D
ecía yo hace un tiempo, lucubrando a propósito de mi teoría del avatar, que mi criterio era el de que estábamos formados por la suma de un soporte físico, el cuerpo humano, y de un trasfondo espiritual, indestructible, y de origen, al menos para mi, 'positivamente inquietante', que yo llamo ‘el avatar’.
Y que las piezas que conformaban el soporte físico, como sucedía en Robocop, eran susceptibles de ser reparados, o reemplazados, manteniendo (incluso pudiendo llegar a perfeccionar) su funcionalidad.
Últimamente se está hablando del concepto de la ‘amortalidad’. Y es que, según apuntan las previsiones científicas, para dentro de 30 años (hacia 2050) el ser humano no solo llegará a controlar (y atajar) todas las enfermedades, sino que tendrá a su alcance la sustitución de células senescentes (o sea, según la RAE, 'las que empiezan a envejecer'), la manipulación del ADN, la reprogramación de células madre… de manera que, además de no enfermar, podrá conseguir que su cuerpo no envejezca.
Y esto lleva a planteamientos o connotaciones muy profundas, entre ellas (quizás la menos significativa) es que la esperanza de vida (que se ha doblado en los últimos 100 años, en 1920 era de 41 años, y ha aumentado en 10 años, de 1970 a aquí) crecerá importantemente… y a ver qué pasa con las pensiones.
Y digo que es poco importante porque, evidentemente, estos avances de la civilización tendrían que llevar a cambios muy radicales en los planteamientos vitales. Hombre, de hecho, ya hay grandes (e importantes) cambios, singularmente en el colectivo humano que llamamos 'civilización occidental, o avanzada', como es el generado por buscar no diferenciar 'los roles de género', que ha llevado a que la tasa de natalidad (o índice de fecundidad de las mujeres) esté en niveles ‘de autodestrucción de la especie’... que evidentemente es algo muy, pero que muy... importante.
Así que esto de la 'amortalidad' nos puede llevar a implicar en algunas importantes consecuencias, como...
Consecuencia uno, que podría pensarse en la amortalidad como remedio para atajar esta espiral de autodestrucción por falta de natalidad a la que ‘la modernidad’ nos está llevando.
Consecuencia dos, que al poder existir, en esta 'civilización avanzada', humanos ‘amortales’, estabilizados, posiblemente se encierren en una burbuja autárquica. Y, muy posiblemente, esa 'civilización de amortales’ serán los poseedores del control y del poder en todo el mundo.
Consecuencia tres, que las civilizaciones que no lleguen a ese estamento serán, con toda probabilidad, las proveedoras de bienes y servicios de los anteriores. En el fondo, su raza servil... que no se deberá 'desmadrar'.
Consecuencia cuatro, que en esa ‘raza superior’, amortal, no existirá, evidentemente, discriminación de género, y cambiarán sus modos de vida. Por ejemplo (ya se dice) muy probablemente, el sexo estará encomendado a la robótica y por tanto la fecundidad, para reponer o para mejorar la genética, a la ciencia, o a los vientres de alquiler.
Bueno, y etcétera. Pero, lo que me parece muy inquitante, a mi todos estos primeros pensamientos que me surgen ‘a vuelapluma’... me suenan a un ‘déjà vu’. Si, porque, por un lado, me recuerda a ‘Un mundo feliz’, de Orwell y por otro a las viejas historias de la Mitología, eso de los dioses del Olimpo, y cosas asi. E, incluso, en plan moderno, a Jor-El, el padre kriptoniano de Superman.
Pero sigo: por supuesto, esta raza superior, amortal, es la que estará en condiciones de colonizar otros mundos, en previsión de que la Tierra se autodestruya por estas historias del calentamiento, el ozono, o por las rebeliones de civilizaciones retrasadas, etc, etc. De hecho, ya hay protocolos sobre ello.
Es más (y sigo con los avances de la ciencia) muy probablemente las limitaciones terrenales de distancias en años-luz, atmósferas inadecuadas, etc se solucionen por medio de lo que llamamos 'viajes astrales' pero que, en el fondo, serían el resultado de los avances de la inteligencia artificial y, sobre todo, de la realidad virtual, que haría ‘real’ un viaje ‘del pensamiento’ (o, mejor dicho, que haría que el avatar se pudiera ‘enfundar’ en otra realidad)
Y esto sigue pareciéndome un ‘déjà vu’ porque, en el fondo me suena a las historias bíblicas de la creación de los ángeles, a las antiguas leyendas de muchas civilizaciones, al libro de Urantia (‘La Quinta Revelación’)… e incluso a Von Däniken.
Ay, qué interesante es todo esto, yo estoy completamente seguro de que hay un transfondo 'revelador' en todas estas teorías que voy armando en mi cabeza, y que estamos en puertas de un paso definitivo que rompa con todos los esquemas que, hasta ahora, nos han llegado a través de nuestra educación ‘tradicional’. ¡El avatar que llevo dentro me está pidiendo poder expresarse, como si quisiese ‘liberarse de las caenas...’!
¿O todo esto cursará hacia una gran guerra mundial, o hacia alguna pandemia, que destruya el avance y propicie un nuevo ‘volver a empezar’ de una nueva civilización… como ha sucedido en toda la historia de la humanidad? ¿O desaparecerá la iglesia, el cristianismo… y aparecerán nuevas opciones? ¿O habrá ‘encuentros en la tercera fase’?
¿O vale más no pensar en estas cosas, vivir la vida según nos venga y no dejar correr libremente nuestra imaginación… porque en el fondo solo somos ‘ciudadanos alpha’?
Vamos, que a lo mejor lo más conveniente es dejar de comernos el coco y pensar, 'como decía el otro', que la desaparición de los mayas se debió… a la aparición de los ‘leggins’...
No hay comentarios:
Publicar un comentario