lunes, 24 de septiembre de 2018

Imaginación (al poder...)

Si pedimos a la gente explicar cómo es una aguja de coser, más de uno (y muy seguramente más de cien) la definirían como una delgada varilla, en general metálica, con una aguda punta en un extremo, y un agujero para introducir el hilo de coser, en el otro.

Pues bien, según parece, la fijación de ese concepto retrasó el invento de la máquina de coser… porque las agujas de la máquina de coser no siguen ese patrón, sino que tienen en el mismo extremo la punta y el agujero para el hilo… y este cambio de enfoque simplificó al Sr. Singer (bueno, en realidad, al Sr. Wiesenthal) el desarrollo del artilugio.

Corolario: para progresar satisfactoriamente en algo, la mayor parte de las veces hay que hacerlo esforzándonos en tener la mente clara, en no dejarnos llevar por los prejuicios o por las ideas preconcebidas y, en resumen… hay que dejar que fluya la imaginación, sin restricciones ni cortapisas.

Saco estos viejos consejos (de mis tiempos de consultor en Mejora de Métodos y Racionalización) para aplicarlo a un tema que (entre otros, claro) está revolviendo España: el del futuro de las pensiones.

Porque hay una cosa clara: que la esperanza de vida sigue subiendo y si hace 30 años un paisano se jubilaba con 65 años, y palmaba (y dejaba de cobrar pensión) a los 75, ahora (donde, además, las mujeres trabajadoras ayudan a elevar la media) se vive cerca de 10 años más. Es decir que ‘la clase pasiva’ ha pasado, en un periodo breve de tiempo, de cobrar pensión durante 10 años, a cobrarla durante 20. Como promedio, claro. Y no hay arca pública que lo aguante.

¿Y cual sería, para mi gusto, la idea preconcebida que hay que erradicar?
Pues, sencillamente, la de que todos los trabajadores somos iguales. Que es un concepto igualitario y, como todo lo ‘igualitario’, falso. Porque lo que está claro es que los avances actuales en calidad de vida, medicina, etc hacen que, si tu trabajo no es de desgaste físico, a los 65 años seas todavía un adulto plenamente operativo y además seas, muy a menudo, portador de un gran ‘know-how’ profesional, y es un error despilfarrarlo. Y no me refiero a profesiones típicas como médicos, docentes, directivos de empresas… sino también a profesiones normales de administrativo, o comercial, o subalternos… Aquello de que 'más sabe el diablo por viejo que por diablo', vamos...

Así que si no existiesen esos ‘complementos por antigüedad’ y se pagase ‘por el valor del trabajo desarrollado’ la empresa debería pensarse muy seriamente eso de jubilar (incluso prejubilar) gente muy válida, para ahorrarse costos.

Pero claro, vamos al otro lado, también hay trabajos que es razonable (incluso justo) pensar que no se deberían hacer con 60 años, o más. No se, muchas tareas de la construcción, o de la industria, etc.

Conclusión: hay que empezar a pensar que el trabajo y el derecho a la jubilación retribuida no debe tener un enfoque unitario, sino que debe modularse racionalmente.
Por ejemplo (por simplificar)
  • La jubilación (el derecho a ser clase pasiva), para profesiones cuyo normal desempeño no requiera un especial y continuado esfuerzo o riesgo físico puede elevarse, tranquilamente, hasta los 70, e incluso los 75 años.
  • Los trabajadores que cumplan sus 60 años desempeñando un trabajo calificado como de ‘especial y continuado esfuerzo o riesgo físico’) tendrán derecho a ser recolocados, con el mismo sueldo, en otro que no lo sea.
  • En consecuencia, a los jóvenes, en lo posible, no se les asignará plaza ‘en puesto de baja exigencia física’ e incluso será prioritario que desempeñen los puestos físicamente más exigentes, sustituyendo a ‘mayores’.
  • Así que, perfeccionándolo un poco, es cuestión de ‘calificar’ los trabajos en 3 o 4 límites de edad para desempeñarlos, y administrar los recursos para su óptimo aprovechamiento... y que todo el mundo trabaje, compatiblemente con el esfuerzo precisado, hasta los 70-75 años.
Y así, tratando a cada uno según sus características profesionales, y su edad, (y sin, por supuesto, jubilaciones forzosas ‘igualitarias’ a los 58 o 60 años... o como los mineros, que parece ser que ahora se podrán jubilar con 40 años, si justifican 8 en la mina), entiendo que se podría racionalizar el problema de la jubilación, haciendo que los trabajadores se puedan jubilar más tarde, y tener una pensión de cuantía más razonable de las que prevé la visión actual del tema… pero sin que se hernien por eso, sino dentro de unos niveles físicos e intelectuales satisfactorios.

(Que no veo por qué los políticos, en el mundo de la política, o los altos cargos, en el mundo empresarial, o el Papa y los obispos, en el eclesiástico, tienen que durar en el cargo hasta, muchas veces, edad muy avanzada, y se considera bueno, y en cambio si lo hace un ciudadano de a pie, no). 

Lo dicho: imaginación al poder...

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