, una tabla sobre valores de la tangente de un ángulo.

Porque está claro que el sol llegará al pie de la fachada del bar cuando la tangente de ese ángulo (o sea, del plano de la trayectoria solar) sea superior al que se forma entre la acera y el tejado del edificio de enfrente… cuya tangente se obtiene de dividir la altura del edificio de enfrente entre el ancho de la calle.

Y, a falta de un agrimensor, o topógrafo, solo queda que intervenga el sentido común y mis pequeños principios prácticos. Uno de ellos es el de ‘divide y vencerás’, aquello de que un elefante se come… con cuchillo y tenedor y a pequeños trozos. O, fuera bromas, una importante regla de oro es la de que hay que saber dividir un problema gordo en una suma de pequeños problemas, más ‘controlables’, e irlos resolviendo, con lo que resolverás el problema gordo.

Así que, respecto al ancho de la calle, las aceras tienen 23 baldosas de 40 cm (y lo sé porque, estirando el paso (80 cm), abarco dos). Y cada carril de la carretera tiene, a ojo de buen cubero, una anchura similar a la de su acera. O sea que 13x0,4x4… unos 21 metros de ancho. Y en cuanto a la altura del edificio, yo sé que la altura del techo de mi casa es de 2,45 m. Si ponemos unos 50 cm más, de suelos y cielos rasos, forjado, etc... llegaremos a unos 3 metros. Y como hay un bajo (y el portal) algo más alto, 8 pisos, y el copete… digamos que tendrá unos 30 metros de alto. Por tanto la tangente es 1,4286, que corresponde a un ángulo de 55º.

Concluyendo con una simple regla de tres, que es la operación matemática del sentido común: si del 21 marzo al 24 junio (13 semanas) el ángulo crece de 49 a 72º (23 grados), crecerá 6 grados en ... 3-4 semanas desde el 21 de marzo. O sea, tendremos sol hacia el 15 de abril. 

Ardo en deseos de llegar a estas fechas, y comprobar si mis cálculos fueron correctos. De momento, el estudio (como mis amigos son muy puñeteros) está colgado del tablón de anuncios de la cafetería… y hombre, por ahí tienen que ir los tiros. Desde luego, según Google-Earth/Map, en mayo ya daba el sol (por cierto, los personajes captados en esa instantánea del coche de Google, hecha hace un par de años, hacia las 14:10… son muy queridos.


Así que lo dicho, en esa cafetería hablamos… hasta del sexo de los ángeles. Y esto de lo angelical me hace recordar aquello que le decía un profe a un alumno… 
A ver, dime un nombre que lleve tilde 
Puuuesss…. Angélica 
¿Y otro…? 
Pueees… ¡Matilde!

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