Mañana entramos en la década de los 20. Bueno, ya se que los puristas dicen que, en realidad, esta década comienza el 1º de enero de 2021… pero a efectos prácticos el 2020 (o, como se le llama, muy en plan americano, el ‘veinte veinte’) ya se le considera así.
Hace exactamente un siglo a esos años 20 se les llamaron los felices (y hasta los locos) años 20. Y hoy toca reflexionar sobre ésto.
Y es que la gente empezó a desinhibirse, a divertirse, a vivir bien (bueno, los que pudieron, claro) a rodearse de lujos y placeres mundanos, fue otra gran ‘Belle Epoque’, la del charleston, la de Isadora Duncan, la de Josephine Baker y el Folies Bergère, la de los Bertie Wooster, Jeeves, la tía Agatha y otros personajes que tan magníficamente recreó Woodehouse, la del Art Deco y el expresionismo, la de la revista española Blanco y Negro, la de los coches despampanantes, como los Rolls Royce o los Hispano Suiza, la del jazz y los blues en Nueva York, y el Cotton Club, la de los veranos de Cannes, Biarritz o Brighton, el filme Metrópolis, Charles Chaplin, Howard Carter y Tutankamon, Coco Chanel y Carlos Gardel, etc, etc.…
Por cierto… aquellos años de lujo y bonanza económica (aunque incluyen la revolución rusa, Rasputin y compañía, y hasta los comienzos de Hitler y de Musolini, e incluso Al Capone), acabaron… en la gran depresión del 29.
Asi que a ver qué nos depara, 100 años más tarde, esta otra década de los 20...
Bueno, de entrada, auguro que va a ser inquietante y apasionante, porque vamos a conocer un mundo que hace unos pocos años lo considerábamos inimaginable. Tanto que hasta pienso en una evolución de la especie humana, que tras pasar por los escalones del homo erectus, el homo ergaster, el homo sapiens, el homo sapiens sapiens… ahora pasaríamos al de homo cibernéticus, porque nos arrollarán los exponenciales avances de la ciencia, desde un internet que nos conectará a velocidades que va a permitir vivir ‘online’ realidades virtuales, que hablaba el otro día, hasta la potenciación de prestaciones humanas por implantación de chips, manipulación genética, renovación de órganos, etc, etc. Es decir, al ‘superhombre’, incluso amortal. Y, por supuesto, al control (no se si ‘controlado’) de las máquinas.
Y, en otro orden de cosas, a nuestra proyección hacia el espacio, en su doble vertiente de que es ahí donde se encuentra la supervivencia de nuestra especie humana… y es de ahí de donde procedemos (cada vez lo veo más claro...) como especie. O, si se quiere, el cuerpo humano es, en el planeta Tierra, el soporte físico de un ente espiritual (el avatar)… y a saber cual será el siguiente soporte físico que le de continuidad, cuando la especie, o la propia Tierra, desaparezca.
Pero esto… es el terreno filosófico. Por eso digo que esta próxima década va a ser inquietante y apasionante. Porque nos tocará ir 'digiriendo' estos conceptos, que ya están aquí... 'a tiro de piedra'.
Aunque, en el terreno de lo pragmático, y material, los españolitos iniciamos una década llena de tinieblas, y no tengo nada claro qué va a pasar con nuestro pais, si lo vamos a hundir por las veleidades políticas en las que estamos inmersos, si vamos otra vez al modelo de reinos de Taifas y/o a otro binomio ‘frente popular - derecha conservadora’ que hasta pueda acabar en otra guerra civil… o más simplemente que, en el momento dado, Gaia, la Madre Tierra, corregirá las tensiones entre las naciones y civilizaciones que acoge, con otra guerra mundial… y empieza un nuevo ciclo (por supuesto, sin nuestra ‘civilización occidental’).
En resumen, que está recién estrenada década de los 20, que por cierto, por ley de vida, será la última década que yo ‘disfrute’, va a haber que vivirla con gran intensidad. Y con humor, que es la mejor receta para tranquilizar el espíritu. Vamos, que, parangonando la vieja canción, sería un buen momento para entonar aquello del negro ‘que baile el charlestón y que toque el jazz-band...’
Así que... ¡Que empiece la fiesta...!
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